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El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, buscó avanzar en la reforma electoral impulsada por el Gobierno de Javier Milei, que contempla la eliminación de las PASO y la sanción del proyecto de Ficha Limpia.

Además, la administración libertaria apunta a aprobar los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. 

Si bien el oficialismo puso este proyecto como una de sus principales prioridades, la oposición sigue siendo reticente a su total eliminación. Bloques como el PRO y la UCR ya han señalado que, si bien están abiertos a discutir su suspensión para este año, no apoyarán una eliminación definitiva del sistema electoral que data de 2009. 

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, responsabilizó a la oposición por las dificultades para eliminar las Primarias. Según el funcionario, algunos sectores especulan políticamente para mantener el sistema vigente, ya que les sería útil para definir candidaturas de cara a las próximas elecciones. "Las PASO no resolvieron nada. Fueron un gasto innecesario que no mejoró el sistema electoral”, afirmó.

 

Ficha Limpia: otro desafío legislativo

El otro tema clave fue la reforma de la Ficha Limpia, que también se encuentra en la agenda legislativa del Gobierno. La propuesta busca establecer la imposibilidad de que personas con condenas judiciales accedan a cargos públicos. Sin embargo, la oposición plantea dudas sobre la extensión de la reforma y los posibles efectos negativos sobre los derechos de los funcionarios condenados.

Según Germán Martínez, titular del bloque Unión por la Patria, la iniciativa parece estar dirigida a "condicionar políticamente" a figuras como Cristina Fernández de Kirchner  y está diseñada de forma que solo ciertos delitos federales sean considerados para aplicar la ley, excluyendo otras causas vinculadas a la justicia provincial. 

 

Se amplió el encuentro

Lo que iba a ser una reunión reducida, limitada a los bloques opositores no kirchneristas que se habían negado a reunirse en Casa Rosada, se terminó ampliando a casi la totalidad de los bloques opositores. Asistieron todos los referentes que el gobierno necesita seducir para evitar que las sesiones extraordinarias termienen en un fracaso. 

Los diputados fueron cayendo a cuenta gotas al despacho de Menem, la mayoría bronceados y recién llegados de las vacaciones. Por parte de Encuentro Federal fueron su titular, Miguel Ángel Pichetto, y el cordobés Oscar Agost Carreño. El radicalismo tuvo presencia perfecta de todas sus vertientes: estuvo desde el deloreísmo oficialista friendly, como Karina Banfi y Soledad Carrizo, pasando por el radicalismo díscolo liderado por Pablo Juliano. Ingresó, incluso, los radicales ultramileistas Mariano Campero y Pablo Cervi. También fue desde el vamos el lilito Maximiliano Ferraro.

Los gobernadores también dieron el presente. Estuvieron el misionero Carlos Fernández, el rionegrino Agustín Domingo y el neuquino Osvaldo Llancafilo. Además se sumaron Oscar Zago, del MID, y el jefe de bloque de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni.

En el oficialismo no están convencidos de tener el número para aprobar la inciativa que más les importa: la suspensión de las PASO. El Gobierno ya tuvo que resignarse que no podrá eliminar las primarias, por lo que la apuesta ahora es a suspenderlas para 2025. Pero ni está reforma más light cuenta aún con el consenso opositor suficiente. Fue por esto que Casa Rosada envió a sus propios emisarios a la reunión.