12 28 aguiarNatalia Aguiar

El Gobierno logró aprobar el presupuesto 2026, un triunfo legislativo que le permite demostrar gobernabilidad a los mercados y cerrar el año con vítores de gloria. Los libertarios lograron 46 votos a favor, 25 en contra y una abstención. Este contexto superó las expectativas libertarias pero se lo debe a la oposición dispuesta a consensuar.

No fue fácil pero este logro, le permite a Javier Milei mostrarse sólido en la ejecución de sus proyectos y brindar seguridad a los inversores, y a aquellos que miran con recelo, como el Fondo Monetario Internacional y los referentes de Donald Trump. Un golazo de media cancha.

Hubo una serie de cambios al proyecto presentado en Diputados, donde se vivió un duro tropezón el jueves 18, al no lograrse la aprobación  del capítulo 11, que contenía la derogación de las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento educativo. Para el Gobierno, estos temas, atentan contra el déficit cero. El Gobierno cedió, y no entrometerse en esos temas permitió la aprobación del presupuesto. 

Desde el jueves 18 el Gobierno trabajó a través del Jefe de Gabinete, Manuel Adorni, quien tejió lazos con el oficialismo y con los integrantes del grupo opositor dialoguista. Claro, los gobernados fueron clave para poder dar vuelta la votación. A cambio de fondos, por supuesto.

La Casa Rosada no quería ser protagonista de una derrota, así que analizaron hasta una derogación si no se aprobaba la norma tan polémica. 

El domingo por la noche en declaraciones mediáticas, Javier Milei adelantó que no habría veto y completó: “Lo que sí vamos a hacer es acomodar las partidas, lo vamos a corregir por la vía de la reasignación de gastos en el resto del presupuesto o de la reformulación de los recursos en las propias áreas”, una especie de promesa a gritos para los gobernadores. Ya entonces, Milei había dado la orden a Adorni para que transmitiera el mensaje de que el Presupuesto tenía que aprobarse, y para eso se trabajó a lo largo de los últimos ocho días.

 

Operativo aprobación

Fue entonces que se puso en marcha el operativo "aprobación" y empezaron las conversaciones con la oposición dialoguista y sin el capítulo 11, con lo que todo fue más ágil. El mismo viernes la estimación de votos a favor por parte de Balcarce 50 estaba en 41 y terminó siendo de 46. Lo mismo ocurrió  con el espinoso artículo 30, que terminó teniendo más votos de lo esperado.

La euforia era total el viernes por la noche ya que los libertarios lograron aprobar el primer presupuesto violeta, el primero de letra propia. Estaban muy contentos porque para ellos, era  tener presupuesto después de mucho tiempo, “luego de décadas de no tener un Presupuesto serio como este, con déficit cero y con números acordes a la Ley de Leyes, ya que las viejas políticas no querían tener uno, resistían”, explicaban entre ellos.

Vieron con buenos ojos el trabajo desplegado por Patricia Bullrich  en sintonía parlamentaria con Martín Menem, la primera en el Senado y el segundo, en Diputados.

Diego Santilli fue parte muy importante de este logro, ya que fue el nexo con los  gobernadores, receptó las demandas de cada provincia y logró cerrar promesas que dieron sus frutos en el recinto, bajo la mirada de Santiago Caputo, asesor político de Milei. Por su parte, Karina Milei, supervisaba cada paso. 

El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, fue otro protagonista clave, considerado un conciliador entre los gobernadores, Santilli y Adorni, a tal punto que logró que los mandatarios provinciales firmaran el pacto de Mayo. 

El esquema puesto en marcha era el siguiente: “los gobernadores pedían, y Toto decía si sí o si no. Y en tal caso hasta dónde podían ceder”, detalló una fuente al tanto de las negociaciones. “Era como ”el certificante" de las demandas. Era quien tenía la palabra final para evitar inconvenientes entre lo que pedían y los fondos que podían habilitarse. Ese era el formato de trabajo que dio los resultados alentadores.

 

En la Cámara Baja

Desde el viernes a primera hora, la tríada compuesta por Martín Menem, Presidente de la Cámara de Diputados, y su primo Eduardo "Lule" Menem, subsecretario de Gestión Institucionales e intermediario con los gobernadores, sumado a la labor de Diego Santilli, lograron cerrar los acuerdos e impulsar la aprobación. El Gobierno logró dar vuelta la cuestión y mejoró sus números en diputados. Y en menos de una semana, resignando en la negociación el capítulo 11 en el tratamiento parlamentario, lograron el primer triunfo de la nueva composición. Un gran paso para demostrar gobernabilidad y seriedad a los mercados internacionales y nacionales. 

Para febrero, segunda etapa de las extraordinarias, la reforma laboral estará en el centro de escena. Un desafío muy complejo de lograr. Una de las reformas más importantes para el Gobierno, y que se propone concretar. Habrá que ver cómo funcionan las articulaciones y los artilugios políticos en las épocas carnavaleras. 

Queda para la Justicia determinar la legalidad o ilegalidad de los nombramientos y jura de los auditores nacionales en las oscuridades del poder. En medio de trampas ventajosas y propias de la casta política o la vieja política que cuestiona Javier Milei, pero que cuando le conviene, las usan a su favor. ¡Cuidado, la pelota no se mancha!