Gobierno de Salta
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Ella lanzó la campaña política 2023 y sin nombrarlo, arremetió contra Alberto Fernández, como si no fuera parte de este Gobierno que parece no tener más tela que cortar. Fue el viernes pasado en Pilar, en un acto organizado por la Unión Obrera Metalúrgica, su primera actividad masiva tras el atentado que sufrió.

Por Natalia Aguiar

Cristina Kirchner parece decidida a encabezar la campaña electoral, como candidata presidencial. Con el triunfo de Lula da Silva en Brasil, ella arremete. A por todo.

Nada improvisado, y apenas ganó el presidente electo brasilero, se puso una gorra que decía: “CFK 2023”. No es un fantasma del pasado, es el presente golpeando la puerta de la Argentina agobiada y sin capacidad de reacción.

En ese evento, Cristina explica sin explicar, que debió crear un presidente, en referencia a Alberto Fernández, para salvar el proyecto y el país. Toda la debacle posterior, es culpa de Alberto Fernández. De él, y sólo de él.

Es un discurso perverso y psicótico, para los que saben de psicoanálisis, destrata a un gobierno que ella gestó, y del cual sigue siendo parte, sin haberse separado. ¿Será que Alberto y todos los argentinos que lo votaron cayeron en la trampa de un presidente hecho a medida para luego convertirse en enemigo? ¿Créo Cristina su propio enemigo? Ella es parte del problema, sino el problema principal. Eligió a Sergio Massa, como ministro de Economía, para arreglar los desastres de Alberto. Y Massa tiene aspiraciones presidenciales, aunque debe cumplir metas y hacer bien los deberes.

La crisis económica y social es tal, que quizás la misma situación como la falta de otro líder nato en el espacio peronista, la lleve otra vez a la candidatura presidencial. Algo que su hijo Máximo, fogonea desde La Cámpora.

En el acto de la UOM ella se lanzó y expresó: que iba “a hacer lo que tenga que hacer” para “devolverles la alegría a los trabajadores”, un misil para los peronistas que pretenden hacerle sombra o aspiran a competir en 2023.

Su gente ya empezó a hablar de su vuelta. Andrés “Cuervo” Larroque dijo que: “Cristina es lo que quiere la gente”. Mientras Carlos Zannini, ex Secretario Legal y Técnica de su gestión, deslizó : “Si ella ve la necesidad de ser candidata, no le va a esquivar el bulto”Ni que hablar de Axel Kicillof, que es quien más apoya la vuelta de Cristina al mando oficial. Máximo apoya este proyecto e impulsa a Kicillof mientras propone e impulsa nombres en jurisdicciones centrales para e kirchnerismo.

 

“Cómo llegar a la presidencia ante un país devastado”

Ese sería el título del nuevo libro que debiera escribir Cristina Kirchner tras su “Sinceramente”, idea de Alberto Fernández.

El kirchnerismo será kirchnerismo pero nadie puede negarle el rédito al manejo del doble discurso y poder cambiar las tácticas y estrategias, para donde mejor alumbre el sol. Ejemplo: Ahora quieren erradicar las PASO, obra mentada por Néstor, pero que ahora ya no les reditúa porque saben que pierden.

La nueva postura será tratar de limpiar de culpas a Cristina por la pésima administración económica de Alberto Fernández. El actual presidente es el culpable de todo lo malo que acontece. Cristina viene a salvar. Cristina es la redención. Santa Cristina.

Massa es la cabeza visible de la misión de evitar por todos los medios posibles, una devaluación que sería trágico para los argentinos. Un instrumento más de las estrategias cristinistas para lograr su meta 2023. ¿Será Massa otra víctima de Cristina, el próximo enemigo de su proyecto de país?

El frente enemigo, es Mauricio Macri y su indecisa gente que representan la derecha, el orden neoliberal, la mejora de empresarios y amigos en contra de la gente trabajadora, del obrero, del hombre normal. Ella planteó que: "Es posible recuperar el salario de los trabajadores, porque ya lo hemos hecho”. "El mercado sigue presionando con el alza de precios, quiere una devolución porque tiene sus colocaciones en dólares. Quiero rescatar el esfuerzo que se está haciendo (desde el Ministerio de Economía), pero es necesario que las organizaciones sindicales se involucren en la discusión porque el pato de la boda, van a ser de nuevo los trabajadores y trabajadoras", afirmó ante la UOM.

Cristina pide discutir con datos, pero lo cierto es que durante las gestiones de Néstor y las de ella, los datos fueron manejados “a piacere”, así que la credibilidad de ellos es nula.

Cristina, al igual que la oposición, omite explicar de qué manera podrían llevarse a cabo estas políticas públicas para recuperar el valor de la moneda, el valor del salario, el valor de la dignidad de los trabajadores. Nunca detalla las estrategias para poder paliar la ascendente inflación que agobia a los argentinos y que los aisla del mundo cada vez más y más.

Entre los obreros de la UOM le gritaron a Cristina “Subí la hora”, casi como una amenaza ante tantas promesas incumplidas. Se escuchaba también “Cristina presidenta”, pero los obreros no la dejaron pasar e hicieron su pedido a viva voz. Es que por más que quieran demostrar fortalezas y poder, al obrero, a la clase media, al trabajador, no le alcanza para vivir. La indigencia es la regla en la Argentina actual. No podrán tapar el sol con un dedo.

Gabriel Rubinstein, viceministro de Economía, dijo ante el Senado que el riesgo de hiperinflación no se eliminó del todo. El FMI también detalló su diagnóstico: “En la Argentina, las vulnerabilidades internas y la incertidumbre en torno a las políticas, sumadas a un empeoramiento del entorno externo, están agravando las perspectivas”. O sea, que todo indica que la cosa podría ponerse peor.

 

Dato mata relato

Todo indica que los índices de inflación de octubre serán superiores al 6,2% del mes de septiembre. El banco Central no frena la pérdida de dólares y no hay más respaldo. Esto pese a que están prácticamente cerradas las importaciones, el control de acceso al dólar es más que estricto, el cruce de datos en la AFIP está a la orden del día, y los diseños de autor de tipos de dólares en argentina no dejan de asombrar. Hasta tuvimos el dólar “Coldplay”, para no quedar fuera de “onda”.

Cristina mandó su mensaje a los caciques peronistas, construye su castillo de cristal y sueña con su futuro presidencial, pese al riesgo de perder e incluso perder los fueros. Ella ya lanzó su candidatura y va por más. Y Alberto salió al cruce de Máximo Kirchner que lo llamó “aventurero” y dijo “Me pueden acusar de cualquier cosa menos de hacer aventuras personales”, aseguró el presidente. Tengo la decisión de que ganemos las elecciones en 2023 y sé que es posible. Estoy seguro que es posibleLes pido a los compañeros que me ayuden a eso, después discutiremos quién es el mejor candidato o candidata”, indicó y agregó: “Cuando un compañero habla mal de otro compañero, empieza a dejar de ser peronista”. El tema en cuestión es que ni Máximo, ni Cristina son peronistas. Son kirchneristas.