Por Natalia Aguiar
Javier Milei parece que decidió dedicarse a las cuestiones de la Economía dura y las relaciones internacionales en su gobierno, mientras delegó en su hermana, Karina Milei, todo el entramado político, acuerdos en Diputados y Senadores, las reuniones con los ministros y el armado de la Libertada Avanza en todo el país. O sea, el ejercicio del poder político lo lleva a cabo ella: “El Jefe”, como le dice el presidente.
La blonda fue elegida como primera dama de Argentina al momento de recibir el bastón presidencial. Se hace lo que ella dice y punto. Su carácter forja los destinos de este país, y los que se atrevieron a enfrentarla, fueron eyectados del círculo rojo.
Flaca, menuda, teñida de rubio, Javier la llama Kari o El Jefe, en masculino, o primera dama. La hermana pequeña del presidente es la persona en la que él más confía, su estratega de campaña, su estilista, alguien a quien califica como “el Mesías”. Karina Milei, de 50 años, ocupa el rol de eje emocional del presidente.
Muchos que conocen las internas del poder la consideran el cerebro de La Libertad Avanza, del fenómeno “motosierra” Milei. Karina Milei irrumpió en la política argentina. Muchos en Argentina la consideran el cerebro gris del fenómeno Milei. “Vos sabés que Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Entonces, Dios le mandó a Orón para que divulgue. Bueno, Kari es Moisés y yo soy el que divulga. Soy solo un divulgador”, explicó durante una entrevista Milei, emocionado y entre lágrimas. Para entonces Milei ya era diputado. Quedaba un año para la campaña presidencial.
Karina fue su bálsamo durante su niñez, cuando sufría el matrato de su padre y el bullyng en el colegio. Siempre abocado a la soledad, era Karina quien lo acompañaba en sus silencios y profundas tristezas. Javier no se habló con sus padres durante años y en público los llamaba “progenitores”. Pero la noche de las elecciones, los padres estuvieron junto a sus hijos durante el escrutinio y en el momento de la victoria. Karina nunca rompió la relación con sus padres. Karina fue y es su conexión con la luz, con la claridad en la vida del presidente.
“Uno siempre tiene que tener alguien a quien reportar. En mi caso yo reporto a mi hermana”, decía Milei cuando aún era diputado. Ella es la persona que desde hace años gestiona su agenda, sus entrevistas, sus conferencias en Argentina y el extranjero. Ella decide quien puede acercarse o no a su hermano.
Licenciada en Relaciones Públicas, estudió pastelería, es escultora aficionada y fue copropietaria de una tienda de neumáticos, además de haber manejado el patrimonio familiar. De hecho, el periodista Hugo Alconada Mon cuenta sobre la adquisición de propiedades en Miami a través de créditos bancarios con bancas extranjeras que tienen un mal final porque pensaban alquilarlos para turismo y justo llega la pandemia, por lo que perdieron más que ganar. Terminaron perdiendo dinero y vendieron los inmuebles.
Potencias esotéricas
Su faceta de médium y tarotista, experta en energías del más allá, Karina es la fuerza del cielo que protege a Milei. A finales de 2017, cuando Conan, el perro de Milei, murió, Karina intentó sostener a su hermano por todos los medios posibles. Fue en ese momento en el que decidió estudiar con Celia Melamed para convertirse en médium, y empezó a comunicar a su hermano con su perro fallecido. Así comenzó la etapa esotérica que años después termina con la aparición de Dios y “la misión” que le traía a Milei: incursionar en la política argentina porque estaba destinado a ser presidente de los argentinos en 2023.
Es ella, El Jefe, la que conecta con el otro jefe, Dios o las fuerzas del cielo. Ella es la mensajera, el médium. Es ella el nexo con Dios. Es ella, como dice su hermano, “Moisés”. En la Secretaría de Presidencia, está más empoderada que nunca.
Karina está al mando de las estrategias políticas desde el Gobierno. Recibe a Milei cuando llega a Casa Rosada, y luego lidera las reuniones con sus socios políticos, con sus aliados, con los diputados, con senadores, y viaja por el país para cerrar acuerdos en el Senado y afiliar gente para la Libertad Avanza, mientras avanza en la consecución de la personería jurídica de su partido en cada rincón del país.
