Natalia Aguiar
Si hay cuestión que el Gobierno tiene en claro, es que debe demostrar sus virtudes y destrezas a la hora de ejercer el poder, no sólo puertas adentro, sino y sobre todo, puertas afuera, mirando al norte americano. Debe Javier Milei demostrar que maneja la cuestión. Debe demostrar que baraja las cartas. Debe mostrar seguridad, fuerza, liderazgo.
Para ello, debe ahora asegurarse la sanción del presupuesto 2026 antes de fin de año, por lo que buscará blindar la media sanción de Diputados. La polémica sesión será el próximo viernes, y para evitar tropiezos, no introducirán el capítulo XI sobre financiamiento para universidades y servicios de discapacidad.
Es por ello que el oficialismo en el Senado buscará aprobarlo tal como lo recibió de la Cámara de Diputados y evitar que vuelva a tratarse. Es decir que salga lo más rápido posible esta semana y antes de fin de año, para mostrarse fuertes, poderosos.
Esa es la señal de gobernabilidad que anhelan y demandan los mercados. “Nosotros tenemos una regla de oro, que es el superávit fiscal, nos tendremos que acomodar para no caer en déficit, eso se va a arreglar, pero no va a ser mediante este Presupuesto, sino mediante otros instrumentos”, dijo Patricia Bullrich, jefa del bloque libertario, tras alzarse el viernes pasado con el dictamen del presupuesto, como lo aprobó Diputados.
La cuestión del financiamiento para universidades y servicios de discapacidad, generan un gran impacto fiscal, pero si bien no se aprobarán ahora, serán luego incorporadas al presupuesto 2026 a través de medidas administrativas o correcciones a la ley, que podrá efectivizar el Ejecutivo.
Los libertarios convocaron a sesionar el próximo viernes 26 en el Senado, justo tras Navidad. Patricia Bullrich quisiera tratarlo y aprobarlo ese mismo día para evitar dilaciones innecesarias. Cualquier traspiés haría que el proyecto retorne a Diputados y le quedarían sólo hábiles los días 29 y 30 de diciembre para aprobarlo, algo más difícil de lograr. Si no se aprobara el texto del proyecto, los libertarios deberán por tercera vez consecutiva, iniciar el proceso desde cero, pero ya no tienen margen político. Quedarían muy en evidencia. Una gobernabilidad al desnudo...
Esta factible prórroga complicaría también otros proyectos latentes, como la reforma laboral. La prioridad no sólo es libertaria, sino también de los gobernadores cuyas obligaciones dependen de que se apruebe ese bendito Presupuesto.
Recalculando...
El oficialismo hace números tras sobredimensionar su fuerza como primera minoría y perder capítulos importantes de la ley. Aquellos más experimentados en estos enceres, lease Bullrich o Martín Menem, prefieren aprobar la ley con las modificaciones planteadas para avanzar y liderar la agenda. Los bloques aliados, como la UCR, ya advirtieron que no votarán el Presupuesto si el oficialismo insiste con reintroducir el capítulo XI.
“Lo importante es asegurar que haya ley de Presupuesto. Así como lo votó la Cámara de Diputados tenemos los 37 votos asegurados en el Senado”, detallaron hombres libertarios. "Pero si se cambia un puto o una coma, no llegamos", advirtieron preocupados.
Esto no exime que sectores de la oposición intenten meter la cola. De hecho, Unión por la Patria ya estudia varios artículos y buscará aliados para voltearlos. Entre ellos el 30, que deroga los pisos mínimos de financiamiento para la educación, el sistema nacional de ciencia y tecnología, la educación técnica y el Fondo Nacional de la Defensa.
El Ejecutivo bajó línea de que en la Cámara de Diputados estén en alerta ante cualquier inconveniente. Menem ordenó a los suyos a volar de urgencia a la ciudad de Buenos Aires en la última semana del año si el oficialismo no logra blindar el proyecto en el Senado y lo devuelve con modificaciones.
