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Sólo una sociedad anestesiada, superada por la inercia y destratada por la dirigencia política puede soportar lo que soportan los ciudadanos argentinos, que hasta perdieron la capacidad de asombro.

Por Natalia Aguiar

Ya nada sorprende en referencia a los políticos, sus acciones, inacciones, clientelismos, despotismo ilustrado, abusos, falta de respeto, ausencia de políticas públicas con miras a futuro y mucho menos ante casos de cuello blanco.

A una sociedad sin capacidad de reacción, sin capacidad de asombro, se le ha arrebatado la libertad, se le arrebató la voluntad y ya funciona mecanizada mientras los bolsos de la corrupción vuelan por los aires. Claro, los jueces miran para otro lado.

Gran parte de la culpa de los problemas argentinos, la tienen los jueces corruptos, que no son todos claro está, pero en las causas más significativas para la Argentina, para empresarios de renombre, o aquellas en las que hay mucho dinero mediante, llamativamente los jueces suelen ser volátiles o permeables, como más le guste. Sin jueces corruptos, la seguridad jurídica estaría garantizada. Pero los jueces son parte de los entramados ilegales que llevan a la Argentina a escándalos técnicos con delitos hiper probados que quedan en la nada.

Los argentinos ya acostumbrados a que las causas de ilegalidades comprobadas no avancen, perdieron la inocencia, la capacidad de reacción ante lo inaceptable.

Hoy lunes, el fiscal Diego Luciani, tras varios días de alegatos pedirá la condena a Cristina Kirchner como supuesta jefa de una Asociación ilícita en la causa Vialidad y obras públicas. Además, puso en evidencia que en las otras causas como “la ruta del dinero K” y la de los hoteles Hotesur y Los Sauces, en las que fue investigado si hubo maniobras llamativas para sobreseerla, porque las causas están vinculadas.

Lázaro Báez es Néstor y Cristina Kirchner”, fue la frase del fiscal que reiteró en su alegato una y otra vez. “Es tal la maquinaria de corrupción, que perdimos la capacidad de asombro”, deslizó el funcionario indignado. Se trata de un hombre joven que no tiene miedo y que se limita a hacer su trabajo. Cuidar a los ciudadanos, cuidar las arcas del Estado, representar a cada argentino en sus investigaciones. Por suerte lo acompañó la tecnología y su alegato fue emitido por canales de plataformas mediáticas que llegaron a millones de usuarios y publicadas por los diarios argentinos y del mundo. Eso lo protege, porque no debe ser fácil enfrentar al poder. Debe ser difícil enfrentar al poder corrupto desde la célula más ínfima.

Acusación

Para Luciani “ha quedado demostrado” que Cristina Kirchner era la jefa de la asociación ilícita que funcionó durante 12 años para otorgar a Lázaro Báez obras públicas. Deslizó que el testamento del empresario santacruceño impide a sus hijos, tras su muerte, disponer de sus bienes durante 30 años, casi como si fueran testaferros sin control sobre su propio patrimonio. Además, los obliga a renovar eternamente contratos que implicaban trasferencias de dinero a la familia presidencial.

Hoy lunes el fiscal finalizará su alegato tras ocho presentaciones anteriores, y realizará los pedidos de condenas para Cristina Kirchner, Julio de Vido y José López entre otros acusados. La fiscalía estimó que a través de Lázaro Báez se fueron del Estado unos 2.500 millones de dólares, aunque podrían ser montos mucho más grandes si se consideraran los daños colaterales y los perjuicios ocasionados a la sociedad.Con ese dinero se podría haber ayudado a hospitales, escuelas y demás. Pero el fiscal fue claro: Se trató de un saqueo al Estado, organizado, premeditado. A plena luz del día, ante la mirada de jueces, fiscales, jueces de Corte, diputados, senadores y ciudadanos de a pie.

Para el fiscal las pruebas son contundentes, y los integrantes de la asociación ilícita son o fueron Cristina Kirchner, el exministro de Planificación Federal Julio De Vido, el exsecretario de Obras Públicas José López, el extitular de la Dirección de Vialidad Nacional Nelson Periotti y Báez. Anticipó que no acusará a Carlos Santiago Kirchner, primo del expresidente, como integrante de la asociación ilícita, aunque podría involucrarlo en otro tipo delictual como fraude contra el Estado.

