Gobierno de Salta
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02 26 aguiarLa euforia presidencial por supuesto logros en los datos de la economía y su imagen con el mundo, reflejan sólo una parte de la realidad, porque la otra cara de la moneda es de pobreza, tristeza y caída del consumo y bienestar de los argentinos.

Por Natalia Aguiar

Lo llamativo de todo este panorama es que el mercado avala las propuestas del presidente y la gente aún lo acompaña con buena imagen -que sólo cayó un punto de 51- pese a la motosierra y la dura realidad al momento de ir al supermercado. Días atrás, un informe catastrófico del Observatorio de la Universidad Católica Argentina determinó que el 54 por ciento de los argentinos se encuentran por debajo de la pobreza.

Argentina atraviesa un drama social, económico y político: enero fue un mes en baja para los argentinos, en baja para el acceso a los medicamentos, consumo de alimentos, salud y transporte. Las ventas de farmacias, cayeron un 45,8%, porque los remedios subieron un 200 por ciento, el consumo de alimentos y bebidas cayó el 37,1 por ciento, al igual que el consumo de carnes y lácteos. Para la consultora 1816, “El salario real de los trabajadores registrados tuvo en diciembre la mayor caída mensual en al menos 30 años y es muy probable que en enero los sueldos hayan alcanzado un nivel menor al de 2001 y las ventas de alimentos en comercios minoristas cayeron un 37,1 por ciento, algo no visto ni en pandemia”. Agregaron en un informe difundido por Ernesto Tenembaum en Infobae que “las jubilaciones han caído a tal punto que su poder adquisitivo es similar al del 2001”. Además, advierten que “en enero el patentamiento de motos cayó un 16,7%, el patentamiento de autos, un 32,7%, la producción de autos, 16,7%, el índice Construya, 29.2%, los despachos de cemento, un 20%”.

Pero el presidente Javier Milei y su círculo no ven lo que está sufriendo la clase media, baja y trabajadora y sólo arenga desde las redes sociales: “Juro que ni en mis mejores sueños me imaginé una semana así: Reunión con n2 FMI y n2 de EEUU; Baja del dólar mercado y futuros; Compresión de brecha; Suba de bonos y acciones. Y cuando todo parecía terminar de un modo genial, TODA la casta sola sale a gritar SOY CASTA. VLLC !!!”, decía el presidente el viernes respecto de su encuentro con el Secretario de Estado y Jefe de la diplomacia de los Estados Unidos Antony Blinken, en la Casa Rosada. El hombre de mayor influencia mundial del gobierno de Joe Biden. El objetivo de la visita fue consensuar con Milei estrategias en común que puedan transformar al país en el socio estratégico de la Casa Blanca en América Latina. También estuvo reunido con y la subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. La funcionaria se sorprendió con los resultados de la gestión Milei, pero advirtió “que el costo no deben asumirlo los trabajadores”. Algo que desobedece Milei y no registra.

Para rematar la verborragia del presidente argentino, fue invitado a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), en Estados Unidos. Una meca de la derecha global, para otros, una especie de Show de Trump o TrumpFest. El encuentro entre Javier Milei y Donald Trump duró apenas un minuto y medio mientras detrás se escuchaba la canción “Y.M.C.A.” de Village People, bizarro si nos imaginamos a ambos referentes al son de las imágenes de los cantantes y las líricas norteamericanas que marcaron una era.

“Fue un gran presidente, y espero que lo vuelva a ser”, le dijo Milei a Trump.

“Gracias, te lo prometo”, respondió Trump.

“¡Make Argentina Great Again!”, dijo Trump al final y Milei no se quedó atrás y emitió: “¡Viva la libertad carajo!”.

Tras el abrazo con Trump, Milei apareció en el escenario central de CPAC, y su conferencia se pareció más a una clase de economía y de liberalismo que a un discurso político. Omitió críticas directas al actual gobierno estadounidense y se centró en los principios del liberalismo, las críticas al socialismo y la defensa de la desregulación del mercado. Habló del óptimo de Pareto, Adam Smith, y de los sistemas de precios, entre otros conceptos técnicos.

 

Patagónicos de pie

Mientras tanto, la pelea con los gobernadores. El viernes por la noche, Javier Milei, emitió cientos de tuits, retuits y likes que difundió en esas horas febriles, cual adolescente enardecido. Muchos analistas políticos, consideran que los asesores de Milei deberían quitarle el celular y manejarles las redes con mayor estrategia y menos pasión, porque eso lo llevará a cometer errores que después no tendrán vuelta atrás.

