11 03 aguiarNatalia Aguiar

Dicen aquellos con mucha experiencia que el "lobo pierde el pelo pero no las mañas", en este caso un león, que pese a haber cuidado las formas previo a las elecciones de medio término, le salen las artimañas por los poros. Ahora aumenta su poder reduciendo el gabinete mientras las internas entre Santiago Caputo y su hermana Karina Milei, están en pugna. Todo puede saltar por los aires en menos de un segundo.

El Gabinete de Milei atraviesa una profunda crisis, rencores personales, pase de facturas, egoísmos, un equipo que termina de esfumarse antes de que el Presidente pudiera tomar decisiones para anunciar una nueva etapa de cambios.

La mayoría de los ministros y funcionarios sostienen serias diferencias con Santiago Caputo. El primero en dar el portazo antes de que lo invitaran a retirarse fue el excanciller, Gerardo Werthein, que incluso se atrevió a desafiar a Milei antes de las elecciones. Estaba cansado de los destratos.

Guillermo Francos dio otro portazo, es que se dio cuenta que ya no estaba en sintonía con Milei, quien además lo invitó y luego desinvitó a una cena con Mauricio Macri en Olivos. Eso y echarlo, era lo mismo. Renunció el viernes a las 21:11 "ante los persistentes trascendidos” sobre cambios de ministros. Rápidos de reflejos, sólo cuatro minutos después, la Casa Rosada publicó el anuncio de que Manuel Adorni dejaba la vocería para pasar a ser el nuevo Jefe de Gabinete.

La salida de Francos empieza a revelar las mañas que el presidente no puede esconder, la virulencia le sale por los poros. Pero evita tildar de "degenerados fiscales" a los gobernadores o de llamar "ecochantas" a muchos de sus colegas, no pudo utilizar la frase “profesionales precarios” para evitar “degenerados fiscales”. Anunció acuerdos políticos, de los que claramente excluye al kirchnerismo duro, y de los que gente del PRO desconfía. Esa apariencia de presidente yoguista podría explotar en cualquier momento.

Sin Francos en el Gobierno, Milei pierde un conciliador nato. Los gobernadores, empresarios, sindicalistas, embajadores y aliados maltratados podían entablar diálogo y construir cercanía con Francos, ahora descreen de las actitudes de Milei. Santiago Caputo siempre fue un obstáculo para Francos y para cualquiera que lo pudiera contrariar, y ahora, todo indica que Caputo asumirá un cargo formal.

Francos estaba muy molesto también y lo hizo saber en un encuentro vía zoom que compartió con un grupo de dirigentes y empresarios ligados al PRO, conocido como G5. Allí contó que el Gobierno estaba “paralizado por las internas” y denunció la existencia de un “entorno” que le estaba causando inmenso daño a Milei. Habló de “falta de gestión” y de técnicos que trabajan con miedo a sufrir represalias. Lo expresado fue delante de unas 200 personas, pero Francos no titubeó. Quizás ya harto de las internas, puso las cartas sobre la mesa.

El reemplazo de Francos se decidió luego de la reunión con los gobernadores de 20 provincias llevada a cabo el jueves en la Casa Rosada y que él convocó junto con el ministro del Interior, Lisandro Catalán, su fiel colaborador y también caído en la noche del viernes. Varios de los gobernadores consultados a la salida de ese encuentro coincidieron en que parecía la última charla de Francos y Catalán. Si bien el presidente nada había anunciado, cuando Santiago Caputo se sentó en la mesa ante los mandatarios provinciales, enseguida se dieron cuenta de con quien deberían negociar de ahora en más.

 

¿Qué planea Milei?

¿Convertirse en dialoguista? No creo que el lobo quiera convertirse en gallina. O más bien, resultaría imposible. Las formas de Francos eran destacadas por los gobernadores, por lo que las acciones llevadas a cabo por Milei hasta el momento no indican pacificación alguna. Todo lo contrarios. De hecho, ya enfrenta a su hermana con Santiago Caputo. Habrá que ver cómo se escribe ese capítulo, luego de meses de causas de corruptela escandalosas, crisis financiera y enfrentamientos internos. Fue Estados Unidos quien salvó a Milei, ya que en plena campaña electoral le tiró un salvavidas de dólares del Tesoro. Ese será otro capítulo que se escribirá con réditos, recursos naturales, y provechos que Donal Trump le sacará a la Argentina, a cambio de tamaño apoyo.