 

Maniobra aceitada para saquear al Estado

La fiscalía sostuvo que la maniobra consistía en sustraer los fondos públicos “mediante la aparente licitación de la obra pública en Santa Cruz y después darles apariencia legal a esos fondos en la causa Los Sauces y Hotesur”, en la que se investiga como se blanqueó ese dinero y en parte regresó al patrimonio presidencial. Pudo reconstruir las estrategias y conductas delictuales que demuestran que integraban una asociación ilícita creada para sustraer fondos públicos millonarios y argumentó por qué considera que Cristina Kirchner era la jefa.

Para la fiscalía, Cristina no solo dio las indicaciones sobre la manera en que se debía seguir con el plan de obras, sino que además su accionar cumple con los requisitos de la asociación ilícita en cuanto a su extensión en el tiempo, la diversidad de delitos, la organización, la permanencia, la habitualidad y que está constituida por al menos tres personas, que la integraban con intención de cometer esos ilícitos y asegurar la permanencia de la organización.

Tal es así que dijo que Cristina Kirchner planeó y controló la huida y abandono de las rutas antes de perder las elecciones con Macri, cuando supervisó el modo en que se iba a desmantelar Austral Construcciones y despedir a “miles de empleados” de la firma. “El plan limpiar todo”, como lo denominaron los acusados en los mensajes de WhatsApp de José López.

Aquí no ha pasado nada

Las otras dos causas vinculadas inevitablemente a ésta de Vialidad, son la llamada “ruta del dinero K” y la de Hotesur y Los Sauces. En el primer expediente se ahonda otra vez en el accionar de Cristina Fernández, su participación activa o no en la presunta actividad delictual. El fiscal, cuestionando a la justicia, dijo que Cristina Kirchner está sobreseída en esa causa, “en una extraña resolución”, pero que ese fallo no está firme porque la fiscalía lo apeló, tareas que efectuaron el fiscal de Juicio Diego Velasco y el fiscal de Casación Mario Villar. La Cámara de Casación fijó dos audiencias, el 10 y el 22 de noviembre próximos para escuchar a las partes y decidir si reabre el caso y ordena hacer el juicio o lo deja cerrado.

Luciani no lo dejó pasar y cuestionó a la Justicia. En el caso de Hotesur y Los Sauces el tribunal oral decidió, por dos votos contra uno, sobreseer a la expresidenta sin juicio previo. Algo sin precedentes en la historia judicial argentina. Un escándalo que fue noticia sólo segundos y se desvaneció como si nada. Cristina fue declarada inocente sin que haya existido un juicio. Corruptela de la Justicia argentina. Los jueces Daniel Obligado y Adrián Grünberg, sobreseyeron a Cristina, mientras la jueza Adriana Paliotti, quedó sola en la acusación sin perder la dignidad. Incluso podría formar parte del tribunal que juzgará a la vicepresidente en un juicio por lavado de dinero en hoteles y edificios de los Kirchner.

Luciani también apuntó contra la Unidad e Información Financiera (UIF) por no acusar por asociación ilícita y fraude, cuando en el juicio contra Báez por la ruta del dinero K no solo entendió que las licitaciones tenían sobreprecios y eran fraudulentas, sino que dijo que el dinero que lavó provenía de esos delitos, además de la evasión fiscal. Dijo que la UIF tuvo “poca imaginación y mala intención” al reducir el asunto a las cinco obras peritadas de las 51 investigadas.

Los autores de la asociación ilícita formaban parte del acuerdo para sustraer los fondos, ya que conocían su origen y cada uno hizo su aporte para poder obtenerlos.  Según Luciani, está demostrado que la jefa de semejante asociación ilícita era Cristina Kirchner. Quedan dos meses por delante en los que se desarrollará el juicio oral y público, en que será difícil para los abogados defensores dar vuelta el alegato del fiscal que ya pasó a la historia por su valentía. Todos con Luciani. La Argentina necesita más Lucianis. Cristina nunca fue inocente de nada.