De hecho, defenestró al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien le reclama a Nación la retención de $13.500 millones de coparticipación por una deuda que no logró refinanciar. Mauricio Macri, con quien el Gobierno analizaba cerrar un acuerdo que facilite las tramitaciones legales en el Congreso, intentó mediar pero el fracaso fue rotundo. Milei y su círculo íntimo se impermeabilizó. A tal punto, que ahora ese acuerdo que aún no se cerró, ya parece imposible. El mismo viernes, todo se desmoronó y ahora la pelea con los gobernadores está en un punto inflamable.

Torres además, advirtió con que si el Gobierno no le enviaba los recursos coparticipables, Chubut no entregaría su petróleo y su gas, una amenaza letal.

A Torres lo apoyan los gobernadores patagónicos y todos los mandatarios de Juntos por el Cambio. Esta nueva liga emitió un comunicado en el que le reclamaron al Gobierno “cumplir con la Constitución” por los fondos coparticipables. Osvaldo Jaldo, gobernador de Tucumán, fue el único que no se plegó a la solidaridad con Torres. Es que está recibiendo fondos.

Fiel a su estilo, Milei reaccionó mientas volaba a Washington. No puede con su genio. Desconoce la diplomacia. Decenas de mensajes contra el patagónico, con datos sobre festivales artísticos y muchas fotos suyas con Horacio Rodríguez Larreta, una referente que el mandatario nacional aborrece. Todos estos arranques emocionales justifican los pensamientos de aquellos que sostienen que el presidente debería tener “filtros” que lo resguarden. Si Milei tira más leña al fuego, se podría quemar.

“Es un pobre chico que no pudo leer ni un contrato”, se refirió Milei respecto Torres y aseguró que la provincia de Chubut tomó deuda y puso como garantía la coparticipación; y dijo que la amenaza del gobernador de cortar el suministro de petróleo “es de una precariedad intelectual muy grande”.

Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró también por la red X que la administración chubutense “no presentó ningún pedido de cancelación de la deuda”. Y difundió un mensaje en el que detalló la deuda de la provincia con el Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial al 29/02/2024 ascendía a la suma de $119.091.257.332,36.”

No tardó en llegar el retruco. El vicegobernador de esa provincia que produce el 25% de los hidrocarburos de la Argentina, Gustavo Mena, le respondió: “El ministro miente descaradamente”. Y aclaró: “El 15 de diciembre de 2023, el Gobierno del Chubut solicitó refinanciar las cuotas de diciembre y enero/24 del FFDP, para mejorar la curva de vencimientos. Según los términos del préstamo, las cuotas se descuentan de forma automática de los recursos coparticipados. Actualmente, hay otras 10 provincias que tienen deudas con el Fondo Fiduciario, en iguales condiciones. Adjunto las condiciones del préstamo, donde queda explícito que Nación está simplemente cumpliendo las condiciones pactadas en el préstamo acordado”.

El exministro de Energía Juan José Aranguren, respaldó a los libertarios cuando afirmó que: “la gestión anterior, al mando de Mariano Arcioni, había puesto como garantía el dinero de la coparticipación. En la Justicia de Chubut lleva las de perder y no puede cortar el suministro de petróleo porque es un comportamiento ilegal”, detalló Aranguren.

Para “Nacho” Torres, se trataría de un “disciplinamiento” de la Nación, porque a otras provincias sí se les permitió refinanciar su deuda. La cuestión que seguramente se dirimirá en la Justicia, está que arde. En la provincia de Chubut advierten que la deuda de Chubut con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que se actualiza por el CER, y se repaga con los fondos coparticipables, se originó cuando el actual ministro de Economía, Luis Caputo, era funcionario de Macri, y autorizó al ex gobernador Mariano Arcioni a tomar deuda en dólares.

Desde el Gobierno, la meta es seguir adelante con el plan económico y no habrá cambios. Javier Milei dará otro salto y además de la reforma laboral que se viene, en lo inmediato enviará un proyecto de ley para penalizar a quien emita dinero, sea funcionario, ministro de Economía o Banco central. Por su parte, Luis Caputo, no cederá en la puja con las provincias y prepara su presentación ante el G20, adonde llevará definiciones concretas de los próximos pasos. Los políticos, politólogos y todo aquel dedicado a las internas de la política argentina, no logran descifrar los comportamientos de Milei. Es indescifrable. Quizás tiene buenas intenciones de cambiar a un Estado fundido por los mismos políticos que lo gobernaron. Pero estos cambios radicales, como fue la Revolución francesa, llevan tiempos. Que no se lleven vidas, proyectos e ilusiones. Milei debe dejar las redes y salir a caminar las villas de Argentina. Milei debe toparse con la realidad.