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Santa Rosa de Tastil, ubicada en la provincia de Salta, Argentina, es un sitio arqueológico y un pequeño poblado que ofrece una ventana fascinante a la historia preincaica de la región.

Este lugar, situado en la Quebrada del Toro a unos 3.200 metros sobre el nivel del mar, es conocido por sus impresionantes ruinas y su rica herencia cultural.

Las ruinas de Tastil representan uno de los asentamientos preincaicos más grandes y mejor conservados de Argentina. Se estima que la ciudadela fue habitada entre los siglos XIV y XV, antes de la expansión del Imperio Inca hacia el sur. En su apogeo, Tastil albergaba a unos 3.000 habitantes, lo que la convierte en una de las ciudades prehispánicas más grandes del país.

El nombre “Tastil” proviene del término quechua “Tastil”, que significa “piedra sonora”. Este nombre hace referencia a las piedras que, al ser golpeadas, producen sonidos musicales, lo que sugiere que la música y los rituales sonoros eran una parte importante de la vida en Tastil.

El sitio arqueológico de Tastil fue descubierto en 1903 por el arqueólogo sueco Eric Boman. Desde entonces, ha sido objeto de numerosas excavaciones y estudios que han revelado una ciudadela bien organizada con una compleja red de calles, plazas, viviendas y estructuras ceremoniales. Las ruinas se extienden sobre una superficie de 12 hectáreas y cuentan con más de 1.160 recintos de piedra, muchos de los cuales aún se conservan en buen estado.

La arquitectura de Tastil es notable por su uso de la piedra sin argamasa, una técnica constructiva que permitía la creación de estructuras duraderas y resistentes. Las viviendas estaban construidas con lajas de piedra y organizadas en torno a plazas y calles principales. Además, se han identificado sectores dedicados a la agricultura, la metalurgia y la textilería, lo que indica una sociedad altamente organizada y autosuficiente.

Uno de los aspectos más fascinantes de Tastil es su arte rupestre. En los alrededores de la ciudadela, se han encontrado numerosos petroglifos que representan figuras geométricas, animales y escenas rituales. Estos grabados en piedra no solo son una muestra del talento artístico de los antiguos habitantes de Tastil, sino que también ofrecen pistas sobre sus creencias y prácticas culturales.

 

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Paisaje sonoro

El término “piedra sonora” no es solo un nombre poético. En Tastil, se han encontrado piedras que, al ser golpeadas, producen sonidos musicales. Estas piedras sonoras podrían haber sido utilizadas en ceremonias y rituales, añadiendo una dimensión acústica a la experiencia espiritual y cultural de los habitantes de Tastil. Este descubrimiento ha llevado a los arqueólogos a considerar la importancia del paisaje sonoro en la vida prehispánica.

Hoy en día, Santa Rosa de Tastil es un pequeño poblado con una población de alrededor de 20 habitantes. A pesar de su tamaño reducido, el pueblo cuenta con una escuela, una pequeña sala sanitaria y una capilla dedicada a Santa Rosa de Lima, cuya fiesta patronal se celebra el 30 de agosto de cada año. La capilla, construida con adobe y piedra, es un testimonio de la rica herencia cultural de la región.

Santa Rosa de Tastil y sus ruinas son un destino turístico cada vez más popular. Los visitantes pueden explorar las ruinas, caminar por las antiguas calles de piedra y admirar los petroglifos que adornan las rocas circundantes. Además, el sitio está protegido como Monumento Histórico Nacional y forma parte del itinerario cultural del Qhapaq Ñan, el antiguo Camino del Inca que atraviesa varios países de América del Sur.

Desafíos

A pesar de su importancia histórica y cultural, Santa Rosa de Tastil enfrenta varios desafíos. La erosión natural, el vandalismo y el turismo no regulado son amenazas constantes para la conservación de las ruinas y los petroglifos. Sin embargo, los esfuerzos de conservación y la creciente conciencia sobre la importancia de proteger este patrimonio cultural ofrecen esperanza para el futuro1

Visitar Santa Rosa de Tastil es una experiencia única que permite a los viajeros sumergirse en la historia preincaica de Argentina. El paisaje árido y montañoso, combinado con las impresionantes ruinas y el arte rupestre, crea una atmósfera mágica que transporta a los visitantes a un tiempo antiguo. Además, la hospitalidad de los pocos habitantes del pueblo y la belleza natural de la Quebrada del Toro hacen de este lugar un destino inolvidable.

 

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Santa Rosa de Tastil es un tesoro arqueológico y cultural que ofrece una visión única de la vida y la cultura de los pueblos preincaicos de Argentina. Con su rica historia, su impresionante arquitectura y su fascinante arte rupestre, Tastil es un lugar mágico que merece ser visitado y protegido para las futuras generaciones.