En la antesala de una de las celebraciones religiosas más trascendentes del país, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, dijo que la Fiesta del Milagro “toca lo más profundo del ser humano que va más allá de lo político”.
Uno de los temas consultados en rueda de prensa, fue la presencia del presidente Javier Milei, y en la procesión central del 15 de septiembre. Sin confirmaciones hasta el momento, Cargnello fue categórico: “depende de Milei si quiere venir al Milagro, eso tiene que venir del corazón”.
“Se cursaron invitaciones tanto desde el Gobierno como desde el Arzobispado”, aclaró, aunque subrayó que la presencia en esta celebración no puede forzarse ni planearse desde el protocolo. En tanto, desde ayer está presente la vicepresidente Victoria Villaruel.
“Cuando vino Cristina el dispositivo fue muy grande, cuando vino Macri, menos; ahora no sé”, dijo, en relación con las visitas presidenciales impactan también en la organización y logística de la jornada.
Más allá de la fe, Cargnello no esquivó temas sensibles de la coyuntura social. Al referirse a los jubilados, fue tajante: “Hay una deuda estructural que Argentina tiene con los jubilados; si no somos honestos, no vamos a dar la solución que corresponde”, expresó.
Respecto a las personas con discapacidad, recordó la experiencia de su sobrino con discapacidad fallecido, y denunció irregularidades en instituciones que reciben fondos estatales: “hay abusos de ciertos institutos que reciben fondos del Estado que no llegan a los destinatarios”.
No obstante, evitó pronunciarse sobre los recortes de pensiones y denuncias contra la ANDIS, que hoy ocupan la agenda nacional.
Cargnello también se refirió al drama de las adicciones, señalando que se trata de un trabajo “que debe involucrar a toda la sociedad, con el apoyo del Estado”.
“Trabajar con adictos es jugarse la vida, no es fácil. Si no hay vocación, no se aguanta, y esa fortaleza te la da Dios o lo que tenés adentro”, enfatizó.
Asimismo contó su reciente visita a San Antonio de los Cobres, donde acompañó a mineros y peregrinos de localidades como Antofagasta de la Sierra, Tincalayu, Mina Patito y Tolar Grande.
Finalmente dejó un mensaje claro a todos aquellos que miran la Fiesta del Milagro desde afuera, con cálculos o estrategias: “el que viene, viene porque algo lo mueve por dentro. Eso no se puede imponer”, concluyó.