Por Natalia Aguiar
A una semana de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, la falta de propuestas de los políticos, la campaña sustentada en términos soeces y mundanos no hacen más que poner en evidencia la falta de empatía y consideración de la clase política para con una sociedad que demanda respuestas.
En la época menemista se jactaban de pizza, Ferrari y champagne, pero en éstas elecciones los políticos cayeron aún más bajo y mostraron sus peores facetas. Victoria Tolosa Paz, habló de “garchar”, en un intento de acercarse a la juventud, mientras María Eugenia Vidal planteó que no era lo mismo fumar porro en Palermo que en la villa, la madre de Florencio Randazzo grita en las promociones, José Luis Espert juega a ser el Increíble Hulk, y Diego Santillli armó una camioneta militante, ¨La Santileta”. No nos privamos ni de la cumbia, ni del reggetón. L-Gante canta el abecedario, chori, pancho y algo más.
Por el voto joven
La búsqueda de tener símbolos y cuestiones comunes con el electorado no son eficaces, por el contrario alejan a la gente de las cuestiones políticas, al punto de sentir apatía y bronca, porque pasan las elecciones y las situaciones sociales empeoran. Sólo mejoran las vidas de los políticos, pero la gente sigue con sus problemas, la falta de vacunas, de posibilidades, proyectos y un futuro cierto con moneda estable.
Quizás los políticos se quedaron en formatos antiguos y no interactúan con la gente como podrían hacerlo por las redes sociales. Siguen con spots televisivos basados en frases y simbologías simplistas. Todos buscan el voto joven, un voto apático, desencantado, de quienes miran al exterior como horizonte de posibilidades. Según un informe de la Cámara Nacional Electoral, unos 861.149 jóvenes entre 16 y 17 años estarán habilitados este año para emitir su voto por primera vez a nivel nacional: representan casi el 2,5 % del padrón electoral.
Las elecciones permiten ver hasta dónde están dispuestos a llegar los políticos en afán de ganar.
El voto joven, “es donde los dirigentes ven las mayores posibilidades de crecimiento y captación de voto disponible. Entre los jóvenes es en los que se está viendo mayores niveles de indefinición, de desencanto, de apatía, de desilusión con la situación política. Es un segmento que mayoritariamente se volcó al Frente de Todos en el 2019. Si vos analizás el desencanto de los votantes del Frente de Todos por segmento etario, te vas a encontrar con que el mayor desencanto se da entre los jóvenes”, explica a TN Lucas Romero de la consultora Synopsis.
“Los jóvenes están buscando un espacio, pero no se sienten interpelados. No están desinformados, no hay que subestimarlos. Es un sector más indefinido, no es seguro que vayan a votar, no es seguro que, si van, voten a alguien. Pero es el segmento que va creciendo, va siendo cada vez más importante, y en unos años ese porcentaje va a ser mayor y si ya no les llegaste, va a ser difícil llegarles”, detalla Mariel Fornori de Management & Fit.
Pero los referentes políticos en vez de cautivar, de seducir con propuestas, los subestiman con terminologías soeces para tratar de llamar la atención del momento sin certezas para el futuro.
Alberto plebiscita su mandato y direcciona su gestión
Alberto en modo “todo o nada”, pretende convalidar su administración, porque una derrota significaría perder las esperanzas de la reelección en 2023. Si bien en el seno del Gobierno advierten que la elección arrojará números más apretados, confían en el triunfo del Frente de Todos.
Además, están convencidos que para los comicios de 2023, el contexto será distinto, habrá una vacunación socializada y aspiran a lograr mejoras en la economía. El triunfo le asegurará a Alberto la posibilidad de relanzar su gestión. Por ello, si bien está molesto con las críticas de La Cámpora y otros sectores del kirchnerismo, apuesta fuerte a esta etapa y se apoya en sus hombres de confianza: Santiago Cafiero, Jefe de Gabinete; Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social; Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas. Como Juan Pablo Biondi y Julio Vitobello, son algunos de los que trabajan sobre los efectos que podría generar la victoria del Frente de Todos.
La semana pasada en el acto de La Plata fue el único orador y en los próximos días estará muy activo. El martes visitará Mar del Plata, el miércoles asistirá a la fábrica Penalty en Chivilcoy, junto al embajador en Brasil, Daniel Scioli . Y el jueves será el cierre de campaña en el Estadio Único de La Plata, con la vicepresidenta como los principales oradores. Aunque la tensión entre ellos es alta, se necesitan, pero el cortocircuito estallará por los aires en cualquier momento.
Cristina está cansada de tener una actitud protectora con Alberto, pedirle que ponga las cosas en orden, y que del otro lado no se acuse recibo. Están distanciados pero deben mostrarse juntos en campaña. No son momentos fáciles. Además, Axel Kicillof no sería el único gobernador peronista que mantiene quejas con Alberto, muchos otros de ellos reniegan de tener que recibirlo en sus provincias. Alerta. Un pleito de liderazgos que avizora lo que sucederá previo a las elecciones 2023.
Internas para todos y todas
Las rispideces no se centran en el Frente de Todos, los referentes de Juntos por Cambio también se sacan chispas. Horacio Rodríguez Larreta lidera la campaña en capital y provincia pero con internas feroces entre los partidarios y candidatos.
Según las encuestas habría ventajas de Diego Santilli en provincia frente al radical Facundo Manes, aunque el neurólogo podría ser una tercera fuerza en esa interna.
María Eugenia Vidal en territorio porteño es crucial pero no por eso menos conflictiva, ya que Patricia Bullrich no sólo trabaja en el interior sino que además se atrevió a decir “hubiera sacado más votos que Vidal”. Es que Vidal es bonaerense, recayó en capital con miras a comicios presidenciables. Larreta está atento a las encuestas porque los resultados podrían alejarse de lo esperado.
En Juntos por el Cambio pretenden lograr 30 puntos en las PASO y evitar que Leandro Santoro sume terreno en el conteo de listas individuales. Mauricio Macri sorprendió con su rol activo en la campaña aunque apuesta a mudarse a Córdoba, centro del país para pensar el 2023.
Mientras en los socios radicales, la tensión aumenta entre Martín Lousteau y el gobernador jujeño, Gerardo Morales. No está fácil en la UCR tampoco. Mario Negri en la provincia de Córdoba es apoyado por el radicalismo clásico y por Macri, ya que lleva a Gustavo Santos como candidato.
En Santa Fe ocurren otras tantas diferencias, el Pro apoya a Federico Angelini; Negri y Elisa Carrió le tendieron la mano al radical José Corral y Lousteau bendijo a Maximiliano Pullaro, quien fuera ministro de Seguridad del socialista Miguel Lifschitz. En tanto, el ex titular de la UCR, Mario Barletta , compite con la periodista Carolina Losada, quien no repara en criticar a Mauricio Macri. UCR, Pro y CC divididos entre sí, en varias provincias.
Las elecciones en todas sus versiones muestran las vísceras de los políticos, la mayoría de ellos, alejados de la gente y con ausencia de propuestas genuinas. El sentimiento de la ciudadanía se podrá ver en los resultados de las urnas, donde podría haber sorpresas con los votos en blanco, la poca asistencia a los comicios, y el voto a espacios liberales o con referentes que mantienen un discurso antisistema. Una especie de rebeldía del ciudadano a través del voto, su único espacio de poder. Y qué poder…