No traigo nada nuevo. Ninguna noticia que pare las rotativas. Lamentablemente, desde nuestro nacimiento como nación, particularmente por razones de orden económico, vinculadas a los grandes grupos de poder que se beneficiaban con el predominio del Puerto, Argentina dividió a sus habitantes en categorías, correspondiéndonos la más baja a quienes estamos más alejados de la franja central del territorio nacional.
Por Pablo Borla
Lo de ser provincias fundadoras de la Patria, no nos hace más diferencia que la de ser una especie de campeones morales. Quienes tuvieron y tienen en sus manos las decisiones que se deben tomar para revertir la inequidad generalizada, que se convierte en una suerte de impuesto extra por ser del interior, se van en proclamas y diatribas para la tribuna.
Mientras tanto, los costos de los fletes, el desarme del sistema ferroviario -antes de los más extensos del mundo-, la falta de incentivos nacionales para que las empresas inviertan en las provincias del Interior, nos lleva a una pobreza que, lejos de ser sostenida, se profundiza con el tiempo y que no está acorde con las riquezas que somos capaces de generar con las condiciones adecuadas.
Y entonces las provincias se las deben arreglar solas, como siempre, dando ventajas impositivas, tierras o acciones de promoción del empleo, pero siempre con el hándicap de necesitar una gran inversión en infraestructura de energía y comunicaciones, demasiado grande para ser encarada con los escasos fondos provinciales, cuya economía se mueve al ritmo de los servicios o del empleo que proporciona el Estado, cuando podrían ser capaces de generar grandes ganancias y de evitar la emigración de los jóvenes hacia el centro del país, en busca de un mejor destino.
Así, tenemos un país macrocefálico, hiperpoblado en su franja central, con grandes bolsones de pobreza en su periferia y una Capital Federal que tiene un PBI muy superior al de las provincias.
Hace un tiempo, legisladores porteños elevaron sus quejas porque la Ciudad de Buenos Aires aporta más fondos de los que recibe en concepto de coparticipación, lo que es cierto, pero el presidente Fernández aclaró que “La Ciudad aporta mucho más porque las razones societarias de todas las empresas que producen en el interior del país están en la Ciudad de Buenos Aires y por eso tributan en la Capital”.
El gobernador Gustavo Sáenz, ya en ocasión de la reunión del Consejo del Norte Grande en Misiones, pidió a la Nación la revisión de las tarifas de la energía eléctrica y el transporte público y lo reiteró en un encuentro posterior en Salta.
Pero la voz de Sáenz no es la única que se alza entre los gobernadores, lo que es una buena señal: también lo hicieron, en ocasión del paro nacional de trabajadores del transporte público el de San Juan, Sergio Uñac; y Chubut, Mario Arcioni.
Sáenz dijo que “Un boleto en Buenos Aires cuesta $18 y en Salta $41. El AMBA recibe 26 mil millones de pesos por mes del fondo de compensación del transporte, mientras que las provincias del Interior reciben en conjunto solo $3.500 millones. Por cada peso que la Nación otorga como subsidio de transporte para el interior del país, destina 6 pesos al AMBA, es decir, el 82% del total de los recursos se queda en el Área Metropolitana de Buenos Aires y solo el 18% restante es lo que reciben en conjunto el resto de las provincias. Además de ese 82% de recursos, el AMBA también se beneficia con el cupo al combustible. siendo que en todo el país pagamos el impuesto al gasoil. Algo totalmente injusto”. Este tema también lo trató con los diputados nacionales por Salta, al margen de su filiación partidaria.
Si bien también hicieron notar sus reclamos algunos legisladores nacionales por Mendoza y Jujuy, seguramente sería de una gran importancia que los representantes del pueblo de las provincias del Interior aunaran fuerzas en este reclamo. Desde luego, sería una buena pregunta para hacerles, procurando alejar excusas de sus contestaciones.
Fernández, mientras tanto, no termina de dar una respuesta concreta y, como al pasar, en Casa Rosada mencionan que el transporte de pasajeros en las provincias es responsabilidad de ellas, pues adhirieron al pacto fiscal de 2018 que propuso Macri.
Ayer, dieciséis gobernadores anunciaron que elaborarán un proyecto de ley para modificar la estructura del Poder Judicial, en aras de que sea “más moderna, eficaz y con un verdadero carácter federal”. También le reclamaron al Congreso que de tratamiento a un nuevo modelo de distribución de compensaciones tarifarias en materia de transporte público de pasajeros.
El ministro Wado de Pedro, estando recientemente en Mendoza, dijo por las Redes Sociales que “Construir una Argentina federal y equilibrada en su desarrollo implica descentralizar” y propuso que “sería más lógico (y justo) que las mineras, las petroleras, las exportadoras de granos, se radiquen en zonas donde producen y generen polos de desarrollo en todo el país”.
Pero el llamado “Interior Profundo”, cuya pobreza tantas veces romantizan los noticieros porteños, está cansado de promesas, de palabras, de acuerdos firmados y no cumplidos, de inequidad, injusticia e indiferencia y este sayo les cabe bien a muchas de las gestiones de gobierno -democráticas y de facto- que supimos transitar.
Queremos hechos, no palabras.