La cuestión es que los libertarios no están acostumbrados a negociar, sino a imponer. No están acostumbrados a lograr consensos, por eso resulta llamativo que Milei, en el marco de una nueva etapa dialoguista, prefiera a Santiago Caputo como ministro político, y haya sacado del camino a Francos y a Catalán.

Karina Milei objetó a Caputo como Jefe de Gabinete y lo posiciona a Adorni, cargo en el que se lo señalaba desde antes de las elecciones de legisladores porteños el 18 de mayo. Adorni negaba y negaba que fuera a asumir el lugar de Francos, y finalmente le quitó el sillón.

Ahora bien, Caputo tendrá mucho poder a partir de ahora. Además de los enceres propios del Ministerio del Interior sumará a su concentración de poder las cajas sensibles de Transporte, Obras Públicas e Inversiones. Además, en paralelo y a través de su amigo Sebastián Amerio, mantendrá hilos en Justicia, justo cuando se analiza una negociación con el kirchnerismo para ampliar la Corte y cubrir cientos de vacantes en juzgados nacionales. No perderá la injerencia directa que mantiene en la SIDE, la Aduana y la Dirección General Impositiva, y sostendrá el vínculo directo con el gobierno de Estados Unidos.

 

Caputo teje y teje

Ahora Santiago Caputo presiona dentro del Gobierno para disipar toda duda sobre su injerencia y decisiones, en lo que se presenta como una nueva etapa, un relanzamiento de gestión. Si Caputo asume un efectivo cargo, podría tener mando y poder sobre medio gobierno, pero con Adorni como jefe formal, le ponen un sombrero, un límite. Milei le habría ofrecido ser el nexo principal con los gobernadores, pero en la Cámara de Diputados quedó refrendado como presidente su archienemigo Martín Menem, karinista ciento por ciento.

Lo grave de la cuestión es que Milei, en vez de asumir una actitud de consenso, dialoguista y de apertura, se inclina por achicar el círculo de poder. Todo lo contrario a lo que esperan sus aliados y gobernadores, empresarios y referentes de la política nacional e internacional. El “triángulo de hierro” se achica cada vez más, y a Milei no le tiembla el pulso para seguir en una dinámica de todo o nada incluso dentro de su propio gabinete.

Patricia Bullrich es otra ministra que se va del Gabinete para asumir como senadora de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ella siempre se enfrentó a Santiago Caputo. Es casi cantado, que su colaboradora, Alejandra Monteoliva, quede a cargo del área de Seguridad y ella asuma como presidenta provisional del Senado o jefa del bloque de LLA.

Milei, alejado de sus promesas de campaña, en vez de dialogar, concentra poder en pocas manos, su hermana y Santiago Caputo. En vez de abrirse al diálogo y consenso, se cierra a sus propios. Este triunfo, que lo sorprendió a él mismo, en vez de acercarlo a la gente, lo aleja. Pero aún no logra encaminar la economía, ni armar equipos eficientes de trabajo que logren realizar los cambios y transformaciones libertarias que promete y promete, incluso a los acreedores que lo salvaron de un desastre.

Milei es un león que aparenta esconder sus mañas, pero las mantiene intactas. El tema es que resulta peligroso para la democracia, para su gestión y sobre todo para los argentinos. Sin diálogo, sin acuerdos, no habrá posibilidades ciertas de que Argentina salga adelante y florezca. Es un león, con todas sus mañas y leyes propias. Se ha cercado, encerrado en su poder y habrá que ver si es capaz de generar canales de apertura y diálogo, sino fracasará como presidente. Es que el león es león. No puede pedírsele peras al olmo, o consensos al rey León.