En su asunción, el flamante presidente tuvo un gesto populista: le dio la espalda al Congreso, al momento de su mensaje de asunción, en un gesto que puede leerse como “de frente al Pueblo, de espalda a la casta”. Nada que no hayan intentado demagogos a lo largo de la historia.
Por Pablo Borla
Sucede que la pasamos bárbaro y no nos dimos cuenta. Como cuando sos chico y no lográs percibir los feliz que eras, hasta que te hiciste grande y se acabaron los juegos. Los aptos para menores, por lo menos.
Sucede que parece que volábamos en un avión imaginario y en ese avión todos íbamos para el mismo lado, y a todos nos servían cena, pero para algunos, la cena era a la carta y al resto le arrojaban unas bandejas recalentadas, que agradecíamos a la bondad de la aerolínea. Y la mayoría viajábamos apretados, en asientos pequeños, muy juntos y durante la noche nos despertaba a cada rato algún compañero de fila con la próstata hipertrofiada.
Sucede que nos invitaron a un casamiento y a la mayoría nos tocó la mesa desbalanceada, detrás de la columna o cerca del baño, y las bandejas de los mozos llegaban tarde y con la comida fría o el helado tibio, mientras que, en la mesa de los novios, los macanudos escabiaban champagne del bueno.
Por si todavía no te enteraste, la casta sos vos.
No sé qué habrá pasado por tu imaginación al pensar que la casta eran los otros, los políticos.
Ahora, muchos conspicuos integrantes de esa casta imaginaria comparten el Gobierno, toman las decisiones que afectan tu vida y te dicen que el ajuste lo hará el Estado y no los privados.
No sé tampoco si tomaste conciencia de que el Estado, de una u otra manera, somos todos. Aunque no trabajes en el Estado, aportás al Estado, o comerciás con el Estado, o recibís un servicio del Estado.
Había que hacer ajuste, es cierto.
Las fiestas no son gratuitas.
Lo que se define es quien paga la fiesta. Y, por lo que se avizora, lo vamos a pagar los de la mesa del fondo, los de la clase turista. En suma, los de siempre.
Porque en todas la crisis de los últimos cincuenta años, siempre hubo importantes grupos económicos que se beneficiaron, ya sea por licuado de pasivos, ya sea por quita de controles, ya sea por beneficios impositivos, ya sea por la posibilidad de acceder a dinero para especular en la Bolsa y no arriesgar a la producción, ya sea por ser agentes financieros.
Hay varios en el Gobierno que forman parte de esos grupos.
No me vengan con que “Cómo querés que en este país alguien produzca si te cambian las reglas todos los días”. Objeción relativa: se ve que las reglas para sacar excedentes a paraísos fiscales son sólidas y constantes. Y sencillas.
En su asunción, el flamante presidente tuvo un gesto populista: le dio la espalda al Congreso, al momento de su mensaje de asunción, en un gesto que puede leerse como “de frente al Pueblo, de espalda a la casta”. Nada que no hayan intentado demagogos a lo largo de la historia.
Podría haber dado dos mensajes. Eligió, por primera vez en 40 años de democracia (hecho histórico que ni siquiera mencionó de pasada), no hacerlo.
En ello, un detalle: los diputados y senadores son representantes de ese Pueblo y de las provincias que conforman la República, elegidos democráticamente.
Seguramente, ese gusto le saldrá caro. Los legisladores no olvidarán fácilmente el desprecio realizado y el presidente los necesita para obtener las leyes con las que pretende cambiar la realidad actual.
Un detalle del acto de asunción: le molestaba tener a una vicepresidenta procesada en el Gobierno, pero no le molestó tener en él a un expresidente procesado por delitos contra el orden democrático -un golpe de Estado- como Jair Bolsonaro, acusación avalada por el Congreso brasileño.
Otro detalle: la jura de sus ministros, que son funcionarios públicos, pro primera vez fue un acto a solas, sin acceso a la prensa. ¿Serán ministros encerrados entre paredes, parapetados tras sus escritorios?
Queda claro: la casta son los que no piensan como él o no le son útiles. Y también que vos, que no perteneces a la política, que odiás a los políticos, que crees que no tenés nada que ver, vas a ver reducida tu capacidad de compra, de ahorro, de nivel de vida.
Y que, si creíste que la casta eran los otros, es hora de que comiences a darte cuenta de cómo viene la mano.
Ayer, el ministro de Economía te avisó, nuevamente, y esta vez tiene la lapicera.
Hoy, a la devaluación del 100%, la vas a ver en el supermercado.
La clase media, que en paz descanse.