Los principales líderes de las alianzas políticas nacionales parecen concentrarse en atacarse mutuamente. Y ahí están, batallando en diferentes foros: en los estrados judiciales, en los recintos legislativos, en los medios de comunicación, en las calles.
Por Pablo Borla
Algunos incitando a la violencia lisa y llana con una retórica inflamada, más propia de otras épocas y que suele estar dirigida a sus acólitos, quienes se dan la razón mutuamente.
Pero, en los extremos de la Patria, alejados de los beneficios históricos y las riquezas que moldea un perfil de nación que ya quedó viejo, los gobernadores de las provincias tienen otras prioridades.
Sin importar su signo político, trabajan unidos para superar problemas comunes, a sabiendas de que la experiencia dice que es la única manera de que sus pueblos salgan de la eterna noria que los tiene dependientes de las migajas que el poder central se digne a entregarles.
El gobernador salteño Gustavo Sáenz y los de Catamarca, Chaco, Formosa, Corrientes, Jujuy, La Rioja, Misiones, Santiago del Estero y el vicegobernador de Tucumán, acompañados por el ministro del Interior, Wado de Pedro y el secretario general del Consejo Federal De Inversiones, Ignacio Lamothe, viajaron a los EEUU para -según manifestara Sáenz- “atraer nuevas inversiones que hagan crecer a Salta y a la región, diversifiquen la matriz productiva y potencien las exportaciones”.
La gira de negocios significa estar cuatro días en Washington y un día en New York; una agenda que fue diseñada junto con el Embajador argentino Jorge Argüello y que implica reuniones con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos multilaterales, además de contactos con organismos públicos y privados.
En ello, fue sin duda importante el apoyo del Gobierno Nacional a través de algunas de sus autoridades y de su Cuerpo Diplomático.
Esta acción podría haber sido un hecho aislado y, como en otras ocasiones en las que ya se vio, un estertor sin mayores beneficios, pero sin embargo es el resultado de liderazgos que han entendido que es muy positivo que la región, que el Norte Grande de la Patria busque trabajar en conjunto para paliar carencias comunes, a sabiendas de que las fronteras entre las provincias son solamente líneas en un mapa a la hora de aprovechar recursos naturales, diseñar infraestructuras y promover las inversiones.
Esta acción que busca mostrar las oportunidades de inversión en la región y acceder a líneas crediticias blandas, deviene de las reuniones previas en las diferentes provincias, tanto por parte de los gobernadores como de sus vicegobernadores y de los acuerdos del Parlamento del Norte Grande.
Se ha escuchado muchas veces el reclamar la necesidad de que los legisladores nacionales de las diferentes líneas partidarias acuerden trabajar unidos, en lo que constituyan políticas de Estado para sus provincias y regiones, y esto también ha sido parte de la agenda del Parlamento del NOA.
Estas conversaciones con los legisladores se encaminan a encontrar los espacios para una relación de trabajo más armónica y beneficiosa para la Región.
Salta ha sido bendecida con mucho potencial productivo, pero habitualmente no se estuvo a la altura de las circunstancias, en especial a la hora de defender marcos legales que nos benefician, que compensen esas inequidades y desventajas que son en gran parte culpables del atraso y la pobreza en nuestro suelo.
En ello, Sáenz, en su mensaje dado en el contexto de la gira, destacó que “Hay provincias que han sido postergadas durante muchos años y muchos gobiernos nacionales han pasado por un centralismo acentuado y sin una mirada federal".
Los gobernadores del Norte promueven un estilo moderno, acorde a las horas difíciles que atravesamos y que debiera ser reconocido como un modelo de trabajo que concibe al progreso como una meta imposible de alcanzar en soledad.
La biología nos dice que la especie humana no es la más fuerte ni la más ágil de la naturaleza. Sobrevivimos -entre otras virtudes- gracias a nuestra capacidad de cooperar y ser solidarios, trabajando juntos para lograr lo que, con la sola voluntad individual, no podríamos ni soñar.