Gobierno de Salta
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Por Natalia Aguiar

En Argentina ya se percibe la sensación de que todo saltará por los aires tras el domingo próximo, día en que se vota a los legisladores definitivos. No sólo sería sensación ya que en muchos supermercados nacionales y chinos se están regateando alimentos de primeras marcas, quesos y carnes.

Una odiosa sensación de inestabilidad e incertidumbre a la que los argentinos parecemos resignados. Ya nada nos asombra, y todo parece ser parte de ciclos que se repiten años tras años, décadas tras décadas. La inflación es parte de la historia argentina, pero lo expreso con tristeza y preocupación. Como lo vivencia, usted, usted y usted.

La gente de a pie, el asalariado, el ciudadano clase media y baja, espera el estallido en cualquier momento… Y esas alertas se respaldan en datos ya que las tarifas y precios, estarían congelados, por ahora, pero tras el próximo domingo pareciera que todo será caos y falta de insumos. Con un dólar cercano a los 200 pesos, con una brecha irreconciliable entre el dólar oficial y el paralelo, la seguridad jurídica y estabilidad para las inversiones se diluye como agua entre los dedos… Una economía sin rumbo, destinada a la pobreza, a la triste realidad de Argentina.

Si bien las inversiones se ilusionan con arreglos con el Fondo Monetario Internacional, la cuestión está muy empantanada y la falta de claridad en la comunicación del Gobierno, genera mayores incertidumbres que certezas. Mientras cercanos al presidente Alberto Fernández plantearon que Argentina habría pedido una exención de plazos para acordar, desde el ministerio de Economía lo niegan.

La gente está muy cansada de la opereta política y la falta de respuestas concretas. Ha bajado la calidad de vida de los argentinos, cada vez se necesita mayor cantidad de dinero para comer lo básico, transitar para ir a trabajar, pagar impuestos y comprar remedios, porque el ahorro es cuestión de unos pocos privilegiados.

 

Cristina fuera del round

Los resultados previstos por las más prestigiosas consultoras para el próximo domingo, no son nada alentadores para el oficialismo. Y ya se preparan para un acuerdo de unidad y gobernabilidad que se lanzaría el lunes 15 de noviembre. “Hay que seguir”... ese es el slogan del Gobierno.

Desde el 2007 que Cristina no se ausentaba de la última etapa de la campaña electoral, pero ahora, la salud le pidió tomarse el tiempo para sí. El clima electoral no es el mismo sin Cristina, el oficialismo amasa la derrota que se viene. La “Jefa” no está, y estará ausente en el cierre de campaña como el domingo para recibir los resultados electorales. Ella ha delegado la elección legislativa en su hijo Máximo Kirchner, quien a su vez decidió postergar la resolución de autoridades del peronismo bonarense para el mes de marzo. No hay ánimo, no hay emotividad, hay resignación ante la derrota que parece inevitable. Ni Máximo, ni Cristina esperan poder dar vuelta los resultados en territorio bonaerense. Esperarán estoicos los resultados del próximo domingo para luego relanzar la gestión de Alberto y empezar a trabajar para el 2023. Aunque son conscientes de que no será un camino de rosas...

La sensación de incertidumbre y abismo, será eje de los votantes. Es que los argentinos están muy preocupados por la situación económica y social del país. La gente perdió expectativas a futuro. El humor social es gris, grisáceo a negro oscuro. Literalmente se desplomó la imagen de los protagonistas de la Alianza de Gobierno.

 

Todo por un voto

El kirchnerismo duro ha perdido fuerza e identidad en los sectores trabajadores y de clase baja, como en los jóvenes, quienes fueron parte del caudal de votos de Alberto Fernández en 2019. Así lo sostienen las consultoras más respetadas del país. Frente al pronóstico de derrota, incluso más fuerte que en las PASO, el oficialismo montó un aparato de “Caza de votos” a cómo de lugar. Están buscando puerta por puerta a aquellos que no asistieron a votar en las últimas PASO y amenazan con quítales los planes sociales a los que se abstenga de votar o no acudan a los comicios. Todo vale. Se cruzan datos de un lado y el otro. Es decir, se usa el aparato estatal para amenazar y chantajear a la gente frente a las urnas. Alejado de la letra de la ley , cómo sea que sea analice.

El gobierno estaba dando manotazos de ahogados, pero ahora ya traspasó todos los límites legales y morales, en pos de un voto más. Es que está en juego el poder, la impunidad, la venganza, el proyecto de Cristina. Tras los resultados de las PASO, anunciaron apertura a montones y por doquier. Se terminó la pandemia, se habilitaron viajes al interior del país, y al exterior, se permitió no usar barbijos en lugares públicos, se anunciaron viajes de estudiantes a Bariloche, gratis, se otorgaron créditos para monotributistas, jubilados y para acceder a electrodomésticos y computadoras. Se regalaron heladeras, licuadoras y zapatillas. La indignidad a flor de piel. La clase media es la nueva clase pobre, los pobres son cada vez más pobres y la sensación de angustia de los argentinos asciende.

 

Peronismo frente al peronismo

En el mismo peronismo se están consolidando otras fuerzas, que incluso podrían alcanzar un piso aún mayor al del kirchnerismo, es decir superar los 33 o 35 por ciento de votos que alcanzó en sus peores momentos. El peronismo de los peronistas de Perón, los tradicionales, analizan que el resultado de estas elecciones podría ser un cambio en la política argentina. La decadencia kirchnerista y quizás, la posibilidad de un relanzamiento del Justicialismo. Pero habrá que ver quien se anima a dar el batacazo. Pero esa energía vital de intentar sobrevivir ante lo inevitable, existe y no se puede negar. Dependerá de la actitud que tomen los gobernadores peronistas y los intendentes que conocen el suelo, tienen poder de territorio y deberán tomar una decisión ante la posibilidad de que los resultados electorales en 2023, puedan cambiar en desfavor.

Pese al surgimiento de nuevos personajes, la política argentina, se dirime otra vez entre dos fuerzas. El Gobierno está empantanado en su visión errada de la realidad, la falta de políticas económicas concretas y la derrota inevitable. La oposición por su parte, sabe que tendrá buenos resultados pero no existe certeza de la seriedad con la que asumirán tamaña responsabilidad, ya que también están sumidos en un engranaje burocrático ciego. Quizás por eso, muy bien habida, la carta abierta de un grupo de intelectuales que llamó la atención ante la intimidación a Nik y supuestos abusos de poder por parte del Frente de Todos para cazar votos a cualquier precio: “Sentimos la necesidad de reivindicar el ideario democrático en su sentido más puro. Sin alternancia, sin reglas parejas para las fuerzas que compiten electoralmente y sin una estricta separación entre partido y Estado, no hay república ni democracia posibles. Urge decir basta a la trampa política, a la intolerancia y a los abusos de poder”, subrayaron. Un mensaje para todas las fuerzas políticas. Basta a la opereta, a la trampa, al clientelismo. Vamos por una Argentina con esperanzas para todos.