05 20 pjEstalló con un intento de toma a la sede en Zuviría al 900. Dirigentes se cruzan con fuertes acusaciones.

El PJ, lejos de recuperarse, sigue sumando capítulos turbulentos a su historial. Primero la intervención con Sergio Berni a la cabeza y tras la dura derrota electoral, ahora el detonante fue la “ocupación”- o “ingreso pacífico”, según de qué lado se lo mire— a la sede ocurrido el domingo por la noche.

“Entramos como afiliados. El local estaba abierto. No rompimos nada. No hubo insultos, ni gritos, ni empujones. ¿Cuál es el delito?”, dijo Luis Mendaña.

En la última sesión de la cámara baja local, el legislador de La Caldera había adelantado su acción. Por su parte Guido Giacosa resaltó: “esto no es una protesta: es una toma. Y lo peor es que fue instigada desde una banca legislativa. Se conjugó el verbo 'tomar' en plena sesión”.

“¿Qué mensaje están dando? ¿Qué se puede tomar un partido a la fuerza?”, acotó en FM Aries. Según el dirigente la toma fue real, con daños en el ingreso y la alarma activada. Y además, asegura que muchos de los presentes ni siquiera están afiliados al PJ: “vinieron a tomar un partido político al que ni siquiera pertenecen. ¿Eso no debería preocuparnos a todos? ¿O el justicialismo ahora es tierra de nadie?”.

Del otro lado del ring, el diputado Luis Mendaña no esquivó el conflicto. Admitió que encabezó el ingreso a la sede del PJ, pero aseguró que fue una acción política legítima y sin un gramo de violencia.

Para Mendaña, la verdadera violencia es la intervención partidaria que dejó a los afiliados sin voz ni voto. “Queremos que nos devuelvan el partido. La intervención fue arbitraria y desastrosa. Nos sacaron del juego sin preguntar. ¿Y ahora se sorprenden porque protestamos?”, preguntó.

Y pasó factura: “Esa desorganización nos hizo perder las elecciones. Esos seis puntos que faltaron en Capital son responsabilidad de la intervención. No se ordenó nada, se terminó de romper lo poco que quedaba”.

“No se puede jugar al distraído cuando un diputado oficialista llama a tomar un partido. Esto no es un tema menor. Es el funcionamiento democrático lo que está en juego”, advirtió Giacosa.

Mendaña, en tanto, recalcó: “esto es una discusión partidaria. Pero si no se resuelve, claro que va a tener impacto político. No podés construir unidad desde una intervención digitada desde Buenos Aires”.

 

¿Sin dueño?

La intervención del PJ salteño fue dispuesta en 2023 por el Consejo Nacional, y desde entonces, la conducción del partido quedó en manos de una comisión normalizadora. Pero con las bases descontentas, la estructura desactivada y los liderazgos cruzados, nadie parece estar conduciendo de verdad.

Hoy, el PJ salteño es más un campo de batalla que una herramienta política. Hay 90.000 afiliados, pero pocos espacios reales para discutir. Las decisiones se toman lejos de las bases, y eso alimenta el enojo.

“Esto no lo arregla una reunión a puertas cerradas. Tiene que haber elecciones ya. Reglas claras, urnas y que los afiliados decidan”, exigió Mendaña.