Gobierno de Salta
Banner central top 1 separador

07 18 aguiar

La Argentina disparatada e incoherente que no deja de asombrar por sus incongruencias a la hora de implementar políticas públicas en pos de los argentinos.

Por Natalia Aguiar

Resulta que ahora los ciudadanos de este bendito país deben llenar un formulario on line para que no les retiren los subsidios a los servicios básicos, lo que pone de manifiesto además que el Estado no cuenta con registros de los mismos.

Sin embargo, los subsidios a los grandes empresarios es inexcusable frente a las necesidades de las provincias pobres y las zonas del país que carecen de acceso al gas, agua, luz, y ni hablar de internet.

Cristina y Máximo Kirchner, junto a Néstor obviamente, fueron los impulsores de un sistema obsceno -frente a las necesidades de los argentinos- de un subsidio que favorece a los grandes terratenientes de la Patagonia, la zona central del país, y el sur de la provincia de Buenos Aires. Mientras la clase media y trabajadora de Argentina debe recrudecer sus finanzas y pagar impuestos imposibles de asumir, el gobierno financia los servicios de los poderosos. Incongruencias obscenas que enfurecen, entristecen y debilitan la moral argentina.

Desde hace años que el kirchnerismo fomenta políticas tarifarias injustas y que causan graves problemas a la economía del país. El exministro Martín Guzmán, como Matías Kulfas, renegaron de eso, pero les costó el cargo. Pese a los esfuerzos por equiparar gastos, equilibrar las tarifas y evitar subsidiar a los poderosos, fue todo en vano porque la orden desde el kirchnerismo es otra. Estos peronistas no fueron los únicos interesados en equiparar los gastos para todos los argentinos en igualdad de condiciones, también lo hizo en su momento el exministro de economía Roberto Lavagna y el ex gobernador bonaerense y embajador en Brasil, Daniel Scioli.

El tema subsidios de energía en Argentina, revolea ministro por los aires. ¿Qué habrá detrás de todo ello? ¿Negocios? ¿Negociados? Pero ni dudarlo.

Se dice una cosa, pero se hace otra. Haz lo que yo digo, pero no lo que hago.

 

Para peor de peores, Cristina “volteó” a Alberto

El sábado pasado, Elisa Carrió arremetió con todo. Aseguró que la salida del exministro Martín Guzmán fue un fuerte golpe contra Alberto Fernández. Ahora se pone sobre el tapete que Alberto Fernández no estaría a cargo de la presidencia.

“Estamos en el peor de los mundos”, dijo al respecto de la situación económica del país y tras ello justificó su postura al indicar que el panorama “se agravó sustancialmente cuando Cristina voltea finalmente al Presidente, que está pero no es más presidente, desde la renuncia de Guzmán”.

“Es muy difícil sostener esta presidencia sin presidente”, agregó Carrió, quien también cargó contra Guzmán, para quien “con la presentación de su renuncia pensó en su carrera personal, hizo lo que haría cualquier egoísta”, y dijo “¿Cómo iba a solucionar la deuda de los próximos meses si esto estaba trabado por Cristina? 

Para Carrió, lo que hizo Cristina contra Alberto fue un “alzamiento”. “Faltan pocos hechos para confirmar el delito de alzamiento contra las autoridades; la frase (de Cristina Kirchner) de ’no voy a revolear ministros’ la conduce en una conducta” en esa dirección.

Para Carrió, la ex mandataria sólo busca impunidad en medio de las varias denuncias en su contra por corrupción. “Cristina busca la impunidad, que no la va a lograr, pero en el medio hace caer a Fernández y licua la posibilidad de una Argentina que transite con no violencia”, afirmó en diálogo con radio Mitre. Todo esto ante una supuesta tregua entre Cristina y Alberto, que no es suficiente para lograr la estabilidad social y económica que necesita Argentina.

“Estamos en un momento de desgranamiento del poder, la tregua no lo evita. Creo que el Presidente ya simbólicamente se retiró, le han quitado toda mínima capacidad de maniobra. No tiene más poder, esto en un sistema presidencial es un combo explosivo”, remarcó.

Carrió resaltó que estamos ante meses “muy difíciles” para la economía. “La devaluación del peso no está en relación con el dólar oficial, sino con el blue”, al que vinculó con las remarcaciones realizadas por empresarios y comerciantes “para poder cubrirse”.

“La única defensa que tienen los que producen y los que trabajan frente al dólar es estoquear, porque no sabés a qué precio podés comprar”, sentenció. Es que el dólar ahorro no existe para la mayoría de los argentinos.

Carrió vaticinó un porvenir complicado en materia económica. “Lo que pasa en consecuencia es una inflación real y el estoquear o vender a precios más caros está ligado a mantener algo de capital. Esto es muy delicado”, sostuvo.

Tras ello advirtió: “Veo meses muy difíciles… hay muchos conflictos sociales, mucha ruptura de la cadena de suministros... estamos en el peor de los mundos”.

 

Batakis, batakea

En medio de la pulseada política, deberíamos preguntarnos las razones por las que renunció Martín Guzmán. Ya que Silvina Batakis contó con el aval de los mercados sólo 24 horas. Más aún ahora que sólo pone en marcha medidas de urgencia sin razón de ser. Sin tecnicismos. Sólo con manotazos de ahogados. La flamante ministra anunció el revalúo inmobiliario, que aumentará los impuestos que se deberán pagar por bienes personales. No conforme con ello, aumentó 10 puntos la retención de impuestos para los gastos en el exterior. La clase media más acorralada, como nunca. Impuestos país, ganancias, impuestos al turismo, la quita de subsidios, el dólar incesante que casi llega a $300 pesos. Un país devaluado, sin credibilidad para el resto del mundo y sin oxígeno para los argentinos.

La situación es tan grave que ni siquiera la oposición quiere asumir tamaño descontrol. Así es que el martes de esta semana se juntarán los referentes de los partidos políticos que confluyen en el PRO, porque creen que ante la severa crisis que atraviesa Argentina, deben pensar cómo manejarse ante el oficialismo y ante la posibilidad -aún remota por cierto- de asumir las riendas de este país.

Cautela, estupor y dudas frente a la incertidumbre argentina que ahoga, una Argentina asfixiante.