Por Pablo Borla
Coincide nuestra edición de hoy con la conmemoración del Dia del Periodista, una profesión que es también un oficio -vale la pena mencionar este detalle- de construcción diaria y que tiene una difícil y destacada tarea en el ámbito de sociedades cada vez más complejas y demandantes.
Se puede partir de aclarar que el periodismo no es sinónimo de comunicación social, pero hoy se suele celebrar por igual ambas labores. En la época a la que nos remite la fecha -la aparición del primer periódico patrio, La Gazeta de Buenos Ayres, fundada por Mariano Moreno en 1810- sólo sabía de periodistas que escribían sus opiniones y redactaban las noticias.
Todo era entonces más simple pero no por ello menos pasional y comprometido.
El ejercicio del periodismo -el oficio más hermoso del mundo, al decir de Gabriel García Márquez- enfrenta en el siglo XXI una serie de desafíos y de oportunidades, dados por la urgencia de adaptarse a los modelos comunicacionales en formato digital, la multidireccionalidad y la horizontalidad de los flujos de información.
Pero esa nueva realidad también requiere replantear el rol periodístico no sólo de las personas que lo ejercen sino también de las empresas que son dueñas de medios de comunicación y que en muchos casos ven a la información como una mercancía más y no como un servicio de bien público.
Tanto quienes son periodistas como los medios de comunicación, están fuertemente condicionados por un mercado saturado de oferta comunicacional y en ello la primicia, la inmediatez, la necesidad de poder mostrar que sus opiniones y notas son consumidos por un gran público e implican una presión diaria, hija de la necesidad de la supervivencia. Y, lamentablemente, también condicionados por la precariedad de los puestos de trabajo.
En medio de circunstancias tan nuevas y particulares, hay muchos hombres y mujeres que ofrecen la calidad de su labor con muchos sacrificios e incomodidades, conscientes de la necesidad de que la información se sobreponga a barreras sectoriales, económicas e ideológicas para llegar a lectores, oyentes y televidentes, quienes, a través de ellos, ejercen su derecho a la información.
La horizontalidad actual de la información crea una industria del rumor, en particular desde las redes sociales, que el periodismo debe superar para ofrecer información sustentada en la investigación. Esto no es un desafío menor. El consumidor de la noticia debe tener a su alcance la posibilidad de discernir entre varias fuentes posibles, entre ellas los mismos generadores de noticias que, desde su función en el Estado o en el ámbito privado, se comunican directamente con ese mismo público desde sus redes sociales.
Particularmente, no veo a la objetividad informativa como un valor fundamental ya que nada ni nadie es totalmente aséptico, desnudo de intensidades e intereses íntimos. De hecho, creo que es necesario y buscado que en el texto esté reflejado claramente un punto de vista. El receptor del mensaje periodístico ve hoy con agrado que sea una persona, con sus convicciones y particularidades, quien se los transmite. La elección del medio o periodista de consumo habitual por parte del público proviene de una identificación con esa mirada, si bien de vez en cuando concurra a abrevar en otras fuentes.
Este no es un tema intrascendente en medio de tantas fuentes de información. El consumidor, elige. Y el periodista intenta llevar adelante su vocación nadando en medio de un mar agitado, repleto de cantos de sirenas.
Ciertamente no es poco, porque en cada ideología está bueno privilegiar la mirada honesta y convencida que modela las palabras que transmiten la información, ya que eso implica una fuerte posición ética.
Desde este humilde lugar mi felicitación y gratitud para Antonio Marocco y todos los periodistas de Punto Uno.
Mi homenaje, mi reconocimiento y mi saludo para los colegas que nos acercan las noticias, brindan los buenos días y las buenas noches desde los medios, para los que resisten esperas en guardias agotadoras, para los que construyen, con honestidad y esfuerzo, su futuro y nos ayudan a todos a forjar uno en común, en una Patria en libertad, justicia y democracia.