medranoPor Josefina Medrano
(Exministra de Salud de Salta)

Llego el invierno y Salta se viste con sus tardes diáfanas de días soleados que invitan a locales y visitantes a pasear por esta linda ciudad y sus alrededores.

Qué lindo es el tiempo de descanso, momento de disfrutar de la compañía de los hijos, de la familia, los amigos locales y los que llegan de otras partes.

Ese disfrutar de las cosas sencillas que la vorágine de lo diario muchas veces nos hace pasar por alto, asistir algún festival, disfrutar de buena música y por supuesto como no gozar de comer por ahí alguna cosita de esas que nos elevan como unas buenas empanadas, unos ricos tamales que seguramente irán acompañados de alguna explicación de su ser al visitante, de unas empanadillas de dulce de cayote o un locro pulsudo. ¡En lo personal soy una encantada de comer, deleitarme con esa oferta de cosas ricas en el lugar que se ofrezcan. ¡Disfrutar en un restaurant, en la casa de un amigo, al paso en la vía pública o en algún mercado, sin temor a nada pero teniendo lo precaución de pensar el proceso de elaboración de los mismos para poder decir cómo se exclama por ahí ¡quien me quita lo bailao!

Es sabido que acceder a alimentos inocuos y nutritivos es fundamental para llevar una vida saludable y es por este camino de lo inocuo que quiero detenerme hoy. Consumir alimentos inofensivos que no estén contaminados ayuda a llevar una vida sana y evitar más de un centenar de enfermedades que muchas veces pueden ser hasta mortales. Enfermedades que podrán ser causadas o virus, bacterias, parásitos y sustancias químicas en su mayoría. Y como siempre por su condición serán los niños los más afectado frente estas situaciones. Con manifestaciones en su mayoría de malestares gastrointestinales.

Tal es el problema de la contaminación alimentaria a nivel mundial en toda la cadena de su elaboración que la Organización de Mundial de la Salud ha desarrollado y lleva adelante una estrategia mundial para el cuidado de los alimentos. (2022-2030).

Esto últimos años y a modo de un gran ejemplo podemos ver y seguramente algunos conocer a alguien que haya estado enfermo por Salmonella. La doñita mala (bacteria agresiva) como le llamo a veces, se ha encargado estos últimos tiempos de hacerse notar. Y será que es figurona que ha llegado a mantener los servicios médicos con guardia llenas y muchas camas ocupadas, con familia enteras sintiéndose muy mal por muchos días y provocando grandes ausentismos laborales y escolares con todo lo que esto significa entre otras cosas.

Y vaya acá un poco de historia como me gusta para evidenciar que son problemas de antaño como en este caso que están ligados directamente con la sanidad y la educación. En el inicio del siglo XX una mujer Americana se había convertido en una real pesadilla para la salud pública, era una excelente cocinera, incansable trabajadora y portadora de tifoidea (salmonella) sin síntomas. Seguramente no seguiría la higiene necesaria en la preparación de los alimentos lo que provocaría la contaminación de los mismos. Fue ella seguramente la responsable de iniciar la epidemia con más de 1300 casos en New York en 1903. Ante la sospecha y el análisis por parte de los médicos fue identificada y advertida de su portación, pero resulta que Mary como se llamaba, era bastante escurridiza y siguió su vida sin hacer caso a las advertencias de no seguir trabajando, inclusive cambio su nombre y continúo diseminado la enfermedad hasta que fue arrestada e internada hasta el final de sus días.

Es realmente un problema la contaminación alimentaria que debemos encarar no solo los decisores de salud, que entienden la magnitud del problema de Salud Pública que esto significa y que serán los responsables de bien trasmitir esta preocupación a todos los sectores involucrados sino también todos aquellos participantes en la cadena de producción y preparación de los alimentos. En los hogares, las guarderías, los mercados, los lugares de trabajo, la vía publica etc. La Organización Panamericana de la Salud promociona 5 claves para la práctica segura de manipulación de alimentos que se deberán promocionar de manera incansable.

¿Creen por esto que debemos perder el gran placer de comer? pues NO!!! El ritmo de vida actual nos lleva a consumir alimentos en distintos lugares y de distintas procedencias ya sea en vacaciones o en la rutina diaria, solo recordemos evitar aquellos que no se vean inofensivos para nuestro cuerpo y comprender lo importante de la adecuada preparación de los mismos.

(*) Exministra de Salud de Salta.