Por Natalia Aguiar
Javier Milei y su tropa se preparan para festejar el año de su gestión y marcarán un fuerte contraste entre el pasado y el futuro, lo bueno y lo malo, el kirchnerismo y las fuerzas del cielo.
Pese a la malaria que viven la mayoría de los argentinos, el discurso libertario resaltará la reducción del déficit fiscal, la baja de la inflación y el clima en los mercados financieros, todo ello como positivo ante la catástrofe que dejó el kirchnerismo.
Domador
Sería bueno un exhaustivo análisis de los logros de Milei ante una casta rebelde y a la que pudo doblegar. Por ejemplo, la semana pasada en el Congreso, se posicionó firme frente a los gobernadores por el presupuesto y diluyó las estrategias de los gremios más duros, que terminó con la eyección de Pablo Moyano de la CGT. Milei ha logrado imponer su agenda a golpe de amenzas, manejo de redes, un discurso agresivo, sus viajes y contactos internacionales y sobre todo, la popularidad que aún lo acompaña pese a los índices de pobreza y precaridad.
En el Congreso se prevé, tras la suspensión de la firma del dictamen del nuevo presupuesto, que el Gobierno prorrogará el vigente para cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Pero, deja afuera del juego a los gobernadores, que preferirían un documento firmado que les garantice partidas. En el Gobierno apuestan a allanar el camino en los mercados y fortalecer su vínculo con el FMI con el déficit 0, por el que tanto bregan. Así, el presupuesto 2025 quedaría postergado. Mientras, los gobernadores están que trinan, perdieron voz y voto. Tendrán que rearmarse o agachar cabezas. Decisión en sus manos.
¿Cúal sería el inconveniente? Que según varias consultoras, Javier Milei tiene el mayor apoyo fuera de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, es decir en las provincias. Algunos gobernadores reconocen esta situación y describen la imposibilidad de cortar con el libertario pese a las diferencias, incluso irreconciliables.
El miércoles pasado cuando se trató “la ficha limpia”, se dio un curioso baile de sillas en el Congreso. Durante la media hora que dio Martín Menem para conformar el quórum, las especulaciones dieron un baile, entraban y salían del recinto. Así pues, la sesión no se pudo llevar a cabo y se manifestó que el oficialismo no tenía intenciones de tratarlo al tema. El proyecto era del Pro.
Parece que el Gobierno prefiere mantener a Cristina Kirchner en la pelea electoral de la polarización. Le sirve más viva, políticamente, que exiliada de la realidad Argentina. Les conviene demorar. Pretenden que en el 2027 la principal fuerza opositora sean Cristina y Kicillof. Otros analizan la cuestión como un aval a la ex presidenta, que le permitiría a la Casa Rosada avanzar con los pliegos de los candidatos a la Corte, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Aunque Guillermo Francos adelantó que los nombramientos podrían hacerse a golpe de decreto, lo cual es absolutamente inconstitucional. Un total desconocimiento de la letra de la Carta Magna.
Comicios a futuro
Con el proyecto de reforma electoral sucedió algo parecido. Allí está incluida la iniciativa para eliminar las PASO, pero también otra, que aumenta los requisitos a los partidos para participar de las elecciones. Todas estas propuestas, ideadas por Santiago Caputo, que pretende rediseñar el mapa político argentino. ¿El objetivo? Marcar un claro bipartidismo, blanco o negro, futuro o pasado, River o Boca, una derecha y una izquierda bien definidas; Milei contra el kirchnerismo; liberales contra “zurdos”; el bien contra el mal. El kirchnerismo contra las fuerzas del cielo.
Sin PASO cambiarían drásticamente las posibilidades de hacer alianzas como las que hicieron Juntos por el Cambio y Unión por la Patria. La Libertad Avanza por el contrario, al no tener ese inconveniente, sus referentes se muestran contentos porque, según ellos, no necesitan de alianzas. Ese es el espíritu libertario con el que armarán las listas 2025.
Además, al interpelar a los partidos políticos y exigirles mayores requisitos para competir como un mínimo del 3% de los votos en dos comicios consecutivos, habrá menos ofertas electorales. Sin embargo podría sacar de carrera a esos partidos que sólo existen para la subsistencia económica. Es decir, recibir fondos estatales. “Habría más claridad”, explican algunos especialistas. Mientras para otros se trata del juego libertario de lograr dos fuerzas competitivas, el resto es decorado político.
Desde la Casa Rosada son conscientes de que no podrán imponer todas estas modificaciones en lo que resta del año, pero lo plantean con miras a 2026 para implementarlas en 2027. Insisten en que su objetivo es la construcción de un nuevo orden.
¿Cómo seguirá este proyecto?
Pese a los buenos deseos libertarios surgen algunos cuestionamientos. En lo económico, ¿ qué ocurrirá con el plan del Gobierno? Hoy se analiza entre los especialistas un tipo de cambio alto, la apertura de importaciones y ninguna respuesta a la demanda de baja de impuestos. ¿Sólo con equilibrio fiscal y déficit cero saldrá adelante la Argentina? ¿Se desconoce la recesión y falta de consumo? ¿Hay dos economías paralelas?
Si bien hay optimismo entre el empresariado, la gente común y corriente no llega a fin de mes y los índices de pobreza no cesan de crecer. Si bien repuntaron las Pymes y algunos bancos con la implementación crediticia, lo cierto es que la construcción, el comercio y la industria, no despegan. El Gobierno se resiste a modificar el plan económico pero quizás se verán obligados a hacerlo.
¿Cuál es el verdadero objetivo político de Milei? ¿Seguirá con la centralidad de poder que lo caracteriza a él ya su Gobierno si vuelve a ganar? ¿Ampliará la dirección de mando? ¿Seguirá con la concentración de poder? ¿Seguirá con sus actitudes déspotas y agresivas? ¿Modificará a su triángulo de poder?
Existen grietas entre los funcionarios nacionales, y si bien la mesa chica parece infranqueable, ahora se plantea cómo se llevarán Karina Milei y Santiago Caputo en el armado electoral. Otro interrogante para la estructura política de La Libertad Avanza.
Muy irrespetuoso el presidente se refirió a Victoria Villlarruel, electa junto a él en la fórmula presidencial, como que está fuera del ámbito de toma de decisiones y la describió casi como un decorado de torta. Cuidado Milei que este tipo de actitudes pueden embestir contra su gestión, su Gobierno y sus propósitos.
Si bien la gente en su mayoría pretende cambios concretos, los destratos no son avalados por nadie. Además sería bueno que el presidente deje de ver adversarios por doquier y se dedique a la construcción de un país sólido y fuerte ante las tempestades. Basta de promesas, llegó el momento de la acción y hechos reflejados en la gente. ¿Cuál es el verdadero objetivo político de Milei?