Se realiza el 3, 4 y 5 de octubre, en las estufas de tabaco de Finca El Ceibal un gran evento gastronómica. La organizadora, Cecilia Pinedo, en el streaming de Punto Uno comentó que durante tres días habrá charlas, vinos y comidas de todos los rincones del país.
La estructura del festival se inspira en otros formatos similares que ya se hicieron en Bariloche, Mendoza o Buenos Aires, pero con un sello salteño.
“La idea es que todos los años, más o menos en esta época, se sepa que va a estar pasando Bocado en Salta. Queremos armar agenda, que esto se instale, hay restaurantes de Tierra del Fuego, Chapadmalal, Neuquén, de todos lados”, explicó.
Contó que el proyecto empezó en enero, cuando se juntó con sus socias, con quienes ya venían compartiendo inquietudes similares. “Cada una venía pensando algo parecido, por separado. Y le empezamos a dar forma, hasta hoy que estamos a horas de que se realice”, indicó.
Lo singular en este evento es el montaje de cocinas completas, durante tres días, por parte de restaurantes de diferentes provincias. “No son foodtrucks. Las cocinas se van a montar ahí mismo, entre estufas, en un predio de dos hectáreas. Es otro tipo de feria”, aclaró.
Cada restaurante ofrecerá tres platos, en formato reducido, a precios estandarizados: $12.000, $14.000 y $16.000 (el único plato más caro es la centolla fueguina, a $18.000).
Además de los platos, habrá un mercado de productores primarios —con curaduría de Guadalupe Blanco—, donde se podrá conocer a quienes están detrás de marcas conocidas y también a productores más chicos. “Queríamos que el público se encuentre con la gente que hace lo que ya consumimos, pero que muchas veces no conocemos. Viene gente de Catamarca, de Vaqueros, del Valle de Lerma”, dijo.
También habrá un mercado de vinos, con más de 10 bodegas, clases de cocina para grupos reducidos, charlas de administración gastronómica y clínicas de café. La inscripción a las clases será presencial, el mismo día, y la grilla estará publicada en la web y redes sociales del festival.
Lo más difícil fue explicarle a los gastronómicos qué era lo que se buscaba. “La primera vez que fuimos a hablarles, nos miraban con cara de error. Como: ¿tengo que montar una cocina?”, manifestó.
La infraestructura también fue un desafío: “No había heladeras, tuvimos que conseguir en Tucumán. Fue engorroso eso”.
“Queremos que todos mejoremos. Si sos gastronómico, si estás estudiando, estas clases y espacios te suman. No es solo una experiencia para comer rico. Es para pensar la industria gastronómica también”, resaltó.
Habrá música, DJs, zonas de descanso, masajes y hasta una barra a cargo de Florería Atlántico. “También van a venir restaurantes de Queremos que quienes vivimos acá podamos probar cosas que no estamos acostumbrados a comer”.