09 23 turismo

Durante la temporada de invierno de 2025, Salta, uno de los destinos turísticos más emblemáticos del norte argentino, se vio afectada por una tendencia nacional que encendió alertas en el sector turístico: la baja en la ocupación hotelera.

Según datos recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en julio se registró una caída del 2,1 por ciento en la ocupación hotelera a nivel nacional respecto al mismo mes del año anterior.

Aunque Salta sigue figurando entre los destinos más elegidos del país, esta disminución plantea interrogantes sobre los desafíos que enfrenta la provincia en un contexto de cambios en el comportamiento turístico. La principal causa de esta baja fue el retroceso de los turistas no residentes, es decir, los visitantes extranjeros. A nivel nacional, las pernoctaciones de este grupo cayeron un 14,8 por ciento interanual, acumulando apenas 745 mil noches. En contraste, los turistas residentes mostraron un leve repunte, con un crecimiento del 1,2 por ciento, alcanzando 3,3 millones de pernoctaciones, lo que representó el 82 por ciento del total.

Este fenómeno tuvo un impacto directo en Salta, que tradicionalmente ha sabido atraer tanto a turistas nacionales como internacionales gracias a su riqueza cultural, paisajes imponentes y gastronomía regional. Sin embargo, la caída en el turismo extranjero se sintió con fuerza, especialmente en los establecimientos de mayor categoría, como los hoteles de 4 y 5 estrellas, que suelen ser los preferidos por los visitantes internacionales.

 

Señales de alerta

Otro dato preocupante fue la reducción en la estadía promedio, que se ubicó en 2,4 noches, un 4,6 por ciento menos que en julio de 2024. Esta disminución sugiere que, aunque los turistas siguen eligiendo Salta como destino, lo hacen por períodos más breves, lo que repercute directamente en la rentabilidad de los alojamientos y en el consumo de servicios turísticos complementarios como excursiones, gastronomía y compras.

En cuanto al número total de viajeros hospedados, se registró un incremento del 2,6 por ciento, alcanzando los 1,7 millones. Dentro de ese total, los residentes crecieron un 5,4 por ciento, mientras que los visitantes extranjeros cayeron un 9,2 por ciento. Esta dualidad refleja una dinámica compleja: por un lado, el turismo interno sigue mostrando signos de recuperación; por otro, el turismo internacional aún no logra consolidarse tras los efectos de la pandemia y las fluctuaciones económicas globales.

A pesar de estos indicadores negativos, Salta logró mantenerse entre los destinos más elegidos del país durante el invierno, junto a Bariloche, Mar del Plata, Puerto Iguazú, Mendoza y Córdoba. Esta inclusión en el ranking demuestra que la provincia conserva su atractivo turístico, aunque los números sugieren que ese interés no se traduce necesariamente en una ocupación hotelera sostenida.

La categoría de alojamiento también juega un rol importante en este escenario. Los hoteles de 3 estrellas, apart y boutiques concentraron el 33 por ciento de las pernoctaciones, mientras que los de 4 y 5 estrellas absorbieron el 30 por ciento. En este sentido, Salta presenta una oferta variada que permite captar distintos segmentos de turistas, aunque la caída en el turismo internacional afecta especialmente a los establecimientos de mayor categoría.