Sería una derrota mucho peor para los libertarios que la que sufrieron el miércoles pasado cuando, por solo seis votos, la oposición logró sacarle el capítulo XI del proyecto en la Cámara de Diputados. En esa parte del texto, no solo se planteaba la derogación de las dos normas de la discordia sobre educación universitaria y discapacidad, el artículo 75, sino que también se incluía la eliminación del actual régimen de zonas frías, un régimen de compensación a las empresas de distribución eléctrica y la promesa de transferirle fondos coparticipables a la ciudad de Buenos Aires en cumplimiento del fallo de la Corte Suprema.
Bajo análisis
Cuentan algunos violetas que fue Caputo el que insistió sacar del proyecto de presupuesto las leyes de educación universitaria y discapacidad. Mientras Santiago Caputo decía que estaban los votos con los aliados para avanzar, los otros no acordaban y fue la hecatombe. Para la mayoría de los libertarios se trataba de un error, y así fue.
Tras el traspiés parlamentario, el Gobierno analiza con precaución cada paso que dará y se vio obligado a realizar un control de daños. De hecho, Bullrich debió renunciar a su objetivo de darle media sanción al proyecto de modernización laboral antes de fin de año. Sin el presupuesto garantizado, difícilmente podía reunir los apoyos para apurar una ley tan compleja y sensible.
Este tropezón, no le impidió a la jefa del bloque libertario en el Senado garantizarse el dictamen del proyecto el jueves pasado. Su objetivo sería tratarlo en el recinto el 11 de febrero, previa convocatoria a sesiones extraordinarias por parte del presidente Milei. Las negociaciones para reunir los votos comenzarán a mediados de enero. Bullrich ya dijo que abrirá el texto a modificaciones; es consciente que aprobar leyes en minoría, requiere de consensos fuertes.
En las sombras, como en los viejos tiempos
Lo novedoso es que el Gobierno de Milei haya negociado con el peronismo para lograr aprobar leyes y éstos no hayan cumplido con su palabra. Peor aún es que hayan negociado, libertarios y peronistas o exkirchneristas, los nombramientos ilegales en la Auditoría General de la Nación. Un organismo que depende directamente del Congreso. La Constitución Nacional determina que el presidente de la Auditoría debe ser un representante de la principal oposición, por ahora el peronista Juan Manuel Olmos, pero su directorio debe integrarse con representantes de los más importantes bloques parlamentarios. Tres delegados de la Cámara de Diputados y tres del Senado. Este organismo controla los gastos del Estado y audita, observa, emite informes. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, tiró por la borda todos los acuerdos con los diputados de Pro y el radicalismo, y nombró a dos representantes del peronismo. Uno de ellos es Juan Ignacio Forlón, Camporista que responde a Máximo Kirchner, y la otra es Pamela Caletti, la salteña que responde al gobernador Gustavo Sáenz. La tercera es Rita Almada, libertaria violeta que teje hilos para "Lule" Menem. Fuera de esas posibilidades de acceder a esos cargos, quedaron el radical Mario Negri y el macrista Jorge Triaca, exministro de Trabajo.
Hace unos días, Milei estaba convencido de que la distribución de Adelantos del Tesoro Nacional a los gobernadores peronistas, le permitiría lograr el quórum necesario para avanzar en sus proyectos de leyes, pero no fue así, pese a entregar más de 70.000 millones de pesos. Además se trata de una distribución arbitraria , ya que informes detallan que la administración Milei benefició a algunas provincias por encima de otras, como Catamarca, Salta, Chubut, Misiones y Tucumán, siendo estas dos últimas las que recibieron mayores mieles.
Milei, que pretende marcar una diferencia con la "casta política", acude ahora a todas las estrategias y artilugios de esta "casta" para lograr sus objetivos. ¿La casta lo domesticó? ¿La casta pudo más que sus valores y prédicas? ¿Es imposible erradicar la casta que debió acordar con ella? La aniquilación de la famosa "casta política" a la que se refería Milei en su campaña, quedó fuera del radar libertario. Ahora se nutre y consensúa con ella. Se sometió. Puras promesas. Acuerdos espúreos. Todo sea para demostrar una gobernabilidad tan frágil que pende de los hilos de la "casta".

Mario Casalla
Franco Hessling Herrera
Antonio Marocco