
A casi una semana del triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas, el presidente Javier Milei confirmó un importante cambio ministerial: el actual vocero Manuel Adorni reemplazará a Guillermo Francos como jefe de Gabinete.
También anunció su salida Lisandro Catalán, actual titular de la cartera de Interior y mano derecha de Francos. “Ante los persistentes trascendidos sobre modificaciones en el Gabinete Nacional, me dirijo a usted con el objeto de presentarle mi renuncia para que pueda afrontar sin condicionamientos la etapa de gobierno que se inicia luego de las elecciones nacionales”, remarcó Francos.
De inmediato, Milei le aceptó la renuncia y nombró a Adorni, uno de los leales a Karina Milei en la administración de LLA, como nuevo ministro coordinador. El actual vocero presidencial asumirá su puesto el próximo lunes. El cambio, según se informó de manera oficial, responde al resultado de las elecciones legislativas del domingo y la necesidad de “renovar el diálogo político” para conseguir la aprobación de reformas estructurales en la nueva fase del Gobierno.
Francos renunció después de que se viviera una jornada de máxima tensión en la Casa Rosada. Es que circulaban versiones de que el jefe del Estado ya había decidido correrlo de sus funciones para ungir a Adorni y promover a Caputo. El miércoles a la noche, el ministro coordinador había rechazado las versiones que daban por hecho su corrimiento con una cita de una canción de Como la cigarra, de María Elena Walsh. “‘Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando’. No la quiero cantar acá para no hacer un show”, remarcó.
Adorni es, junto a Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem, uno de los integrantes fieles de la tropa de Karina Milei. En mayo pasado, fue electo como legislador porteño, después de que la hermana del líder de LLA lo eligiera para enfrentar a los Macri en su pago chico. Desde hace semanas se especulaba con que Adorni no iba a asumir su banca. Él lo negaba, pero su postulación terminará siendo testimonial.
Le agradeció a Karina Milei “por la confianza y el apoyo permanente”, y pidió que “las fuerzas del cielo nos acompañen”.
Al retenerlo en la gestión nacional, la hermana del Presidente se garantiza que la Jefatura de Gabinete estará a cargo de un incondicional suyo y no de Caputo. La posibilidad de que el consultor ocupara ese puesto cobró fuerza cuando el canciller Gerardo Werthein anticipó su salida de la Cancillería.
El jueves a la noche, Milei volvió a confirmar que Caputo podría ocupar un cargo formal en el elenco de ministros que prepara para la segunda etapa de su gobierno. El eventual nombramiento de Caputo incomodaba, sobre todo, a Francos, quien tiene diferencias profundas con el consultor. Durante la entrevista con A24, Milei no ratificó a Francos. En cambio, dijo que nada hacía pensar que Martín Menem podía abandonar la presidencia de la Cámara de Diputados.
Desde que revalidó su poder en las urnas el domingo pasado, Milei intenta terciar en la fuerte disputa de poder entre el sector de dirigentes territoriales que responden a su hermana, como Sebastián Pareja y los Menem y los referentes de la agrupación militante Las Fuerzas del Cielo, que reportan a Caputo.
El domingo, cuando se subió al escenario en el Hotel Libertador, búnker de LLA, el primer mandatario buscó apaciguar la disputa y revalorizó el “triángulo de hierro”. Calificó a Santiago Caputo y a Karina Milei como “los arquitectos de este milagro”. Las diferencias metodológicas, que se acrecentaron por el armado electoral, entre el asesor y la hermana del Presidente habían puesto en jaque al Gabinete.
Hasta ahora se desconoce cuál sería el rol que tendría Caputo, pero trasciende que quedaría al frente de una cartera con amplias funciones. Podría absorber interior, para ser el interlocutor político con los gobernadores, y controlar áreas como transporte y obras, que actualmente dependen del Ministerio de Economía.
También tomó fuerza la versión de que Sebastián Amerio, uno de los hombres de confianza de Caputo, se quedaría a cargo de la cartera de Justicia. “Hay que esperar”, repiten cerca de Caputo.
De esa manera, Mariano Cúneo Libarona saldría del Gobierno. En rigor, Cúneo Libarona había pedido apartarse de la gestión antes de los comicios del domingo último, pero Milei le había solicitado que se quedara hasta febrero. Era una manera de contener momentáneamente la puja interna en la cúpula de LLA.
La reformulación del Gabinete de Milei se produjo a 24 horas de que Francos y Catalán organizaran una cumbre con veinte gobernadores en la Casa Rosada. Durante la reunión, el Presidente les pidió respaldo a los representantes de las provincias para aprobar el presupuesto 2026 en el Congreso. También les presentó su hoja de ruta para impulsar los cambios en la legislación laboral, la reforma tributaria y las modificaciones en el Código Penal, los asuntos prioritarios que fijó LLA para la nueva etapa.
En la carta en la que anunció su paso al costado, Francos se jactó de haberse despedido de la gestión de Milei con un encuentro con los gobernadores, destinado a “encontrar mecanismos de diálogo y generación de consensos, imprescindibles para avanzar en las reformas estructurales que la Argentina necesita”.
Francos había quedado acorralado desde que el Presidente dispuso que Werthein sería suplantado por Pablo Quirno al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ese era el único cargo en el que el exfuncionario podía contemplar una continuidad.
Caputo y su tropa sintieron que sus acciones crecieron a partir de que se confirmó el salvataje financiero de Donald Trump, que le permitió a Milei frenar la corrida cambiaria que puso en jaque al Gobierno en la antesala de la elección del domingo pasado. Es que el asesor abrió un canal alternativo en la negociación con la Secretaría del Tesoro a través del empresario Leonardo Scatturice y el consultor Barry Bennet. En cambio, Francos fue relegado de las gestiones. En el Gobierno hay quienes lo asocian a su enfrentamiento con Mauricio Claver-Carone en el BID o las presuntas objeciones de la administración de Trump hacia su figura por sus lazos con China.
Hace un par de semanas, el jefe de Gabinete había tensionado al máximo el vínculo con el consultor cuando le pidió de manera elíptica que formalice su rol y asuma la responsabilidad de tener un cargo en el Gobierno. “Hay algunos que firmamos resoluciones, decretos, proyectos de ley, y hay otros que asesoran y no tienen esa responsabilidad”, enfatizó Francos, en una muestra de su hartazgo con el papel de “monje” en las sombras de Caputo, quien controla los resortes de la SIDE, la ex-AFIP o las áreas de Justicia y Salud en la gestión libertaria.
Corroído por esa interna con Caputo, Francos había atado su continuidad a una charla con Milei. Desde hace semanas venía reclamando un espaldarazo para posicionarse como el interlocutor con la oposición y los aliados, como Mauricio Macri, titular de Pro.
Francos fue el principal promotor de la idea de acercar a Macri, pero Caputo y Karina Milei son menos proclives a abrirle el juego.
