Gobierno de Salta
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El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, le echó la culpa a Martín Guzmán por la inflación y dio una dura advertencia: "esto se va a poner feo". La culpa es del otro… Como si fueran de distintos bandos, Feletti le advierte a Guzmán que la inflación hará insoportable la vida de los argentinos.

Por Natalia Aguiar

La interna oficialista es cada vez más sangrienta, y se trasladó al problema más grave que tiene la Argentina, la inflación. De hecho, el miércoles será el Instituto Nacional de Estadística y Censos quien deba dar las cifras inflacionarias, así que veremos si son verídicas o pintadas al óleo… Sean como sean, la realidad, la cotidianeidad de los argentinos. habla por sí…

La actitud de Feletti demuestra que Cristina Kirchner abiertamente ya enfrenta a su presidente. Dentro del propio espacio ya compiten frente a frente.

Ya hay dos bandos. De hecho, Máximo Kirchner respaldó los acampes sobre avenida 9 de Julio en Buenos Aires y dijo que esa gente protesta y clama recursos “porque son pobres”. O sea… hay dos gobiernos en una misma gestión.
Se señalan, cruzan balas de un lado y del otro. Una balacera de acusaciones sin fin, como si un bando no fuera tan responsable como el otro.

Sería tan oportuno preguntarse si no es destrato lo que Cristina ejerce contra Alberto, porque haberle enviado de regalo por el cumpleaños el libro “Diario de una temporada en el quinto piso”, del sociólogo Juan Carlos Torre, quien fuera funcionario del ex presidente Raúl Alfonsín mientras Juan Sourrouille era ministro de Economía, es todo un gesto. Para Cristina ese libro demostraría que un trato con el Fondo Monetario Internacional sólo puede terminar en hiperinflación. Sin embargo, fueron distintas circunstancias, y una época diferente hace treinta y cinco años atrás.

Quizás la vice haya querido emitir un “correctivo” al presidente y hacerle ver que todo acuerdo con el FMI puede concluir con gobiernos antes de tiempo.

Alberto ya acostumbrado a estas “bajezas política”, le dijo a sus cercanos que nada tenía que aprender de esas épocas porque él fue funcionario de Sourrouille y puede contarla de propia experiencia.

El enfrentamiento es a todo o nada.

 

El Papa pide respuestas

El 13 de marzo se cumplieron 9 años de la elección de Papa Francisco y según trascendió desde los muros de la Quinta de Olivos, el presidente Alberto Fernández le envió salutaciones a través de una carta que luego, con fecha 25 de Marzo, contesta Su Santidad Francisco, haciéndole una serie de cuestionamientos a Alberto sobre la situación económica que atraviesa el país. Así se revelaron preocupaciones del Papa sobre Argentina, la pobreza creciente, la inflación, la cuestión económica que repercute directamente sobre la población. Además, demostró que la relación entre Francisco y Alberto no ha vuelto a ser la misma, sigue tirante tras la aprobación de la ley del aborto, legal y gratuito en Argentina, durante plena pandemia y que el Papa cuestionó abiertamente y con sentido pesar. El Papa por entonces no pudo entender la actitud de Alberto Fernández, porque días antes de aprobar esa norma en el Congreso, el presidente le había pedido ayuda con las tratativas con el Fondo Monetario Internacional.

Ahora el Papa mostró su descontento por la vulnerable economía argentina. No lo quiso dejar pasar. Pese a todo, el segundo hijo de Alberto, se llamará Francisco. Quizás como bandera de paz, quizás porque Francisco es un nombre relevante en la política argentina.

 

Alberto se atrinchera y analiza estrategias

Si bien en el entorno presidencial le piden “reacción política” ante los señalamientos de Cristina y de La Cámpora, Alberto apuesta por la actitud de dialoguista y mediador. Sin embargo, trascendió entre los suyos, que Alberto estudia mover algunas piezas en su gabinete, cambios de nombres, refrescar su gestión y relanzarla con nuevas medidas que reflejen acción y disposición ante la adversidad.

Hasta ahora, los únicos que se atrevieron a ponerle el sayo a Cristina, fueron los ministros de la Corte que acaban de declarar inconstitucional la ley sobre la integración del Consejo de la Magistratura que impulsó por 2006 la actual vice y por entonces senadora nacional. Es que Cristina apuesta a manejar el Consejo de la Magistratura, órgano encargado de seleccionar, nombrar y remover jueces -además de manejar el presupuesto judicial nacional-, y esto significa un gran peligro para la Justicia argentina. Es que los jueces, solo cuando sienten que sus intereses están en peligro se ponen alertas y reaccionan acorde ley. Sino, hacen caso omiso e interpretan las normas según quienes sean los involucrados. Siempre en cuestiones federales y políticas, porque no todos los magistrados son iguales, muchos de ellos dan pelea con altura y dignidad.

 

Mientras tanto…

Este divide y reinarás que impulsa Cristina, está generando ventajas para la oposición, y deja la puerta entreabierta para nuevas figuras que ingresan al tablero de la política argentina. Léase, Javier Milei, a quien todas las fuerzas pretenden conquistar.

Pero también reapareció Juan Manuel Urtubey, que convertido en vecino bonaerense de la localidad de San Isidro, organizó un asado analítico con empanadas y vino tinto, del que participaron figuras diversas, todas opuestas al kirchnerismo y los camporistas. Participaron los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales (presidente de UCR), de Córdoba, Juan Schiaretti y no faltaron los peronistas rebeldes Florencio Randazzo y Graciela Camaño, como Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, referentes de Juntos por el Cambio. Se plantearon todos los temas candentes de la actualidad y la mira a 2023 estuvo presente. Se planteó la posibilidad de un frente legislativo para frenar los deslices y abusos del kirchnerismo. También analizaron la posibilidad de impulsar reformas, entre ellas, la boleta única para las elecciones presidenciales. Entre todas las fuerzas convocadas llegarían a sumar 130 diputados.

Las fuerzas políticas se reacomodan y dan batalla. Cristina divide, y divide, habrá que ver si reina o la división la acorrala, al punto de preferir ser la líder de una minoría que quedar sujeta a otra alianza con Alberto Fernández. Para Cristina, Alberto ya fue. Mauricio Macri plantea que en el exterior los referentes internacionales, lo dan como ganadores en 2023. Todo vale.

Pero el voto de la gente tendrá la última palabra.