Por Natalia Aguiar
No puede negarse que se trata de un personaje excéntrico y delirante también, ya que tiene varias facetas en una vida o varias vidas en una. Es intuitivo, tiene una la visión estratégica de un águila y su capacidad de resolver problemas o encrucijadas fascinó al presidente Javier Milei desde un principio.
A Santiago Caputo le gusta parecer una cosa ante el público, pero tiene su lado dark en las redes, y es un gran usuario de redes. Su otro pasatiempo es el tiro y lo practica desde hace años, ya que su sueño era ser espía como James Bond. No está muy lejos de ello, ya que digita los hilos de la SIDE y tiene cada vez más influencia en el Gobierno de Milei.
Tal es así, que es señalado como el “monje negro” del presidente. Para Milei, su hermana Karina y Santiago Caputo fueron los arquitectos de su triunfo y confía mucho en este joven consultor político. La palabra de Caputo tiene el mismo peso que la del presidente.
Ha sabido cosechar enemigos dentro y fuera del Gabinete. Las ministras de Capital Humano, Sandra Pettovello, y de Seguridad, Patricia Bullrich, no lo quieren mucho. Las internas entre quien era jefe de Gabinete, Nicolás Posse, tampoco se disimularon. Mauricio Macri lo detesta, lo considera un personaje déspota y atrevido. Además, desde la SIDE, donde Caputo mueve los hilos, los topos o agentes, mostraron interés en Macri desde el inicio de la gestión Milei. Mucho más en las causas de espionaje, en las que estaban algunas relacionadas con el expresidente.
Sin embargo, Caputo en la única entrevista que dio a TN dijo: “Tengo una excelente opinión del presidente Macri. Conmigo en particular siempre ha sido extremadamente generoso. Creo que sentó las bases para que la Argentina finalmente pudiera cambiar”. Pero dicen que a la gente se la conoce cuando se divorcian o adquieren una cuota de poder, y la de Caputo es una mayúscula cuota de poder. A él responden los funcionarios de primer nivel como ocurre con el segundo del Ministerio de Justicia, Sebastián Amerio, o Sergio Neiffert, más conocido como el “señor 5″ de la Secretaría de Inteligencia (SIDE).
Lo propio ocurre en Comunicación Digital con Juan Pablo Carreira, ya que Caputo sería el editor del relato libertario y estratega de la comunicación del gobierno. María Ibarzábal, Secretaria de Planeamiento Estratégico, una abogada de extrema confianza que responde al súper asesor, es asesora legal y la ejecutora de escritos judiciales del Gobierno.
Caputo llevó a la Unidad de Empresas Públicas a Diego Chaher, titular, para acelerar los procesos de privatizaciónes, fusiónes o transferencias.
Otro hombre de extrema confianza de Caputo es Darío Genua, secretario, quien encabeza Innovación, Ciencia y Tecnología. Impulsó el servicio 5G y eliminó la exención de IVA a los productos periodísticos.
El actual ministro de Salud, Mario Lugones, es otro de los hombres de Caputo ya que con el anterior, Mario Russo, había interferencias irreconciliables. Otro hombre fiel es Andrés Vázquez, titular de la DGI, con quien Caputo diseña la reestructuración de la AFIP para convertirla en Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Respecto al Ministerio de Relaciones Exteriores, o Cancillería, que conduce Diana Mondino, intervino a través de Úrsula Basset, abogada de confianza de Karina Milei, quien responde directamente ellos y tiene como objetivo limitar a Mondino y ser el nexo entre la Cancillería y el Ministerio de Justicia.
Ahora, Santiago Caputo volvió a ser noticia porque su profesor de tiro, Sebastián Flores, publicó en redes un video en el que se lo observa tirando de manera profesional en una clase en el barrio de San Telmo. No es la primera vez que presume por el manejo de armas de fuego, ya que publicó en la cuenta @snakedoclives de la red social X un video en el que se ven pistolas, ametralladoras, chalecos antibalas, cascos, walkie talkies y frases amenazantes. Caputo soñaba desde su niñez con ser super agente 88 o ser espía profesional y en parte lo logró, porque maneja la SIDE y la mayoría de ministerios del Gobierno. Tiene superpoderes.
Estudió en el colegio Manuel Belgrano, pero luego fue expulsado. Continuó en el colegio Esquiú, donde por malas notas, terminó libre el secundario. Luego intentó con Ingeniería en Informática en la Universidad de la Defensa Nacional, pero luego desistió. Y se abocó a la carrera de Ciencias Políticas, que tampoco terminó. Le faltaban cuatro materias, pero ya trabajaba con Jaime Durán Barba y no paró más. Primero junto a Santiago Nieto y Roberto Zapata, y luego de la consultora “Move Group”, asesoró a candidatos y funcionarios en la Argentina y del exterior, de El Salvador, Paraguay, Chile y Uruguay, aunque todo cambió cuando conoció a Javier Milei. Un economista fuera de lo común.
Trabajaba ya en la consultora Move Group, cuyos titulares eran Tomás Vidal y Guillermo Garat, donde la mayoría de los politólogos eran discípulos de Durán Barba, jóvenes con ganas de asesorar y marcar terreo en lo político. Fue en el 2023 en que el consultor Derek Hampton asesoraba a Bullrich, por el PRO, y Garat a Eduardo “Wado” de Pedro, por el kirchnerismo, mientras que Caputo ya conversaba con Milei, durante aquella campaña presidencial, como lo revela La Nación.