Es Milei el que delega en ella el poder del Gobierno, y Karina ya no oculta su poder real. Ha sobrepasado incluso a la letra constitucional que plantea un rol esencial para el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Pero él sabe del poderío de Karina y ni piensa en enfrentarla. Se limitará a visitar el Congreso porque lo exige la Constitución, pero la última palabra la tendrá siempre El jefe.
Asociada a sangre con los Menem, tanto Martín como Lule, Karina Milei se aferra al poder y no piensa dejarlo. La recibieron el fin de semana pasado en Rosario con carteles que decían: “Karinismo”. Quizás sea candidata en las próximas elecciones, aunque los que la conocen creen que a ella le pertenece el verdadero poder de los poderes, las trastiendas.
En Diputados y durante el segundo tratamiento de la Ley Bases, la secretaria general de la Presidencia tuvo un rol esencial para lograr su aprobación. Fue ella la que logró desatar feroces internas en el bloque oficialista, y luego arribó al despacho de Martín Menem para contener a la tropa propia y evitar daños mayores. Fue por más de cinco horas en la antesala de la discusión de las herramientas con las que el Poder Ejecutivo busca robustecer su capacidad de gobernabilidad frente a los mercados y al Fondo Monetario Internacional. Necesita construir un escenario de gobernabilidad, puertas adentro y para el exterior.
Es Martín Menem quien la acompaña en el desafío de tener un armado propio y lograr la personería jurídica de La Libertad Avanza en todo el país. Por ahora sólo en las provincias de Salta y La Rioja la tienen. Aunque consiguieron oficializar el sello partidario en cinco distritos, esto habilita a LLA a nivel nacional.
La relación política entre Martín Menem y la hermana del presidente se hace cada vez más sólida. “Es un vínculo de confianza”, sintetizó Menem en una entrevista.
En la ciudad de Buenos Aires, terruño propio del PRO, Karina Milei eligió a Juan Pablo Scalese, un economista de 31 años sin trayectoria política, pero cercano a ella. “El Jefe” quiere independizarse del Pro como principal aliado y superar cualquier condicionamiento del macrismo a los libertarios. Apuesta a colonizar la ciudad de Buenos Aires con su propia impronta. Así lo hizo ya en la Cámara Baja donde favoreció a Martín Menem como presidente del cuerpo, en vez de a Cristian Ritondo. No es sólo una rubia tarotista. Karina desconfía de sus aliados políticos y sigue sus instintos para retener espacios estratégicos.
Sin embargo, frente a la inminente posibilidad de que la Ley Bases retorne del Senado a Diputados, Karina Milei mantuvo dos reuniones con Ritondo, donde dejó en claro que la colaboración es macrista pero el liderazgo es libertario.
Federico Sturzenegger fue otro de los desplazados de la discusión parlamentaria por Karina Milei. En el primer tratamiento de los proyectos de Milei, su brazo ejecutor, Maximiliano Fariña, fue parte de las negociaciones con los bloques dialoguistas a la par de José Rolandi, segundo en la cadena de mando del Jefe de Gabinete Nicolás Posse. Esta vez, Fariña y Posse brillaron por su ausencia. Orden del “Jefe”.
El ”Karinismo” crece
Vivió como una victoria propia la media sanción en Diputados de la Ley Bases. Se la vio sonriente y victoriosa en el palco central del recinto junto con Rolandi, Lule, Francos y el secretario de Integración Socio Urbana, Sebastián Pareja. Fue una conquista suya. Este es el poder que detenta junto a Menem.
Karina Milei es un dirigente con peso propio en la estructura de la Libertad Avanza y en el Gobierno. No oculta su poder y va siempre varios pasos adelantados al resto. Si alguien se atreve a desafiarla y desobedecerla, ruedan cabezas, como fue la de Ramiro Marra y hasta la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Al Jefe lo respetan a fuerza de carácter y garrote. Una situación peligrosa, si no acepta diferencias u opiniones distintas. Imagínese a aquel que descree de los vínculos con el más allá y el más acá. O aquél que la desafíe en su rol de médium y tarotista profesional. Que las fuerzas del cielo protejan a los argentinos…