01 27 milei8812Por Natalia Aguiar

Javier Milei estuvo en la asunción de Donald Trump y luego en el foro de Davos donde sacó a relucir toda su artillería antilibertaria, nada de derechos para las minorías, descartó las consecuencias del cambio climático y se alineó con los proyectos del flamante presidente de los Estados Unidos.

Es como si Milei hubiera mostrado su verdadera faceta en Davos, sus verdaderos intereses salieron a la luz como ráfagas de odio, en medio de palabras vulgares y en tono de violencia innecesaria.

Milei dijo que ya no se siente “solo” pero la gente sólo lo avala en el proyecto económico y anticorruptela, pero en sus formas, las críticas y cuestionamientos se solidifican día a día. La ciudadanía rechaza la intolerancia, la violencia, las imposiciones.

Existe lo que se llaman “derechos adquiridos” en la legislación argentina y en el Sistema Mundial de Derechos Humanos, por lo que el sólo hecho de mencionar querer dejar sin efecto la ley “Micaela”, que sanciona a quienes maten por violencia de género, es un feroz retroceso en la búsqueda de consolidar garantías a hombres y mujeres. Vale recordar que la violencia no es algo que afecte sólo a mujeres, sino también a hombres, niños y adultos. Tampoco los fanatismos, se plantean derechos adquiridos, y una vez consolidados, resulta imposible retroceder y avalar su vulneración. Salvo que se trate de un presidente que administre con violencia, con tiranía, sin libertades, pese a sustentar sus discursos como defensor libertario. Un verdadero engaño. Un montaje libertario.

 

Los intelectuales levantaron la voz

El discurso de Milei en Davos, cosechó una oleada de críticas en medios de comunicación y redes sociales por sus afirmaciones sobre los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT que reconoce la legislación argentina. Es que el presidente desaprobó la creación de la figura penal de “femicidio”, reconocida internacionalmente. Los pensadores no se la dejaron pasar y desde el Centro PEN Argentina, la Sociedad de Escritores, la Unión de Escritoras y Escritores, el exministro de Cultura Pablo Avelluto y autores como Cristian Alarcón, Claudia Piñeiro, Silvina Giaganti y Nicolás Artusi, entre otros, se expresaron en contra de las afirmaciones del Presidente. “Todo lo demás es búsqueda de privilegios, que es lo que el feminismo radical realmente pretende, poniendo a una mitad de la población en contra de la otra cuando deberían estar del mismo lado. Llegamos, incluso, al punto de normalizar que muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima”, dijo, en un ejemplo acaso desdichado de lo que se entiende como “búsqueda de privilegios”. También consideró que “en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”, en alusión al caso de una pareja homosexual de Estados Unidos. “Son pedófilos, por lo tanto quiero saber quién avala esos comportamientos”, acotó. Para Milei, existe una “agenda sanguinaria y asesina del aborto”.

 

Un freno intelectual

La Sociedad de Escritores de la Argentina (SEA) bajo el título de “La banalidad del mal” se expresó: “Los recientes dichos del presidente Milei en su gira por EEUU para la asunción de Trump, merecen una reflexión profunda acerca de la preclara definición de Hannah Arendt. Permanecer en silencio, justificar, mirar para otro lado, hoy contribuyen, como siempre, como cada vez, al crecimiento del mal. Pensar que este nivel de agresión y desaprensión son solo dichos, solo gestos, solo errores discursivos, es nuevamente caer en la trampa inexorable del autoritarismo. Entonces, frente a las temibles declaraciones del presidente Javier Milei, desde la SEA nos ponemos de pie y unimos nuestras palabras para repudiar sus dichos basados en un discurso del odio que niega la diversidad, niega la existencia de las ideologías, niega a las minoridades, niega la diferencia, niega la importancia de la cultura para el desarrollo y enriquecimiento de la comunidad, niega la contundencia del cambio climático y sus consecuencias y, sobre todo, es excluyente, autoritario y, a todas luces, se sitúa en las antípodas de nuestra cultura cívica. Si tiene que temblar algo, en todo caso que tiemblen las mesas de los bares, los espacios laborales, las calles, las aulas. Que tiemblen en el fervor de la discusión, de la disidencia, de la búsqueda de una vida buena para todos y todas. Hay quienes buscan asustar o amedrentar con discursos medievales. Seamos, pues, portadores de un discurso de inclusión y de amor. Los discursos de odio paralizan. No seamos, en las palabras de Saramago, ‘ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven’”. El Centro PEN Argentina se expresó: “El Comité de DD. HH expresa su sorpresa y desaprobación por las declaraciones efectuadas por Javier Milei, durante su intervención en el Foro Económico Mundial. El primer mandatario atacó a la población LGBT+ con una afirmación alejada completamente de la realidad: ‘La ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos’. También arremetió contra el movimiento feminista, diciendo que ‘la igualdad ya existe ante la ley en occidente, lo demás es una búsqueda de privilegios’. “Estas afirmaciones son temerarias y revulsivas por su agresividad y por su falsedad. Actitudes como las asumidas hoy por Javier Milei atentan contra los avances civilizatorios de la humanidad”. La Unión de Escritoras y Escritores repudió: “Javier Milei, sus ministros y sus seguidores buscan instaurar un discurso de odio que nada tiene de irreverente y novedoso: llamándose ‘abanderados de la libertad’, se muestran obstinados en coartar las libertades de las mujeres y disidencias de nuestro país. Como trabajadores de la palabra, es nuestro deber exigir responsabilidad en la construcción de discursos: preocupa la proliferación de expresiones de odio hacia las mujeres, el colectivo LGBTIQAA+ y las comunidades originarias, propiciadas por quienes gobiernan y legislan en nuestro país. Hay un femicidio cada veinte horas en nuestro país, aunque el ministro Cúneo Libarona niegue su existencia fogoneando la eliminación de esta figura del código penal, y también en crímenes de odio como lo fue el triple lesbicidio de Andrea, Pamela y Roxana en el año 2024″. No seamos frágiles de memoria y rememoremos que Lourdes Di Natale, ex esposa de Mariano Cúneo Libarona, fue “silenciada” al caer de una ventana y eso lo detalla en su libro “Parecía un accidente” el periodista Néstor Espósito.