Cuenta con cercanía un excliente que los perfiles de los consultores de Move Group son de lobistas a la americana, y hacen encuestas, focus groups, mailing, publicidad digital, gestionan campañas y buscan negocios, en el sentido de acercar posibilidades y cobrar por la intermediación. Claro que algunos políticos sienten enojo con algunos de ellos porque les jugaron en contra, como Daniel Filmus del kirchnerismo a quien Rodrigo Lugones le hizo campaña sucia desde un call center en la campaña de 2011.
Los hilos con Milei
Caputo se acerca a Milei a través de Ramiro Marra, al que conocía del Manuel Belgrano. Marra, legislador porteño por La Libertad Avanza también acercó al médico genetista Daniel Parisini, y a Agustín Romo, actual diputado bonaerense y director de Comunicación Digital de la campaña libertaria.
En esa presentación, Caputo le expuso al economista libertario todo lo que pensaba. Sobre todo, fue muy crítico de la presidencia Macri. Y le aconsejó que compitiera en 2023, convencido que tenía una oportunidad para ganar la Presidencia. También le comentó como un error intentar crecer desde las provincias, trabajo que estaba a cargo de Carlos Kikuchi.
Los que lo conocen lo definen como alguien muy racional, inteligente, moderado, con ideas liberales y libertarias, lo que lo acercó mucho más a Milei. “Lo consideran el monje negro, pero en realidad gestionó problemas en la campaña y ahora en la gestión”, dicen de Santiago.
Durante la campaña presidencial, el vínculo entre el candidato Milei y Caputo, hasta entonces amigo no asesor. era fuerte ya. A tal punto que en julio de 2023, muere el padre de Santiago, Claudio Caputo, y Milei deja de lado sus compromisos para acompañarlo. Ya en plena campaña, Caputo se abocó ciento por ciento y no pararon más. Milei reconoce a Santiago la capacidad de leer la situación. A lo que Caputo sumó herramientas digitales que lo ayudan a adelantarse para entender lo que ocurre en la opinión pública a través de las redes sociales. Entre sus lecturas preferidas está el libro “Ira y tiempo” del filósofo alemán Peter Sloterdijk, quien escribió sobre la bronca y la frustración acumuladas por millones de ciudadanos ante la falta de resultados de los gobiernos tradicionales. Energía acumulada en estado gaseoso, que será productiva para quien sepa utilizarla. Donald Trump, lo implementó en Estados Unidos, y Jair Bolsonaro, en Brasil, y Caputo sostenía que Milei podía lograrlo en la Argentina. Y así fue.
Un súper poderoso todo terreno
Milei confía en él ciegamente. Caputo pasa gran parte del día en las oficinas de Balcarce 50 y sino está en el Congreso junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, destrabando nudos en las iniciativas oficialista. También trabaja codo a codo con Eduardo “Lule” Menem cerrando acuerdos en los distritos para 2025. Lo definen como obsesivo cuando algo le interesa. Así fue que en un momento estaba fascinado con los tatuajes de la mafia rusa y se hizo varios en su cuerpo. Una vez que accedió al libro “Russian Criminal Tattoo Encyclopaedia”, fue un camino de ida para Caputo, que se tatuó una proclama anticomunista en ruso que dice: “Una cabaña, una casa de campo y una caja de ahorros, un barco, un coche y un garaje calmarán mi capricho”.
El súper asesor se fascinó con el artista argentino Benjamín Solari Parravecini, quien a través de sus dibujos proféticos predijo la llegada de Javier Milei a la Presidencia de la Nación. Así pues, Caputo se tatuó en la espalda “El Hombre Gris”, pieza del artista. Estaba obsesionado con la serie “The West Wing” de Aaron Sorkin, porque resume lo que ocurre en política. También leyó todo lo relativo al inversor estadounidense Benjamin Graham y estudiaba los reportes financieros de empresas en las que le interesaba adquirir acciones.
Nadie sabe a ciencia cierta en qué parte del organigrama se encuentra Caputo. El consultor percibe 3750 unidades retributivas por mes, pero las autoridades no brindan detalles sobre su trabajo como, por ejemplo, a quién responde o si tiene personas a su cargo, explicó Perfil. Parece que sus predicciones de hace tres años atrás, lo llevaron al lugar que hoy ocupa de asesor político súper poderoso y amigo del presidente. Cuando Milei ni siquiera medía, y la daban ganadora a Bullrich, él apostaba ya por el economista outsider. Así pues, acumula poder en la mayoría de las áreas clave del Gobierno y esta semana sumó influencia en ARCA, el organismo recaudador que nació de la disolución de la AFIP. Entre obsesiones y suma absoluta de poder, nada bueno para el ciudadano, ni para la democracia argentina, puede surgir de allí.
La suma de poder es absolutismo, un totalitarismo encubierto y todo lo contrario a la doctrina libertaria. Dime con qué predicas, pero no lo que haces… Dime de qué alardeas y te diré de qué careces…
Fuentes: La Nación, Noticias, Perfil.