10 28 aguiarNatalia Aguiar

El oficialismo de Javier Milei logró dar vuelta sondeos y análisis de consultoras prestigiosas que pronosticaban que Javier Milei y sus libertarios, perdían por varios puntos. El país se vistió de violeta porque la gente decidió entre el abismo económico o la mínima posibilidad de crecimiento que le ofreció Donald Trump a la Argentina. Claro, no será gratis. Los yankees tienen en mira el litio, uranio, Vaca Muerta, energía, recursos naturales y negocios con nuestra Argentina.

En la mayoría de las ocasiones, políticos, analistas, periodistas, estudiosos del tema, destratan al voto popular, al voto de la gente, y estas elecciones son la muestra de que la última palabra la tiene el pueblo. Ganaron los libertarios, pero la gente votó pensando en un futuro mejor, no lo votó a Milei.

El cuarenta por ciento de los votos de todo el país fueron hacia el bolsillo de los argentinos, darle la chance a este pueblo de que pueda ver logros tras dos años de esfuerzos sobrehumano. No se podía tirar todo por la borda, este es un aval a lo que queda de gobierno, pero sobre todo en el proceso económico.

El punto más neurálgico y llamativo es lo que sucedió en la provincia de Buenos Aires, donde Fuerza Patria perdió en la mayoría de las jurisdicciones. Ni Milei podía creer que revirtió la derrota por 13,5 puntos de las elecciones provinciales del 7 de septiembre, aunque la diferencia entre ambas fuerzas es de 0,54 puntos que se traduce en 46.600 votos. Otros triunfos resonantes, con más de veinte puntos de diferencia, los obtuvo en Córdoba y Santa Fe, donde candidatos desconocidos se enfrentaron a estructuras sostenidas por los mandatarios Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro, que llevaron en sus listas a figuras de peso como el tres veces gobernador Juan Schiaretti y Gisela Scaglia, la vice santafesina. El triunfo más holgado se produjo en Mendoza, donde la lista encabezada por Luis Petri ganó por más de 25 puntos.

Los violetas se impusieron en algunos distritos con peronismos resonantes fuertes como Chaco, Misiones y Salta. También en los lugares en los que se enfrentó a gobernadores como los de Neuquén, Chubut, Tierra del Fuego, Jujuy y Río Negro, aunque en esta última el justicialismo venció en el tramo para el Senado.

 

"La Argentina avanza o retrocede"

Claro que se trató de una elección de medio tiempo, en la que la gente elegía a sus representantes en el Senado y en diputados, por lo que el aval al Gobierno es importante para que logre gobernabilidad. Es un voto de apoyo para que Milei finalmente logre cumplir con su proyecto económico, que logre cumplir con su palabra empeñada, que logre dar vuelta la historia. Lo triste de la situación es que del otro lado, no hubo propuestas más convincentes, los números hablan por sí. Lo triste es que la gente votó entre el abismo que significaba soltar la mano a Milei por su actitud violenta, los casos de corrupción que salpicaron de lleno su campaña y la falta de manejo de la situación económica, la falta de una estructura consolidada de gente y referentes dentro del mismo gabinete, o el precipicio. Ante la mínima luz de esperanza, votó por salvarse. La ciudadanía es sabia, no cavaría su propia tumba. Necesita creer. Todos necesitamos creer, no perder la fe, no desmoralizarnos. Se trató de un voto polarizado, o una cosa o la catástrofe. Fue un voto de "miedo".

Quizás también el Gobierno, tras hacer mea culpa, entendió que debe cerrar alianzas y gobernar desde el diálogo. Prueba de ello son los triunfos de Diego Santilli y Patricia Bullrich. El “colo”, ahora pelado porque cumplió su promesa y se peló, la tenía muy muy difícil pero logró dar el batacazo. A la ministra de Seguridad, ya hasta la avizoran posible candidata presidencial en dos años. Emociones y jubileo tras los resultados que tiñeron de violeta a 15 de las 24 provincias asignadas a la Libertad Avanza.

