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Argentina tiene una férrea historia defensa de los Derechos Humanos, por lo que la omisión que hizo hasta la semana pasada el gobierno de Alberto Fernández, fue tirar por la borda páginas y páginas escritas con sangre de los propios argentinos.

Por Natalia Aguiar

Era momento que Argentina honre su historia de defensa de Derechos Humanos, y se opusiera a la guerra contra Ucrania.

Era importante que Argentina sentara posición al respecto. Porque no se puede avalar un déspota como Vladimir Putin y luego reclamar ante los organismos internacionales por las Islas Malvinas. Una incongruencia tras otra. Inadmisibles errores en la diplomacia internacional. Argentina no puede quedar a fuera del mundo, mientras intenta cerrar filas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Acorralado por la inoperancia y la falta de tino político nacional e internacional, Santiago Cafiero, el 28 de febrero pasado dijo ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que “La Argentina condena la invasión a Ucrania”. En un giro de 180 grados, el canciller expresó que “el mundo no soporta más” ni “puede tolerar más muertes”, y afirmó: “La paz es urgente y el diálogo debe comenzar ya”. “La Argentina reitera a la Federación de Rusia que cese inmediatamente en el uso de la fuerza y condena la invasión a Ucrania así como las operaciones militares en su territorio”, sostuvo el canciller, que por primera vez desde que se desató el conflicto utilizó las palabras “condena” e “invasión” al referirse al ataque de fuerzas rusas contra Ucrania.

Argentina no puede obviar la guerra, las violaciones a la autodeterminación de los pueblos, la soberanía y la democracia de Ucrania, porque luego no podrá reclamar nada ante la comunidad internacional, respecto los propios problemas. Argentina es víctima del abuso de poder británico.

Mientras tanto, el acuerdo con el FMI llegó al Congreso

El Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron el pasado 3 de marzo que llegaron a un acuerdo técnico para refinanciar el crédito de US$45.000 millones que tomó la administración de Mauricio Macri. Un avance, sin dudas, en negociación de la deuda externa de la Argentina.

Fueron Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, quienes terminaron de cerrar las tratativas con la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, quizás dispuestos a ceder lo que fuera necesario con tal de llegar con oxígeno suficiente para el 2023. El acuerdo que ya fue enviado al Congreso, empezará a tratarse hoy lunes en el Congreso. Si bien se esperan fuertes discusiones y debates entre los integrantes del Frente de Todos y también de la oposición de Juntos por el Cambio, el acuerdo representa esperanza para el país. Pero las chicanas estarán a la orden del día. Aprobado en el Congreso, deberá ser avalado por el Consejo del Fondo, controlado por las potencias del G7.

Los US$45.000 millones que involucra el consenso, implica que el Fondo devolverá desembolsos que hizo el Gobierno, incluido los fondos que el FMI distribuyó por la pandemia del coronavirus. De esta forma, el Gobierno de Fernández acordó refinanciar la deuda que tomó Macri con un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, según sus siglas en inglés) a diez años, con un período de gracia que cuatro años y medio -hasta 2026-, durante los cuales la Argentina no deberá hacer pagos netos al FMI.

El dinero que llegue desde Washington se utilizará para pagar los vencimientos previstos en el acuerdo que firmó Macri. La oposición participó de la redacción de la letra chica e incluso se hicieron modificaciones al texto según lo habían solicitado. El Gobierno se comprometió a mantener un aumento “moderado” del gasto en términos reales, una reducción gradual del déficit y la emisión, a tener tarifas “razonables” y negó una reforma jubilatoria. Se ratificó el sendero de reducción del déficit fiscal primario que el ministro de Economía anunciara semanas atrás.

El Fondo afirmó que se logró un programa “pragmático y realista”, y detalló que el programa busca una mejora “creíble” de las finanzas públicas. Sin embargo, ya se habla de subas en los impuestos de hasta un 60%, por lo que resultará inhumano para los argentinos vivir con dignidad. Ya es una preocupación de la clase media, la clase trabajadora y todo ciudadano de bien que pretende pagar sus impuestos. Que el acuerdo no se lleve a cabo con sangre y sudor argentino.

Las internas salen a la luz

“El acuerdo con el FMI evita una catástrofe económica en lo inmediato”, dijo Wado De Pedro, desde España en una entrevista al diario El País. El ministro del Interior y miembro de La Cámpora se mostró a favor del acuerdo con el Fondo, incluso a diferencia de Máximo Kirchner. “Tras el acuerdo, comienza una etapa donde vamos a seguir necesitando el apoyo internacional para que el FMI siga contemplando la voluntad del Gobierno de resolver el problema, pero en una coyuntura que cambió a raíz de esta guerra (en referencia a la invasión de Rusia sobre Ucrania)”. “El acuerdo es el comienzo de la solución”, dijo de Pedro respecto los puntos negativos y positivos del texto.

Consultado sobre “si la Argentina está con Putin”, de Pedro respondió que el presidente y el canciller, Santiago Cafiero, “fueron contundente a la hora de condenar la invasión a Ucrania”. En seguida dijo que la Argentina “defiende los principios de la integridad territorial, respeto a los derechos humanos, la solución pacífica de los conflictos. Recordemos que Argentina sigue reclamando la soberanía de las Islas Malvinas, como también apoyamos la reivindicación de España por Gibraltar. Estamos en contra de las guerras”. Un cambio radical que pone las internas sobre la mesa y hará que los señalamientos y cruces en el Congreso, estén imperdibles. Aunque finalmente se aspira a su aprobación por el bien de todos los argentinos.


Estados Unidos habló por primera vez con China desde el inicio de la guerra

Mientras Rusia viola los acuerdos de cese al fuego y el armado de corredores humanitarios en el sur de la ciudad ucraniana de Mariúpol, las tropas rusas bombardearon las vías de un tren para evitar el escape de civiles. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló el sábado con su par chino por primera vez desde que Rusia invadió Ucrania. Blinken advirtió al Consejero de Estado Wang Yi que "el mundo está observando qué naciones defienden los principios básicos de libertad, autodeterminación y soberanía". "Subrayó que el mundo está actuando al unísono para repudiar y responder a la agresión rusa, asegurando que Moscú pagará un alto precio", dijo Ned Price, portavoz de Blinken, en un comunicado.

China, sin embargo, sigue haciendo negocios con Rusia e incluso países como India se abstienen de condenar la guerra del Kremlin. Se esperan nuevas rondas de negociaciones mientras el presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, detalló que hubo cerca de 9.000 pérdidas rusas, es decir soldados, y ya son más de un millón los civiles que huyeron de Ucrania.
El jueves pasado, el mundo entró en vilo y cambiaron las fichas de este juego macabro, cuando el ejército ruso tomó la central atómica más grande de Ucrania y destruyó una universidad en la segunda ciudad más grande del país europeo.

Ya la guerra toma otro tono e involucra al resto de Europa, Estados Unidos y el mundo. A su vez, la Asamblea General de la ONU exigió -con 141 votos a favor y cinco en contra- que Rusia retire las tropas de Ucrania. Argentina votó a favor de la resolución propuesta por Ucrania. Era hora que honre su historia. Era momento que Argentina tome postura por la paz, por la vida, con dignidad e independencia. Como lo hizo hasta ahora en defensa de los Derechos humanos ante los ojos del mundo.