Gobierno de Salta
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Por Natalia Aguiar
Fue la provincia de la Rioja, más precisamente la ciudad de Chilecito, donde se desató una feroz interna entre el presidente Alberto Fernández, la vice, Cristina Fernández y La Cámpora, quien ejerce una especie de tercer poder de mando.

En la reunión del presidente Alberto Fernández y gobernadores en Chilecito, la Rioja, se analizó por pedido de un grupo de mandatarios provinciales la conveniencia de suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) por la situación sanitaria de las provincias frente al Covid y el costo que significan. Alberto escuchó y habilitó el debate en el Congreso, sin el visto bueno de Cristina.

Mediante decreto, el Presidente incluyó en el temario de las sesiones extraordinarias el tópico "emergencia sanitaria y calendario electoral 2021", y así le dio el guiño a los gobernadores para que el proyecto de un grupo de diputados oficialistas que pretende suprimir las PASO en este turno electoral, sea tratado en el Congreso. Las fichas empezaron a moverse y desde el kirchnerismo duro y la Cámpora advierten que no sabían de la maniobra de Alberto para que la política pueda debatir esta cuestión.

Hasta el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, encargado de las puesta en marcha de los comicios y máximo referente camporista en la Casa Rosada, ignoraba el decreto presidencial.

 

La propuesta

En la Rioja los gobernadores del norte le transmitieron al Presidente la idea de dos mandatarios del PJ, el chaqueño Jorge Capitanich, el tucumano Juan Manzur y; dos gobernadores de partidos provinciales, Oscar Herrera Ahuad de Misiones, y Arabela Carreras, de Río Negro. Además dos mandatarios de Juntos por el Cambio, el correntino Gustavo Valdés , y el jujeño Gerardo Morales, se sumarían a presentar la iniciativa en el Congreso. Aunque los radicales niegan ponerse al frente de esta misión que la oposición rechaza.

Fue el impulso de seis gobernadores en representación de los 21 que apoyaron inicialmente la idea y pretenden mantener una reunión con Cristina Kirchner, cabeza del Senado y su par en Diputados, Sergio Massa. Pero ni el Kirchnerismo, ni los camporistas, avalan esta postura a la que ven como riesgosa en cuanto a la suma de poder que tienen como objetivo final.

Además la Cámpora, pese al riesgo de contagio de Covid 19, que ya queda en cuarto plano respecto los fines políticos, la necesitan para imponer los nombres de sus candidatos y futuros líderes, según sus palabras. Alcohol, votos, palo a la bolsa.

 

Las cajas

La Cámpora avanza y avanza en el gobierno de Alberto Fernández y logró cooptar tres de las “cajas” más suculentas del erario público. Anses, PAMI y ahora YPF. En ANSES, Fernanda Raverta, en PAMI, Luana Volnovich y en YPF, Pablo González. Esta última la logró tras la renuncia del renunciado, Guillermo Nielsen, hombre de Alberto Fernández en YPF, tras lo cual, asumió el diputado nacional del Frente de Todos por Santa Cruz, Pablo González.

Es el segundo patagónico o “pingüino” como se solía decir, en ocupar lugares de conducción vinculados a la actividad energética, tras la designación del neuquino Dario Martínez frente a la Secretaría de Energía. Nielsen, fue consolado con una embajada en Arabia Saudita.

Ya los dos bandos en el poder no se discuten. Desde el costado de Alberto sienten que desde la agrupación que lidera Máximo Kirchner, están “saboteando al Gobierno”. Es que ante cada renuncia o renunciado, nonmbran a un referente de La Cámpora.

De hecho, si bien la relación con Felipe Solá, titular de la Cancillería no es la óptima con Alberto Fernández, éste trataría de mantenerlo en su cargo porque de mostrar más debilidades, será un jóven camporista el que pase a liderar las relaciones internacionales de Argentina con el mundo.

 

Alberto se vacunó

El 21 de enero pasado el presidente recibió la primera dosis de la vacuna Sputnik V,  y un día antes , el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, fue la primera persona mayor de 60 años en recibir la vacuna rusa contra el coronavirus.

Pero la comunicación errónea del Gobierno en el tema sanitario es cada vez peor. Es que primero, a la Secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, se la escuchó decir que se analizaba diferir la segunda dosis de la vacuna rusa, para duplicar los vacunados, pero no tendría el mismo efecto ya que se requiera de la segunda inyección. Marcha atrás, falta de coherencia y de estrategias claras.

Luego, Alberto Fernández detalló que en febrero lograríamos 15 millones de vacunas en Argentina, tampoco se concretó. Y además el Gobierno deberá tratar con varios laboratorios para cubrir a toda la población. Pero salir el Partido Justicialista a avalar al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, ante las denuncias de violación a los derechos humanos en la pandemia, fue lo más vergonzoso.

Gabriela Neme, concejal del peronismo disidente y Celeste Ruíz Díaz, también concejal pero radical, denunciaron con sobradas pruebas a Insfrán por “condiciones inhumanas” en un centro de aislamiento en Formosa. Por atreverse a defender la vida fueron arrestadas en una protesta.

 

Derechos y Humanos

Con el avance en el capitolio norteamericano el 6 de enero pasado pudimos ver que las democracias siempre están en riesgo y que se debe trabajar en su consolidación día tras día. Pero ver en el “American Celebretion”, los festejos por la asunción del flamante presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, a tres ex presidentes, el republicano George W. Bush, y los demócratas, Bill Clinton, y Barack Obama, al igual que Biden, en un mensaje de unidad y apoyo al nuevo mandatario, fue constructor. Fue esperanzador para el pueblo que fue modelo de democracias sólidas y que con el saliente Donald Trump, vieron tambalear los ideales de Abraham Lincoln, entre otros.

Mientras Biden intenta erradicar el legado de Trump, y enfrenta el desafío de recuperar a Estados Unidos como la tierra de los sueños y esperanzas, algunos analistas insisten en que no deben descuidarse del electorado que aún avala a Trump. Algunos van más allá y explican que –incluso sin el ex presidente- esa facción del partido republicano podría volver. De hecho, ya habiendo roto lazos con los republicanos, Trump impulsa el “Partido Patriota”, y dará pelea.

De todo este contexto, ha de destacarse la visión de los políticos estadounidenses de no aferrarse al poder, de bregar por los valores norteamericanos, libertad, democracia, igualdad, inclusión de las diversas nacionalidades del mundo que se radicaron allí, y poner de pie a la tierra del sueño americano. La visión de futuro, que tanto nos hace falta por aquí.