01 10 maEl escritor salteño comentó detalles sobre su última novela, “La felicidad de los normales”, que se presentará el 12 de enero a las 19 horas en Alvarado 426. El reconocido autor en una entrevista con Punto Uno hablò sobre su proceso creativo, la influencia de la realidad en su obra y la escena literaria en Salta.

Por Mariano Arancibia

Hablemos de tu novela más reciente. ¿De qué se trata fundamentalmente?

Podríamos decir que es básicamente sobre un padre que busca a su hija desaparecida. Pero los detalles son importantes: Este padre es un trabajador de un "troll center", que además está obligado a cuidar a su progenitor, un ex genocida con Alzheimer que está en silla de ruedas.


¿Qué inspiró la escritura y cómo fue el proceso?

Una novela larga como esta (casi 400 páginas) tiene muchas influencias.  Al comienzo solo sentí la necesidad de escribir sobre una familia disfuncional, pero una novela tiende al caos y va mutando sin que uno se dé cuenta. Eso, que es lo más lindo de la novela, también es lo más aterrador: uno no sabe qué construye, mucho menos si eso será publicable o tendrá algún sentido.
 El primer borrador de esta novela es de finales de 2018, si no me equivoco. Escribía una hora por día, a veces dos. Tenía que estar a las 9 de la mañana en el trabajo, así que me despertaba a las 6 y golpeaba las teclas hasta que ya era hora de bañarse y tomar el colectivo.  Fue una buena experiencia: habitar mucho tiempo dentro de un texto de permite pensar pequeños detalles que suman mucho.  Después estuve un año más corrigiendo y retocando y reescribiendo. El nacimiento de mi hija me llevó a replantear varios tramos del libro, sobre la figura paterna de dos personajes. Yo perdí a mi padre cuando tenía 10 años, y me costó mucho construir esa figura de padre. Quizá fue lo más difícil de la novela.
Volviendo al proceso creativo: Supongo que lo ideal sería poder sentarse tres o cuatro horas por día, como hace Stephen King, pero yo no vivo de esto, así  que no queda otra que solo dedicarle los tiempos libres.  Uno de los grandes desafíos de un escritor es crear tiempo para escribir.


En estos tiempos de corrección política, el personaje central de la novela es racista, misógino... es una máquina de odiar. ¿No tuviste miedo de plantear un personaje así?

Supongo que tengo Fe en que los lectores saben distinguir entre narrador y autor. Además, me parece que el libro no respalda estas posiciones. Sí creo que son temas que hay que mostrar porque son parte de nuestra cotidianeidad. Usar palabras como “mataco” o “boliviano” como insultos es bastante común, no se puede ocultar algo así.


Siguiendo con la novela… el personaje principal trabaja como “troll” en un call center gubernamental, cómo ves oficios modernos?

Me interesan las nuevas formas de ganarse la vida, sí. Y las posibilidades narrativas que ofrecen. En este caso también quería mostrar esos linchamientos mediáticos y cómo se usan las redes para manipular la realidad. Internet le ha quitado fuerza a la realidad y eso es atroz en muchos sentidos, pero brinda posibilidades narrativas muy grandes.

 

¿Cómo describirías tu estilo literario?

Ni idea. Me gusta el humor negro y el grotesco. Fabián Soberón habla de "Gótico Norteño" y me incluye en esa categoría, que dialoga con el gótico sureño norteamericano. Intento no etiquetarme.
Hablemos de tu novela más reciente. ¿De qué se trata fundamentalmente?
Podríamos decir que es básicamente sobre un padre que busca a su hija desaparecida. Pero los detalles son importantes: este padre es un trabajador de un "troll center", que además está obligado a cuidar a su progenitor, un ex genocida con Alzheimer que está en silla de ruedas.


¿Hay alguna obra o autor salteño que haya dejado una marca importante en tu escritura?

Leo a muchos autores (y autoras) de Salta y quizá algo de eso queda. Una vez me dijeron que en la forma de terminar un cuento había algunos rasgos de Carlos Hugo Aparicio. Y, si bien yo no lo había notado, sí creo que puede ser, solo que debe llegar muy matizado: Aparicio escribe sobre un barrio que ya no existe. Y la misma forma de hablar de los salteños ha cambiado.


¿Cómo describirías la escena literaria actual en Salta?

El ecosistema ha adquirido una mayor complejidad y riqueza con la proliferación de talleres literarios, lo que ha llevado a un aumento en la formación de personas. A largo plazo, este fenómeno dará sus frutos. También es positivo ver la entrada positiva de personas que anteriormente residían en otras provincias al ámbito literario local.

Contribuyen significativamente con diversas perspectivas y lecturas enriquecedoras. Hay un problema de larga data: en Salta siempre se forman grupos, que terminan funcionando como islas. El mapa cultural salteño está lleno de islas que no tienen contacto entre sí. Esto se va a agravar por la crisis económica: comprar un libro ha pasado a ser un lujo en el país.

La crisis económica puede tener una repercusión nefasta para la cultura en Salta (y también en otras provincias) y es que puede quedar en manos de una sola clase social que tendrá el tiempo y el dinero para acceder a estas prácticas.


Tenés un cuento dedicado a los videojuegos y en sus dos novelas también hay personajes que se dedican a jugar.  ¿Por qué esa obsesión?

Hay varios motivos. Primero porque creo que hay videojuegos que son artefactos narrativos tan inteligentes y demandantes como una gran novela. También es una forma de dar gracias: los videojuegos fueron un salvavidas en una época de mi vida. Alcanza con apretar un botón para ingresar a otro mundo, a otra realidad, donde uno es el protagonista y donde también se aprende de los errores a base de volver a pasar las misiones. Por otra parte, en la novela me permite incrustar espacios futuristas o de fantasía, dentro de  una estructura que suele ser realista. Es una bocanada de aire fresco.

¿Hay alguna nueva obra en camino?

Hay una novela, a la que le faltan un par de retoques. Y durante el 2023 me dediqué solo  a escribir cuentos, supongo que tarde o temprano terminarán formando un libro; pero no creo que sea este año. Todo indica que el 2024 será más duro para todos.