La jornada del domingo encontró al Centro de Convenciones rebalsado: familias enteras, grupos de amigos y turistas de paso hicieron de la tercera jornada una verdadera fiesta. Con el sol a pleno y la música en vivo de fondo, la feria cerró su edición con un balance más que positivo.
Desde temprano, hubo gran movimiento. Los aromas de empanadas recién horneadas, carnes a la parrilla y dulces artesanales se mezclaban con la música de artistas locales que animaban. Los más chicos corrían entre stands de juguetes y peluches, mientras los adultos se detenían a conversar con productores que, orgullosos, mostraban el resultado de su trabajo.
El espíritu de la feria volvió a quedar reflejado en las voces de sus protagonistas. “Para nosotros fue increíble. Vendimos mucho, pero además nos llevamos contactos y proyectos para el futuro. Potencia es más que ventas, es una red que nos hace crecer”, contó Eduardo López, productor apícola.
En tanto, Mauricio Maximiliano Choque, de Cachi, destacó la dimensión cultural de la feria: “Mostrar nuestras artesanías en un espacio así es mantener vivas las costumbres de nuestros abuelos. Me voy agradecido y con ganas de volver”.
Los testimonios también llegaron del lado del público. “Blanca, vecina de barrio Limache, disfrutó la jornada con sus hijos: “Nos llevamos dulces, artesanías y plantas. Es un paseo completo, distinto a cualquier otro en la ciudad”.
Mientras tanto, un grupo de jóvenes que probaba tragos en una barra comentó: “venís por curiosidad y te terminás quedando toda la tarde. Hay precios accesibles”.
Con cada edición, Potencia se consolida como un verdadero puente entre la producción y la comunidad. El espacio no solo generó oportunidades comerciales inmediatas, sino que sembró vínculos y abrió nuevas posibilidades para quienes apuestan por emprender en Salta.
El cierre de ayer fue también una postal de futuro: puestos repletos, productos agotados y visitantes que ya preguntaban por la próxima edición. Demostró, una vez más, que el esfuerzo individual cobra fuerza cuando se encuentra con un espacio colectivo, capaz de transformar creatividad en desarrollo.
Lo que queda es la certeza de que Potencia no es una feria más: es una vidriera, un motor y un símbolo de lo que los emprendedores salteños son capaces de lograr cuando tienen el espacio para crecer.
