
Luego de un 2025 que dejó números más que alentadores, el Tren a las Nubes ingresó en una pausa programada de operaciones para tareas de mantenimiento y ajustes finales. El receso será breve: el próximo martes 6 de enero, coincidiendo con el Día de Reyes, la formación volverá a recorrer la Quebrada del Toro y a llevar turistas y salteños hasta uno de los paisajes más imponentes del país.
El balance del año que termina es positivo. Más de 140 salidas y más de 45.000 pasajeros consolidaron al Tren a las Nubes como uno de los productos turísticos más fuertes de la provincia. Un logro significativo en un contexto económico complejo, donde el turismo enfrenta desafíos constantes, tanto por la situación interna como por las variables internacionales.
Para el presidente del Directorio del Tren a las Nubes, Sebastián Vidal, el circuito ya trasciende lo local y se convirtió en una verdadera postal argentina ante el mundo. “Es un ícono turístico que no sólo representa a Salta, sino al país”, afirmó. Cada vez que Argentina promociona sus atractivos, el viaducto La Polvorilla aparece como una imagen inevitable: una obra de ingeniería monumental que, a 4.220 metros sobre el nivel del mar, ubica a esta experiencia entre los trenes de pasajeros más altos del planeta.
Vidal remarcó que el desafío no es sólo sostener lo logrado, sino seguir mejorando. Mantener la experiencia vigente, cuidada y atractiva es una tarea constante. “Es un motivo de orgullo, pero también una gran responsabilidad”, sostuvo, convencido de que el Tren debe seguir siendo un destino preferencial dentro de la oferta turística nacional e internacional.
Resistir y posicionarse en un contexto difícil
El 2025 no fue un año sencillo para el turismo. El dólar fuerte y la situación económica general influyen en la llegada de visitantes extranjeros, mientras que muchos argentinos, cuando pueden, optan por viajar al exterior. Aun así, el Tren a las Nubes logró sostenerse y crecer, apoyado en un trabajo articulado entre el sector público y el privado.
Actualmente, más de 500 agencias comercializan la excursión, lo que amplía su alcance y permite llegar a distintos mercados. A esto se suma una fuerte presencia en ferias internacionales, una estrategia pensada a mediano y largo plazo. Durante este año, el Tren estuvo presente en eventos turísticos de ciudades como París, Roma y Londres, donde se promocionó la experiencia ante mercados que planifican sus viajes con mucha anticipación.
“Sembramos hoy para cosechar mañana”, explican desde la empresa. Los resultados de esa promoción internacional no son inmediatos, pero se espera que comiencen a notarse hacia fines de 2026 y durante 2027, cuando esos turistas concreten los viajes que hoy están proyectando.
Mucho más que un viaje en tren
Uno de los puntos que destacan desde la conducción del Tren a las Nubes es que la experiencia no se limita al recorrido ferroviario. El producto es mucho más amplio e integral. Incluye la historia del ramal, la gastronomía regional, la calidez de la gente, los pueblos y parajes de la Puna salteña, las tradiciones y un paisaje que impacta desde el primer kilómetro, desde Campo Quijano hasta San Antonio de los Cobres.
Se trata de un producto “noble”, construido a lo largo de generaciones por técnicos, trabajadores ferroviarios y comunidades locales, que hoy sigue vigente gracias a ese esfuerzo colectivo. Cada salida implica logística, mantenimiento, coordinación y un cuidado permanente de los detalles para que la experiencia esté a la altura de las expectativas.
Según Vidal, la clave es no relajarse: trabajar, sostener el servicio y sumar valor constantemente. “Hay que cuidar lo que tenemos y potenciarlo”, señaló, convencido de que el Tren a las Nubes es uno de esos atractivos que no pasan de moda y que siguen sorprendiendo, incluso a quienes ya lo hicieron más de una vez.