“Considero un error por ignorancia que el gobierno desconozca los aportes que la comunidad LGBT realiza en el campo del deseo, no solo con estudios académicos sino con importantes obras literarias y manifestaciones artísticas, dijo el escritor José María Gómez en declaraciones a medios. Como también lo hicieron autores como Manuel Mujica Lainez, Manuel Puig, Oscar Hermes Villordo y Leopoldo Brizuela forman parte de ese legado cultural. “Trump, Milei y compañía están corriendo los límites de la convivencia de un modo que anuncia solo desgracias para los más débiles. Lo que ha dicho el presidente argentino en Davos es falso, venenoso y violento. Maldad pura”, posteó en X el escritor chileno Óscar Contardo. “Milei habla para su mayoría activa de votantes y ciudadanos conformes con su gobierno pero también, insaciable, para expandir los límites del odio que ya sembró -dijo el escritor chileno Cristian Alarcón .

“En Davos Milei dijo que el feminismo radical ‘es pedófilo’ y que ‘enarbolando la bandera de la diversidad sexual, dos homosexuales’ abusaron sexualmente y divulgaron imágenes porno de sus hijos adoptivos -destacó en X la filósofa Roxana Kreimer. El caso es cierto, pero no hay ningún registro de que fueran militantes de la comunidad LGBT, y es ridículo asociar al feminismo radical con la pedofilia. El periodista Luis Novaresio expresó que: “Podrían darse estadísticas respecto de los abusos intrafamiliares que predominan largamente en familias hetero. Podría explicarse la falacia de vincular orientación sexual con abuso. Podrían mostrarse números de femicidios y postergaciones arbitrarias a las mujeres. Podrían exhibirse análisis de las muertes de mujeres pobres en abortos clandestinos. Y así. Eso, ante quien quiere debatir con respeto y no insulta. Por ello, vale recordar que el insulto califica al insultante y no al Insultado. La igualdad ante la ley es el principio de toda libertad”. Y escritor Nicolás Artusi preguntó: “Además del odio contra la diversidad, ¿alguien puede explicar por qué nuestro Presidente va a un foro económico a atacar a la comunidad LGBT+?”. Claudia Piñeiro sostuvo: “Me atrevo a decir que no es simple misoginia, es brutalidad, ignorancia, bestialidad, falsedad, odio, algo difícil de medir en dinero pero te aseguro que tanto o más grave a que pongan tus ahorros en un corralito”. “Los que dicen que no dio un discurso misógino y homófobo solo confirman la peligrosidad de este populismo de derecha: está llevando a la normalización del disparate”, aseguró el escritor Marcelo Gioffré.

No todas fueron críticas y otros intelectuales avalaron las palabras del presidente como el filósofo Alejandro Rozitchner, La Fundación Faro, el ensayista Agustín Laje, y el economista Alberto Benegas Lynch (h) y su colega Nicolás Mavrakis.

No puede construirse una sociedad sin considerar la diversidad porque todos somos diversos, respetables, pensantes y argentinos. Se puede disentir pero no por ello debe primar el odio y la acusación violenta y falaz desde lo más alto del poder, la Presidencia de la Nación.

Quizás en Davos debió hablar de Seguridad jurídica, de consolidar las instituciones, de aspectos técnicos de la Economía, pero Javier Milei decidió hacer una puesta teatral de su odio para liderar las taquillas marquetineras de los tapas de diarios con odio a las minorías, cualquiera fuera. Un homenaje en vida al femicidio. Una vergüenza mayúscula. Mucho más si como cuentan los que lo conocen, fue víctima de violencia de niño por parte de su padre.

Una incongruencia. O… ¿Un pedido de auxilio?