12 10 sindiEl secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia de la República Argentina (STIA), Sergio Escalante, en una entrevista con Punto Uno sobre una crisis “más profunda que cualquiera de los últimos años”, señaló que la política económica nacional “va en contramano de lo que el país necesita” y remarcó que la defensa del trabajo formal es hoy “un límite infranqueable” para los trabajadores del sector.

El reciente triunfo electoral de Sergio Escalante al frente del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia llega en un momento que él mismo define como “uno de los más difíciles de la historia reciente del sector”.

En dialogo con Punto Uno el dirigente advitió que las políticas del Gobierno nacional colocan a la industria en un escenario “de enorme riesgo”. Mientras algunas de las principales plantas del país avanzan con suspensiones, paradas de producción y anticipos de vacaciones por la caída del consumo,

“Estamos en una situación muy complicada: las producciones se caen, la capacidad ociosa de las empresas sube y hay una incertidumbre total por lo que está por venir”, señaló Escalante al describir un panorama que, asegura, no se veía desde los años más duros de crisis económicas anteriores.

 

Suspensiones

La situación en empresas emblemáticas como Georgalos y Mondelēz resume el estado general del sector. Escalante detalla que en Georgalos “hay suspensiones de 80 trabajadores cada 15 días”, con un esquema rotativo que hoy implica que parte de la planta está siempre detenida. Los suspendidos cobran “el 80% de su remuneración bruta”, una señal clara de la retracción productiva.

En Mondelēz el cuadro es diferente, pero igual de alarmante: “Se paró la producción una semana para mantenimiento, la segunda semana fue de vacaciones y la tercera es una semana de licencia paga. Todo eso ocurre porque no hay ventas ni trabajo”.

Aunque la empresa otorgará un voucher de $525.000 y otro de $53.000 para la proveeduría interna, el sindicalista aclara: “No puede leerse como algo positivo. El fondo del problema es que no hay venta, no hay trabajo y no hay producción”.

Las imágenes dentro de las fábricas, dice Escalante, son el reflejo más doloroso: “Vos ves los depósitos llenándose de cajas porque no se está vendiendo nada. Cuando no queda lugar, se para la línea. Es alarmante”.

El secretario general del STIA apuntó sin rodeos contra el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo.

“Este gobierno está yendo a un camino sin salida. Si tomáramos el camino de la producción y del trabajo, habría luz al final del túnel, pero hoy estamos exactamente en sentido contrario”.

Escalante cuestionó, además, la decisión oficial de volver al mercado de deuda: “La única manera de salir es generando riqueza. Vivir de préstamos es como vivir de la tarjeta de crédito: tiene un límite y todos sabemos cuál es el final”, dijo.

Asegura que el modelo económico actual apuesta a “un país primarizado, extractivo y especulativo” y que eso deja fuera a millones de trabajadores.

“Este gobierno incentiva al sector especulativo que hace guita por la guita misma y no genera empleo. Eso no es un proyecto de país, es un vaciamiento del trabajo argentino”.

Para el líder gremial, el ingreso irrestricto de productos extranjeros pone en riesgo la subsistencia de miles de empleos: “Es mentira que las importaciones bajan los precios. Entran productos cuyo precio final es más bajo que nuestro propio costo de producción. No se puede competir así”.

La crisis está generando un fenómeno llamativo: gremios y empresas coinciden en el diagnóstico. Escalante lo explica con claridad: “El empleador no está pensando en la reforma laboral. Está pensando en cómo hace para vender su producto. Nadie toma un trabajador porque es barato: lo toma cuando lo necesita”.

Y agrega un dato clave: “Hoy cada vez se necesita menos mano de obra porque no se está produciendo. No hay generación de empleo, hay destrucción de empleo”.

El titular del STIA anticipó que en la central obrera se evalúan distintas medidas, aunque evitó adelantar definiciones: “No se descarta ninguna acción. Estamos esperando una acción articulada, con puentes de diálogo, pero también con firmeza. Este no es el modelo que necesitan los trabajadores ni sus familias”.

Hacia el final, Escalante deja un mensaje contundente: “Nosotros necesitamos trabajo decente, formal, con salarios que permitan una vida digna. Hoy somos el único país del mundo que va en contra de su propia industria. No vamos a permitir que destruyan el trabajo argentino”.