La celebración de esta Navidad trajo consigo una clara muestra de la falta de control sobre la venta y el uso, a pesar de la existencia de la Ley Provincial N° 8340, que prohíbe expresamente estos productos. Dicha normativa, que busca proteger a personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), animales y ancianos, fue evidentemente ignorada, lo que generó un amplio malestar, especialmente en aquellos que sufren las consecuencias de los estruendos. La venta de pirotecnia no solo fue visible, sino que fue desmedida.
En pleno centro de la ciudad, y en varios barrios de la capital, se pudieron observar puestos ilegales ofreciendo productos pirotécnicos. El descontrol fue tal que la ONG Padres TEA, que agrupa a familias con miembros que padecen Trastornos del Espectro Autista, repudió lo sucedido y exigió el cumplimiento de la ley.
Luis González, presidente de la organización, en declaraciones a la prensa consideró que la falta de intervención estatal permitió la venta indiscriminada de pirotecnia. Durante la madrugada del 25 de diciembre, la situación fue alarmante: "Fueron 30 minutos de un intenso ‘bombardeo’. Se tiraron el doble o el triple de los estruendos de otros años. Tenemos documentación fotográfica y filmaciones que muestran cómo se vendía pirotecnia en el centro de la ciudad y en varios barrios, sin que hubiera ningún tipo de control por parte de las autoridades".
El uso de pirotecnia sonora es particularmente perjudicial para personas con TEA, ya que los ruidos estridentes pueden provocarles crisis nerviosas, angustia y desorientación. Además, los animales, cuyas audiciones son más sensibles que las de los seres humanos, se ven severamente alterados por estos ruidos, lo que puede resultar en daños físicos graves o incluso en su muerte. Los ancianos también son un grupo vulnerable, ya que el estrés generado por las explosiones puede desencadenar problemas de salud, como hipertensión o infartos.
“Es inaceptable que una ley pensada para proteger a los sectores más vulnerables no se cumpla de manera efectiva. Esto no solo refleja una falta de control por parte de las autoridades, sino también una falta de empatía por parte de quienes usan y comercializan estos productos”, manifestó.
El referente también apuntó que, a pesar de la legislación vigente, hay una permisividad alarmante en torno a la venta y el uso de pirotecnia en la ciudad. Según él, las autoridades deben ser más estrictas y garantizar que las normas sean respetadas para evitar que suceda lo mismo en año nuevo.
En redes sociales, cientos de salteños se sumaron a las críticas, compartiendo testimonios y exigiendo que se refuercen los controles. La Ley Provincial N° 8340 fue sancionada con el objetivo de garantizar el bienestar de aquellos que no pueden tolerar los fuertes ruidos de la pirotecnia, y muchos padres de niños con TEA consideran que es fundamental que las autoridades actúen con firmeza para que este tipo de eventos no se repita.
Desde Padres TEA, esperan que la situación cambie: "las autoridades deben tomar cartas en el asunto para evitar que la pirotecnia sonora siga siendo un riesgo para las personas más vulnerables", concluyó González.