12 23 aguiar

Por Natalia Aguiar

La vida es uno de los derechos fundamentales porque sin ella, nada existe, pero la libertad de expresión es otro de los derechos fundamentales para la vida de los seres humanos. Sin ella, no hay libertades certeras, pura espuma.

Y Javier Milei se ha convertido en un presidente tirano, tiene modos autoritarios y modismos vulgares. Y lo ha dejado plasmado en hechos. Pese a los supuestos éxitos económicos de su gestión, es importante preguntarse hacia dónde va la Argentina con actitudes agresivas y antidemocráticas.

Hace unos días, el periodista Marcelo Longobardi fue desvinculado de radio Rivadavia porque parece que tras una orden de Karina Milei, le comunicaron al profesional que prescindían de sus servicios. No es la primera vez que le ocurre, ya lo vivió con el menemismo, con el kirchnerismo, y ahora con el mileísmo. Habrá que analizar con especialistas que pasa por el cerebro de los jefes de Estado cuando alguien se atreve a cuestionarlos, criticarlos y cuidar los derechos de los argentinos. Quizás crean que el voto de la mayoría de los argentinos -que no son todos- le permiten abusos para con la misma ciudadanía que lo votó.

La libertad de expresión es importantísima porque el saber, el conocer, permite tomar decisiones conscientes. Quizás por eso, los gobiernos populistas y autoritarios pretenden condicionarla como método de sumisión. Y todo indica que está ocurriendo aquí y ahora, en Argentina. ¡Incréible!¿Verdad? Sobre todo, cuando se exponen paradigmas libertarios que no se cumplen. Una especie de blef. Una verdadera estafa, pero desde el Gobierno.

Si bien para Marcelo Longobardi cada desvinculación significó una posibilidad, cuenta en una entrevista con Jorge Fontevecchia que la radio “exhibió argumentos totalmente inverosímiles”. “No es un problema solamente de vulgaridades, de insultos o de malos modales. Hay algo, me parece mucho más relevante, detrás de esos malos modales, que son estos rasgos, estos sesgos tan marcados de un Presidente que ya se compara con Julio César. Yo me quedé muy impresionado con esa comparación, cuando citó a la Legio XIII, que fue el comienzo de una dictadura. No sé si lo hizo deliberadamente o no”, dijo el profesional.

“Pero yo durante todo este tiempo, este año de Milei, mantuve un punto de vista inmodificable. Yo acepto que la economía puede estar mejor y en eso comparto alguno de los puntos de vista del Gobierno, pero yo no puedo subordinar las cuestiones de carácter institucional a la baja de la inflación o a otras cuestiones por el estilo. O a las modas, o a las encuestas. Por lo tanto, mantuve una postura muy firme respecto del otro lado de la historia, que es el control institucional, el tema del desprecio por las instituciones, el desprecio por la libertad de expresión. En los agravios hay algo mucho más grave que un agravio. Me quedé impresionado viendo una entrevista de Carlos Pagni a Natalio Botana. Botana dijo: “acá hay muchos tipos de liberalismo. Y hay uno de ellos que es un liberalismo de carácter autoritario, el de China, por ejemplo, y casos de otros países”, dijo Longobardi.

Para rematar: “Entonces, me parece que en términos generales esto se parece al gobierno de Nayib Bukele. En ese caso también, montado sobre un supuesto éxito, se ha corrido, ha deslizado en su país a un formato muy autocrático muy parecido al de Chávez. Entonces, me parece que, inspirado en Julio César e influenciado por Donald Trump y por sujetos como Víctor Orban, por personajes como los de Vox, y por los desopilantes intelectuales que lo rodean, al igual que en su momento Cistina Kirchner, que fue muy influenciable también por los rusos, los iraníes y los chavistas, el Presidente toma un camino muy peligroso”.

 

Milei versus periodismo independiente

No es la primera vez que cuestiona y coacciona a la prensa. Atacó muchas veces a Jorge Lanata y llamó a varios periodistas “ensobrados”. A tal punto llegaron los arrebatos contra la prensa, que el Foro de Periodismo Argentino, Fopea, relevó 56 ataques de Milei contra el periodismo en su primer año de gestión. Con riguroso estudio se contabilizó un total de 173 agresiones; casi el 70% provino de algún funcionario o fuente estatal. La situación llevó a que Fopea reclame al Gobierno que atenúe el clima de confrontación. Pero Milei desoye aquello que lo incrimina directamente.

