Alguien debería explicarle a Javier Milei que las imposiciones, los imperativos y los aprietes no se utilizan para gobernar en democracia, y mucho menos se gritan a los cuatro vientos como banderas de gestión.
Por Natalia Aguiar
Respire señor Presidente. No sólo es llorar en el muro de los lamentos y pedir milagros, es poder tener empatía con los trabajadores, los docentes, los enfermeros, médicos y ciudadanos que no pueden enfrentar el altísimo costo de vida al que llevó usted la inflación, sólo porque pretende hacer borrón y cuenta nueva como si de tratara de una tabla de liquidación de Excel.
Hay seres humanos detrás de esas cifras y no se gobierna con aprietes a la gente que no comulga con usted. Tampoco debería pasar por alto que la gente le dio un gran respaldo, pero se lo está quitando porque no avizoran claridad en la gestión. No se percibe la luz al final del túnel. Por el contrario, es cada vez mayor oscuridad y arbitrariedad.
Ahora se enfrenta a los gobernadores a todo o nada porque no le votaron la ley como quería. Revolea funcionarios por los aires, y saca el subsidio de transporte, golpeando de manera directa al bolsillo del trabajador que toma dos y hasta tres medios de transporte para ir a trabajar y luego volver a su hogar.
¿Perdió el eje señor presidente? Ningún argentino de bien pretenderá obstaculizarle el camino al éxito. En este caso se lo obstaculiza usted mismo. ¿Qué le pasa que no entra en razón?
Luego de estos traspiés, y pese a haberle soltado la mano a Mauricio Macri, ahora pretende legar a acuerdos con el ex presidente que podría aportarle a su gobierno, técnicos y políticos de carrera con conocimiento de causa. Es decir, de cómo se manejan las cuestiones políticas puertas adentro.
Este supuesto “acuerdo con el Pro” ya nace con cortos circuitos porque Milei y su gente pretenden que la gente de Macri los apuntale y garantice resultados y fortaleza en el Congreso. Total ganancia para ellos, ya que los libertarios se niegan a abrir cargos en el Gabinete nacional. No quieren la sombra de Mauricio Macri ene la gestión, aunque en el Congreso en pleno debate por la ley ómnibus debieron ceder a una negociación. Egoísmos que no generan proyección ni futuro.
Fue el ministro del Interior, Guillermo Francos, quien adelantó algunas perspectivas desde Roma, Italia, donde acompañó a Milei para visitar al Papa Francisco: “El Pro tiene para aportar estructura política y dirigentes; habrá que ver si tenemos coincidencias.”, dijo el funcionario en una entrevista a La Nación y Clarín.
Sobre el vínculo entre el Papa y el presidente expresó: “Creo que van a tener un muy buen entendimiento y que van a tener una muy buena relación en el futuro”, dijo Francos, que conoce a Jorge Bergoglio tras su paso por el colegio El Salvador donde daba clases de literatura y psicología.
En Roma
Ayer canonizaron a la primera Santa argentina, Mama Antula, en una ceremonia muy conmovedora encabezada por el Papa Francisco. Milei fue parte de ella y se lo notó muy conmovido, y abrazó a Francisco con el mismo énfasis que se aferró al muro de los lamentos. Fue un encuentro muy constructivo y con la intención de que el Papa visite pronto en la Argentina, deslizan desde el Ejecutivo. A rogar a Mama Antula para que proteja a Javier Milei quien parece muy conmovido en su interior pero se olvida de la gente que le dio el voto. El pueblo está sufriendo las incapacidades de los políticos, que aunque lloren resultan inútiles para resolver las necesidades básicas de los argentinos.
El costo para la gente es mayúsculo. De hecho, el éxito del Gobierno a través de Luis Caputo, fue alcanzar mucho antes de lo previsto un superávit de las cuentas públicas, pero la alta inflación licuó los salarios de los jubilados, de los empleados públicos y los recursos de las provincias. Milei proyecta y elevó en la ley ómnibus un Estado sin déficit. Sería muy bueno y desde ya un cambio de idiosincrasia en la vida de los argentinos y de la forma de hacer política. Pero debería ser gradual y el costo no ser asumido por la población más vulnerable.
