El anuncio de Javier Milei sobre “retenciones cero” para granos y carnes duró apenas tres días y abrió un frente de enojo en el campo bonaerense. Mientras en la Casa Rosada celebraban un ingreso exprés de US$7.000 millones, en la Provincia y entre productores se multiplicaron las acusaciones de estafa, burla y negligencia.
El beneficio quedó en manos de un puñado de cerealeras y agroexportadoras que, en tiempo récord, aprovecharon la ventana fiscal. Los medianos y pequeños productores quedaron mirando de afuera.
Para el ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez, la decisión fue “una burla y un escándalo”.
“Los únicos beneficiados han sido sectores concentrados y exportadores. En tres días el gobierno nacional gastó 1.500 millones de dólares, cuando venía rechazando iniciativas porque afectaban el equilibrio fiscal. Terminó dilapidando millones sin justificación”, afirmó.
La diputada provincial y productora agropecuaria Silvina Vaccarezza fue en la misma línea: “El gobierno de Milei no sabe cómo se maneja el sector, ni cómo son las ventas. Lo que necesitamos son medidas serias y a largo plazo, no un manotazo de desesperación como este”.
Las multinacionales
El economista Hernán Letcher identificó a las grandes beneficiarias: Bunge, LDC, Cofco, Viterra, Cargill, Molinos, AGD, CHS, Amaggi, ACA y ADM. El diputado de la Coalición Cívica y productor Luciano Bugallo no dudó: “Fue una medida financiera para ingresar dólares, no para resarcir a los productores. El Estado dejó de recaudar 1.500 millones de dólares que quedaron en manos de un par de vivos de las cerealeras”.
El malestar también se hizo sentir en el entramado gremial. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) denunció mediante un comunicado: “Terminó siendo un gran negocio para los mismos de siempre. Alteró el mercado de granos, generó incertidumbre y consolidó ganancias extraordinarias para un reducido grupo de intermediarios”.
El enojo llegó incluso a viralizarse en redes con el testimonio de un productor que, exhausto desde su campo de maíz, acusó a Milei y Luis Caputo de orquestar “una estafa de US$1.500 millones”.
“Acá estamos sembrando maíz, apostando una vez más como miles de productores que trabajamos hasta 16 horas por día. Y mientras tanto, vimos cómo Caputo, Milei y un puñado de exportadores hicieron una jugada para llenarse los bolsillos con el esfuerzo de todos nosotros. Lo que me indigna es el silencio: el lunes aplaudieron la medida como si fuera en favor de la producción, y hoy está claro que fue en favor de los vivos de siempre. Llevo 26 años en el campo, con la espalda gastada y los brazos cansados, y estoy harto de que el trabajo de miles de pequeños productores termine siempre en la bolsa de cuatro gordos de siempre. Ojalá el campo despabile y empiece a decir de verdad lo que nos pasa”.