Para el Monitoreo de Libertad de Expresión Fopea, luego de analizar documentación, describen que “el hostigamiento y la violencia digital se mantienen como las principales agresiones contra la prensa”. Milei “protagonizó 56 agresiones (el 32,37% del total de casos registrados)”, se subrayó en el informe. La segunda fuente de agresiones a la prensa por detrás del Presidente fueron los “allegados a personas con poder” (24 casos); la tercera, personal policial (17 oportunidades).

La “violencia estatal” sumó 120 casos de ataques al periodismo; la “violencia no estatal”, 36; la “violencia paraestatal”, 22; la “violencia de origen no identificado”, 8, y la “violencia de grupos al margen de la ley”, 5.

El estudio de de Fopea sobre los primeros 12 meses de gestión de Milei identificó que, de los 173 episodios violentos contra la prensa, el “44,51% (77 casos) fueron clasificados como ‘discurso estigmatizante’”, lo que “implica un ataque directo a la reputación de periodistas y/o medios”. En segundo lugar, figuraron los “ataques a la integridad”, que conformaron “el 25,43% (44 casos)”. El resto de las agresiones se clasificaron en “restricción de acceso a la información” (6,36%, 11 casos); “acciones judiciales civiles o penales” (3,47%, seis casos); “censura” (2,89%, cinco casos); “otros abusos del poder estatal” (1,73%, tres casos); “ataques contra los bienes” (1,16%, dos casos); “uso abusivo de la publicidad oficial”, “censura interna”, ambos con un 1,16% (dos casos).

Al analizar a las víctimas de los ataques, en el informe se indicó: “En estos 173 casos registrados, hubo 275 víctimas, de las cuales 153 fueron hombres, 57 mujeres, 15 medios de comunicación, en 24 ocasiones a la prensa en general y 26 veces fue a esta organización de periodistas [por Fopea]”.

En el final del documento que el foro periodístico presentó en el primer aniversario de Milei en el poder, también se incluyó una mención a la defensa de las redes sociales que realiza el Presidente como supuestas antagonistas del periodismo profesional. “Resulta claro que la acción de un periodismo vigoroso que investiga, pregunta y difunde en libertad resulta molesto para los gobernantes. Está en su naturaleza. Pero entre las obligaciones de todo dirigente que ocupa cargos de representación está la de tolerar la crítica y el disenso, en beneficio de la construcción de un diálogo social abierto y constructivo. Las redes sociales, valiosísimo vehículo para el diálogo político, no pueden reemplazar al periodismo profesional en su rol de investigación, indagación, análisis y difusión de asuntos de interés público”, manifestaron las autoridades del foro.

“Desde Fopea continuaremos alentando el diálogo y el trabajo conjunto con funcionarios gubernamentales de los tres poderes del Estado con el objetivo de mejorar las condiciones para el ejercicio de la libertad de expresión y el periodismo profesional”, concluyó el documento de Fopea, entidad presidida por Paula Moreno Román y Claudio Jacquelin, en calidad de vicepresidente.

Cuentan las voces críticas que la que ejerce las decisiones de manera tajante y tirana, es Karina Milei. Si le caes bien, todo fluye para adelante, pero si no, Dios salve a esa persona. Y sino habría que analizar lo que le acontece a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que piensa y actúa por sí sola, y es visto desde la hermandad Milei como un pecado mortal. Si pudieran, mandarían a Villarruel, a la horca. Pero ella es parte de la fórmula ganadora y según las encuestas tiene muy buena imagen pública. La gente la considera coherente y una política seria, aunque muchos no coincidan con sus ideales militares.

La Libertad Avanza ya traza sus objetivos para 2025, y entre ellos, mantenerse en el poder y lograr un Congreso propio. Que no se le olviden los derechos humanos y la real defensa de las libertades. ¿Todo vale en nombre de la Economía? ¿Un tirano libertario?

Resulta grave que en nombre de la libertad se coarten otras libertades como la de expresarse, derecho fundamental que permite a las personas comunicarse y expresarse libremente, pedir rendición de cuentas a las autoridades, disuadir abusos de poder, acceder a la justicia, siendo el cimiento de toda democracia y estado de derecho.

Cuando se ataca a la prensa, no se agrede al periodista o medio, se agrede al pueblo, a la gente, a la que se pretende ocultar información o permitirle la posibilidad de construir criterio propio. Eso es tiranía disfrazada en vestidos libertarios.