¿Es posible abstraerse en algún momento de la vorágine política, social y económica de nuestro país? A veces hay que explorar otras conversaciones, trabajar en diálogos que sean capaces de interpelar sin provocar ni dividir.
Por Antonio Marocco
Pienso que a veces hablamos mucho más de aquellas pasiones que nos confrontan que de aquellos orgullos o valores que nos hermanan. Como el sentido de pertenencia a la tierra en la que vivimos.
Como los lapachos… Terminó agosto y muchas de las flores que los hacen únicos, suspendidas y estoicas, aún hoy permanecen aferradas al árbol.
Sobreviven tanto como la cercanía de la primavera permite. Ahí están, para deleite del transeúnte atento o para la cosecha de toneladas de likes en los posteos de las redes sociales.
Los cerros que protegen al valle no sufrieron este año los incendios y las tragedias de temporadas anteriores: por ventura climática —en parte—, pero sobre todo por el trabajo de prevención y concientización en una sociedad que valora el medioambiente como no lo valoraba antes.
Las estaciones en Salta tienen esas transiciones tan definidas, tan gráficas, tan explícitas. Son los días en los que el horizonte, al atardecer pintado en tonos naranjas, anuncia el fin del invierno y la temporada de los vientos.
Ya empiezan entonces a caminar —desde los parajes más recónditos, naturales y maravillosos de nuestra vasta geografía provincial— los peregrinos que conmueven a propios y ajenos, creyentes y agnósticos, en la previa de la procesión.
Y no se trata excluyentemente de quienes abrazan la vida espiritual o la pertenencia religiosa. En ese peregrinaje marchan miles de sueños, promesas e intenciones que trascienden la novena para convertirse en la condición de un futuro deseable y posible para tantas familias.
Se acerca el tiempo del Milagro y se impone como una conversación que interpela a la mayoría de los salteños.
Entiendo y comparto parcialmente la entelequia conceptual que suele vincular el rol de las tradiciones con la difusión y la reproducción de los discursos de las clases dominantes.
Sin embargo, creo que el planteo no debe perder de vista que cuando un pueblo resignifica sus rituales de acuerdo a su concepción del mundo, sus luchas y sus intereses, también resignifica el poder y el efecto de las tradiciones. En la narrativa popular salteña, el Milagro se convirtió en un patrimonio de todos, más del llano que de alguna jerarquía. Y mientras dura la novena y hasta después de la procesión, el tiempo del Milagro se percibe en el espacio público, un tiempo de solidaridad, de reflexión, de encuentro con la familia, de pedidos y agradecimientos.
De estas cosas hablamos esta semana en las aulas de la ex Escuela Normal y en el Instituto de Formación Madres de Plaza de Mayo. Conversamos sobre cosas del día a día que se pasan por alto en el celular y conversamos sobre cosas tan inabarcables como constitutivas del género humano, como el sentido de la vida, las angustias, los sueños, el amor o las ansiedades.
Vuelvo a agradecer a los chicos por haberme invitado a esos intercambios de ideas lúcidos y desprejuiciados, pero sobre todo por llamar mi atención sobre aquellas conversaciones importantes que muchas veces, por hache o por be, nos terminamos perdiendo.
Columna emitida por FM Aries el 31 de agosto de 2023.