Natalia Aguiar
El gobierno se enfrenta a la segunda etapa de su mandato con una nueva estructura política, un equipo liderado por Karina Milei, acompañada por Martín Menem, Diego Santilli y Patricia Bullrich. Se puso en marcha un nuevo tridente de poder que deberá sostener la gobernabilidad y dar respuestas.
Será complejo sostener los proyectos pero los objetivos serán proveer soluciones al ajuste, coordinar lo fiscal para empoderar la producción y el crecimiento. Apostarán a seducir opositores y sumar voluntades para lograr los objetivos como propios, sin acuerdos.
El gran aliado de Karina, Martín Menem seguirá al mando de los hilos en Diputados. Patricia Bullrich hará lo propio en el Senado donde jurará en Diciembre y quedará a cargo del frente libertario. Por su parte, Santilli, como Ministro del Interior, será el nexo con los gobernadores. Sin embargo, los tres tienen como meta coordinar las tácticas legislativas y buscarán obtener las mayorías necesarias.
Ya lograron establecer los temas a tratar en las sesiones extraordinarias: primero se presentará a debate el presupuesto 2026 y el proyecto de "inocencia fiscal", luego seguirá la reforma laboral, la tributaria y la ley de glaciares. Será un verano dinámico para los legisladores.
Patricia Bulrich jugó fuerte
A todo o nada. Pudo consolidar su alineamiento con Karina MIlei luego de quebrar al medio el bloque Pro y trasladar a su gente a La Libertad Avanza. De esta forma redujo los diputados del PRO a 16 y le quitó a Mauricio Macri la posibilidad de influenciar en el Congreso. Una jugada ciento por ciento karinista.
El arribo de Bullrich y toda su fuerza al Senado es sinónimo de otro anclaje de poder. ¿Se desdibujará la vicepresidenta Victoria Villaruel? Y sí. Además, hasta la fecha, el Senado era territorio de Santiago Caputo, pero ahora quedó totalmente relegado, además fue el encargado de impulsar los pliegos a jueces de la Corte que quedaron en la nada. No prosperaron. Ahora el tema de las negociaciones judiciales estará al mando de Karina Milei de manera personalizada. No sólo se encargará de los ministros de la Corte, sino también de los juzgados vacantes en todo el país. Un manojo de poder.
Diego Santilli, mediador
Será una especie de pivot entre el Gobierno nacional y los gobernadores, la mayoría de ellos enojados con Milei porque no los escucha, no acusa recibo de los reclamos. Además, arriba al ministerio con menos poder, porque Migraciones y RENAPER quedaron bajo la órbita de Bullrich, que buscará sostener su injerencia en esa área a través de su mujer de confianza, Alejandra Monteoliva. Milei está pidiéndole pruebas de confianza a Santilli, porque aún no empezó a desplegar alas. Debe ganarse la confianza política en terreno de guerra. Otras voces oficialistas, sostienen que Milei podría haberle pedido que tome distancia definitiva de Macri. Habrá que ver si se anima o será el enlace entre el Presidente y el expresidente. Otros creen que podría pedirle que se afilie a LLA, pero en realidad eso echaría por tierra este acuerdo entre PRO y La Libertad Avanza. Lo cierto es que hay desconfianza entre los referentes y pedidos de pruebas de amor.
Cortocircuito
Habrá muchos temas que tensarán el vínculo entre Macri y Milei. Entre ellos, el debate por la coparticipación automática a la Ciudad, definida por la Corte, que surgirá al tratarse el presupuesto 2026. En ese momento Santilli deberá hamacarse entre dos amores. Aunque digan lo contrario, el gobierno busca acorralar a Macri, dejarlo sin oxígeno, aunque admita que necesita acordar. Además, el oficialismo busca seducir a gobernadores para depender cada vez menos de la buena voluntad y del vínculo que mantienen con el expresidente.
Es cierto que sin el PRO, los hermanos Milei no hubieran conseguido muchos de los proyectos legislativos y políticos. Aunque quieran erradicar al PRO, lo necesitan. “PRO es un partido muy relevante en la Argentina. Es imposible pensar que gran parte de las reformas de los últimos dos años se hubieran aprobado sin PRO en el Congreso, acompañando cada debate. Tenemos el desafío de construir una alternativa en los próximos dos años”, dijo María Eugenia Vidal, por lo que ya adelantaron que competirán con un candidato propio en las presidenciales 2027.
Pero Vidal deja su banca en diciembre y se reduce aún más el macrismo en el Congreso. Cristian Ritondo, jefe del bloque en Diputados, quien trabajó duro en las últimas elecciones, y fue una pieza clave de unión entre el PRO y LLA, se mueve con precaución. Sonaba como reemplazo de Martín Menem, pero eso quedó atrás, porque lo avalaba Santiago Caputo. Ahora, Ritondo debe planear una nueva estrategia para solidificar figuras del PRO, evitar que se vayan del espacio seducidos por LLA y solidificar la identidad del partido en el Congreso para darle fortaleza a nivel nacional.
El peronismo
El PJ deberá por su parte, reestructurar cimientos, dejar la inercia y hacer autocrítica, no sólo para su desempeño en el Congreso, sino en las provincias y con miras al 2027. No sirven los quiebres, debe unirse y hacer honor a la historia del Justicialismo. Todo puede ocurrir. De momento, el espacio que cuenta con el 40 por ciento de los votos a nivel nacional es La Libertad Avanza, pero los hermanos Milei no quieren acordar, ni compartir, ni consensuar, todo lo contrario a un sistema democrático, quieren acumular poder y no ceder ni un centímetro. Que Santilli esté en el Gobierno fue un acto de cordura, o sincericidio, ante una situación límite, pero priorizan la represión, el autoritarismo. Habrá que ver cuánto les dura este supuesto acercamiento con el PRO o sólo son pinceladas para detrás de ello, hacer lo que realmente les importa: concentrar poder. Estas pruebas de amor solicitadas por La Libertad Avanza tiran por la borda el sistema de partidos políticos, arrasa contra la diversidad de opiniones, la búsqueda de consensos y la Democracia. Se saben ganadores, aunque no con más del 50 por ciento, y hacen abuso de ello. Ese uso abusivo puede resultarle en contra. La gente ya no confía en ellos como antes, porque ya mostraron las garras.
Ahora piden muestras de amor para derrocar a la oposición, cuando un sistema democrático se consolida desde las diferencias. Aquel que otorgue esa prueba de amor, es tan déspota como los Milei.
