Gobierno de Salta
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Por Natalia Aguiar
Contrario a lo que ocurre en la mayoría de los países del mundo, donde surgen cada vez más opciones electorales, en argentina se consolidan sólo dos fuerzas, el Frente para Todos y Juntos por el Cambio.

De hecho, el tironeo por la presencialidad en las aulas porteñas entre el Gobierno nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, demuestra que más que un tema de educación y salud, se trata de una disputa política. Los niños en el medio, como botín de guerra.
Si nos paráramos en la plaza de Mayo, podríamos observar palpable, que de un lado se ubica la Casa Rosada, sede del gobierno nacional, y del otro, la Casa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, más o menos así para ejemplificar el tema de jurisdicciones y competencias. Tanto el tema de la quita en la coparticipación a Horacio Rodríguez Larreta como la supuesta interferencia en facultades de la ciudad, la cuestión deberá resolverla la Corte Suprema que ya se declaró competente, pero que quizás resuelva ya pasada la urgencia, como acostumbra…
Así, se consolidan estos dos partidos sin otras opciones ante una realidad poco feliz, con malos presagios en plena pandemia, segunda ola de Covid, pobreza, inflación e incertidumbre. Lo que para otros países y sociedades sería tierra fértil para nuevas voces y nuevos rumbos, en Argentina ocurre lo contrario. El país se empantana en el bipartidismo.
El tema es que ambas fuerzas políticas carecen de propuestas productivas, concretas, y cuentan con antecedentes de fracasos en sus administraciones anteriores. Es cierto que a Alberto Fernández, a diferencia de los otros presidentes, le tocó un momento adverso e histórico a nivel mundial, que nunca hubiera imaginado. Gajes del oficio. Pero la falta de credibilidad de su gestión, la situación económica, pandemia mediante, hace rato que son cuestión de Estado y mucho más en este año electoral.
Lo realmente preocupante es que éstas fuerzas políticas parecen impermeables ante el contexto de incertidumbre, índices inflacionarios, pérdida de valor de la moneda, un sistema de salud en alerta roja y la amenaza de restricciones aún más estrictas ante las cifras que arroja el Covid a su paso. El escenario estaría dado para que se quiebre acuerdos y aparezcan nuevas opciones que peleen por los votantes, es que se percibe fastidio, hartazgo, enojo en la sociedad pero los argentinos parecemos víctimas del Síndrome de Estocolmo. O el “me pega, pero es bueno”, “pegáme que me gusta”, una cuestión enfermiza, arraigada de raíz que amerita un profundo estudio sociológico. Quizás entre ambas fuerzas ronden el 80% del electorado, o un poco más en las elecciones Primarias o las PASO. La cuestión avanza, la oposición acordó postergar ambas elecciones primarias a octubre, y las generales a Noviembre, pero las opciones siguen siendo las mismas. No se han puesto de pie otras que reflejen el pesar de la gente. Si esta hipótesis se cumple, “las de 2021 serían, tal vez, las legislativas más bipartidistas de la historia argentina. El saber convencional dice que en Argentina las elecciones presidenciales concentran la oferta, y en las legislativas el voto se dispersa”, tal como lo detalla el politólogo Julio Burdman. Más luego hace el siguiente análisis: en 2017 se enfrentaron Cambiemos, el kirchnerismo, el PJ de los gobernadores y el massismo; el 2013 fue el encuentro del Frente para la Victoria, el Frente Progresista (UCR, Socialistas y Coalición Cívica), el massismo y el PRO; y en 2009 el Acuerdo Cívico y Social, el Frente para la Victoria, Unión PRO y el Peronismo Federal…


En alerta rojo


El crecimiento de los casos de Coronavirus en las últimas dos semanas ha sido impactante en todo el país. Si bien las cifras alarmantes continúan en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, ya hay 23 de las 24 provincias en alerta rojo, advirtió Analía Rearte, directora nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación. Con los datos sobre la mesa, lo cierto es que el 75% de los departamentos del país, de más de 40 mil habitantes, está en alto riesgo epidemiológico. Misiones es la única provincia que no tiene zonas en alerta roja.
La situación es muy compleja. El fin de semana el neurólogo Conrado Estol cruzó al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, por la falta de destrezas para la consecución de vacunas como lo hicieron en otros países. “Si esto es el Titanic, nos ofrecieron salvavidas y elegimos el violín”, dijo Estol a Berni que se quedó sin palabras, casi desbordado por la situación y lanzando llamas a través de la mirada. Todo fue captado por las cámaras de canal 13 en La Noche de Mirtha. La verdad alguien se lo debía decir al oficialismo. Está en juego la vida.
Las cifras, el escenario, el contexto, los niños en el medio y la pobreza que arrastra la pandemia, son razones más que suficientes para que las coaliciones fuertes de este bipartidismo argentino, se sentaran a conversar y dialogar como adultos. Pero se pelean como gatos panza arriba y miran hacia otro lado. Quizás …su propio ombligo.