Completando el Triduo de Pontificales, se desarrolló en la mañana de ayer la Misa Estacional en honor a la Solemnidad del Señor del Milagro. La homilía estuvo a cargo del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien destacó la sencillez, solidaridad y fe de los peregrinos, y pidió contagiar al resto del país.
La misa se celebró en el pórtico de la Catedral Basílica, con la presencia del gobernador Gustavo Sáenz, su esposa Elena Cornejo y el vicegobernador Antonio Marocco, entre otros representantes de poderes del Estado.
El arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello destacó que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, se unió a los peregrinos de San Antonio de los Cobres para marchar hasta la Catedral en devoción al Señor y la Virgen del Milagro. “Nos alegra y enorgullece”, expresó Cargnello al respecto, y agregó que “en él saludamos a todos nuestros peregrinos de la Argentina que este año fueron más de 80 mil”.
Monseñor García Cuerva destacó la emoción única de esta fiesta salteña y lo que despiertan sus peregrinos: “Cuesta mucho poner en palabras lo que pasa en Salta. En la sabiduría de nuestro pueblo sencillo de la Puna entendemos que todos somos frágiles y necesitamos del Señor del Milagro”.
“Hoy a la mañana, como justamente estoy muy emocionado, dormí poco ya que mi ventana daba a la Catedral, así que durante la noche tuve doce misas y me desperté temprano, bajé el templo y me impresionaba ver a muchos de ustedes, mirando la imagen del Señor y la Virgen del Milagro”, expresó el arzobispo y agregó: “nos queremos dejar mirar por su mirada comprometida, como la de tantos que durante el camino en estos días de peregrinación nos animaron y nos sostuvieron; por eso me permito decir, que ya se está renovando el Pacto de Fidelidad, que ya se viene renovando en estos días porque experimentamos fuertemente la mirada del Señor que nos anima a seguirlo. Aprendimos en estos días que el Pacto de Fidelidad es también un pacto de fraternidad, es un pacto de hermandad, que necesita nuestra Argentina y, por eso, así como en el 2020 teníamos que tener cuidado de no contagiarnos de COVID 19, me permito aquí pedir al pueblo salteño que ahora si necesitamos contagiarnos de su fe, necesitamos contagiarnos de su sabiduría de pueblo sencillo. Por favor contágiennos a los argentinos esa fe que ustedes viven naturalmente. La necesitamos mucho”.
“Alguna otra enseñanza más que hemos aprendido en estos días de peregrinación: cuando ya los pies no dan más, cuando hay ampollas, cuando duele espalda y la cintura, cuando llegan esos momentos que uno dice: “¿Qué hago acá?” “¿Cómo se me ocurrió venir?” la gente que está en las márgenes de los caminos empiezan a darnos una mano: la botella de agua, las facturas, los caramelos, los juguitos congelados y todos animándonos a seguir. Los que nos saludaban de arriba de los puentes o arriba de los cerros. Eran desde los márgenes del camino, desde la banquina donde los descubríamos y nos contagiaban la fuerza, por eso, creo que es una enseñanza para nuestra Argentina, que desde las márgenes de nuestra patria -y lo digo solo en el sentido geográfico-, nos ayudemos”.
“Por favor, desde las márgenes de la Patria, desde la Argentina profunda ayudemos a que Argentina se ponga de pie. Fueron los que estaban al borde del camino los que animaban, los que nos sostenían para seguir adelante. Y así, como en el camino teníamos heridos los pies, a mí no me gusta hablar de grietas, las grietas tienen las paredes o los pisos, lo nuestro es una herida que nos duele profundamente en las entrañas de la Patria, pero al mismo tiempo la herida da esperanza de que cicatrice y por eso creo que entre todos podemos curar la Patria y para eso aprendo de la peregrinación, que los que están al borde son los que nos ayudaron a curar y seguir. Por eso, desde las márgenes de la patria, ayúdennos a curar la herida”.
”Cuánto para aprender del pueblo sencillo. San Pablo se pregunta ¿dónde está el sabio? ¿dónde esta el hombre culto? Y me permito decirle a San Pablo que está acá, está en Salta, nosotros lo conocimos y lo vimos. Yo le voy a poner nombre, en una persona de carne y hueso porque la conocí, aquí está el hombre culto y sabio: se llama Damiana. El lunes nos dio la bienvenida en San Antonio de los Cobres al Padre Gustavo y a mí que veníamos de Buenos Aires. Verla caminar estos días y ver la fe que tiene esa mujer dije San Pablo ¿dónde está el sabio y el culto? Vive en Salta, vive en la Puna profunda”.
“Señor del Milagro te pedimos que nos regales la valentía de decir: “Yo necesito de ti, no puedo solo, tú necesitas de mi porque somos hermanos y nos buscamos, y juntos como argentinos necesitamos de Cristo hasta el fin. Amén”.