 

El gobierno hizo mea culpa

Ante los posibles resultados adversos analizados por el oficialismo en encuestas y consultoras, hicieron una introspección y parecen haber analizado que les conviene hacer alianzas, ampliar sus horizontes. “Washington entiende mejor que los talibanes del Gobierno, que ahora están más calladitos, que no alcanza con una minoría para mantener la estabilidad económica en el largo plazo”, dijo Andrés Malamud, politólogo y profesor de la Universidad de Lisboa en una entrevista en Radio Mitre. "El gobierno llegó con la lengua afuera a las elecciones, pero ganó por miedo al desbande y por falta de alternativa", dijo Carlos Fara, analista y presidente de la Asociación de Consultores Políticos.

En esta instancia electoral, el miedo tuvo un gran protagonismo, la gente no quiere vivenciar esa sensación de abismo, mensaje más que claro en los resultados de la provincia de Buenos Aires, donde hace un mes, el peronismo sacaba una ventaja de 13 puntos. Sin embargo, aunque el peronismo se haya transformado en la segunda fuerza más votada, muy por detrás de los libertarios, sus propuestas no alcanzan, no le son suficientes a la gente, no bastan. El peronismo ha dejado estancada a la Argentina, y bañada de corrupción, por lo que el mensaje es claro: "Esto ya no es una opción". Quedaron como referentes de este espacio el gobernador Axel Kicillof y Cristina Kirchner, hoy en prisión domiciliaria por una condena firme por administración fraudulenta en perjuicio del Estado. Esto marca una nueva página en la historia del peronismo que ahora tiene dos opciones, reconstruirse o seguir en internas que no llevan a nada. Dato mata relato.

Los libertarios fueron astutos, supieron leer el contexto, se despojaron de los egoísmos y lograron entender que sin alianzas con otras fuerzas no llegan a buen puerto. A tal punto que los referentes más polémicos, bajaron su exposición, el presidente dosificó su discurso violento, está más cauto y cuidadoso. Quizás porque son conscientes de que están en la cuerda floja.

 

Santilli y Bullrich, con laureles

Ahora Milei tiene dos candidatos puestos por la gente, Diego Santilli, para la gobernación bonaerense y Patricia Bullrich para la intendencia de ciudad de Buenos Aires para las próximas de 2026. Durante los festejos del domingo pasado, Milei habría bendecido a estos dos referentes del PRO para protagonizar la elección ejecutiva que se dará dentro de dos años en el distrito más decisivo y en la Capital.

 

Interna peronista

Cristina Kirchner bailó en su balcón en provocación a Axel Kicillof pero también recibió críticas de varios sectores porque no les da oxígeno a los peronistas, pese a estar con tobillera. Cristina no suelta, ahoga.

A nivel nacional el peronismo no pateó el tablero, por el contrario, arañó a más no poder. Ahora deberán reunirse para conectarse y evitar estas internas feroces, pero sobre todo para ofrecerles a sus votantes, nuevas propuestas, una mirada distinta y renovada de sus objetivos. Los peronistas como segunda fuerza más votada tienen mucho por trabajar y aggiornarse a las nuevas necesidades de la gente, a empatizar, a proponer y ofrecer cambios concretos para conquistar corazones, y votantes.

No hay resilientes como los argentinos, un pueblo sufrido y violentado por sus representantes. No hay una representatividad clara. Los resultados de estas elecciones fueron muy tristes. Puso sobre la mesa una sociedad angustiada, desilusionada, apegada a un futuro incierto o peor, que depende de un outsider que ladra, grita y canta como gobierna. La gente no encuentra alternativas genuinas, y debió inclinarse entre el abismo y el miedo. Ganaron los argentinos que quieren vivir en este país, los trabajadores, los que quieren posibilidades para sus hijos. No votaron a Milei, votaron a una pizca de esperanza de no caer al precipicio. Votaron al límite de esto o la nada misma. Muy triste, los argentinos están siendo rehenes de sus representantes. Ganó Trump, ganó el voto "miedo".