La pelea o sus peleas con los políticos, no debería afectar al ciudadano de a pie, al trabajador, al emprendedor, a los jóvenes, a los profesionales que le dieron su voto y le entregaron la fe en este país. Quizás Milei está obsesionado y eso le hace perder el foco, la empatía por la gente que está sufriendo. La angustia en las calles es ensordecedora. La gente está triste y preocupada. Se termina la etapa de idilio y la realidad golpea fuerte.
Milei enceguecido
El presidente redobló la apuesta contra los gobernadores y amenaza con ir a fondo.
Además de haberle recortado los subsidios de transportes, le niega a las provincias los fondos educativos que adeuda. Por ello, a menos de quince días del inicio del ciclo lectivo los ministros de Educación de casi todo el país, sostuvieron en un documento elevado a Nación que no pueden “delinear seriamente la política educativa” ante la “incertidumbre” y “falta de certezas” por parte del Gobierno. En una carta dirigida al secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, los funcionarios solicitaron una respuesta en relación a los fondos que son competencia del Gobierno nacional, según aseguran, y que están destinados al pago de salarios de los docentes y a otros programas educativos.
No sólo los gobiernos opositores como la provincia de Buenos Aires, La Rioja, Formosa o La Pampa de terruño peronista, firmaron la solicitada crítica contra el Gobierno, sino también lo hicieron la mayoría de las provincias “aliadas” o de Juntos por el Cambio, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), San Juan, San Luis, Mendoza o Corrientes. Los representantes de Córdoba y Santa Fe se sumaron al pedido. Sólo tres provincias se abstuvieron de acompañar: Entre Ríos, Chaco y Santa Cruz.
Los titulares educativos provinciales y de la CABA, luego, detallaron sobre la “falta de certezas sobre el escenario presente y futuro respecto a la continuidad en las transferencias de los fondos contemplados en el marco legislativo vigente, de modo tal de poder delinear seriamente la política educativa de nuestras jurisdicciones”.
Además, la razón de la ira de Milei con los gobernadores, ante la negativa de aprobar la ley ómnibus tal como la quería con las respectivas facultades delegadas, se sustenta en que le permitiría el manejo discrecional y sin controles estrictos de fondos fiduciarios millonarios que se acumularon. gobierno tras gobierno, para enfrentar crisis, planificar proyectos y cuestiones non sanctas. Así lo explica el periodista Hugo Alconda Mon: “Son al menos 29 fideicomisos que operan desde hace décadas, con escasos o nulos controles oficiales y que se utilizan para financiar proyectos, paliar emergencias y fines oscuros”.
El punto de quiebre fue el inciso “h” del artículo 4° del proyecto de ley que entregaba a Milei la facultad de “transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos creados por normas con rango legal, inclusive los destinados a subsidios, revisar su procedencia y destino para lograr una mayor racionalidad, eficiencia, eficacia, transparencia y control del uso de recursos públicos”. Es decir, sobre una partida anual que oscila entre los 8.000 y 10.000 millones de dólares, con controles exiguos o inexistentes.
Pareciera que esos fondos fiduciarios resultaron, conforman la “Caja negra” de la política, y esa fue la línea roja que rechazó la política”.
¿Será que los políticos se resisten a largar la caja para sus propios negocios? ¿No quieren que Argentina crezca? ¿O será que Milei está obsesionado con usar esos fondos para salir adelante, y llevarse los réditos que la casta política hasta ahora evito? ¿Será que Milei tiene sus propios intereses? ¿Será una guerra de poderes? ¿Será un pleito del Ejecutivo nacional con los provinciales? ¿Será, será? ¿Serán egoísmos del poder? ¿Serán irracionalidades? ¿Serán incapacidades? ¿Será que el presidente no quiere dialogar con los opositores ni con los aliados?
Mientras todo esto sucede, Milei genera euforia en Europa y todos quieren verlo y sacarse fotos con él.
¿Qué será, será? ¿Qué será de los argentinos?