Por Natalia Aguiar
Al finalizar este segundo año de pandemia mundial y una consecución indefinida de desaciertos en la administración de la política argentina, oposición como oficialismo deben hacer un mea culpa para lograr dar respuestas.
La cuestión económica en Argentina es muy débil, mientras los políticos sólo piensan en resultados electorales, reelecciones indefinidas y se olvidan de generar y construir políticas públicas que solucionen los problemas diarios.
Los dirigentes están mirando a otro lado. Y la oposición colabora para avalar los desaciertos del oficialismo, o es parte de los problemas. Sin intención de cambio.
Se olvida la oposición de que fue elegida en las últimas elecciones para poner frenos al poder, para limitar los abusos y cuidar a la gente. Ejercer las veces de contralor de los oficialistas que tienden a abusar de su poder.
La oposición está siendo tan incompetente como el gobierno en sí. De hecho, la sanción en Diputados del aumento en el impuesto a los bienes personales, afecta de manera directa al electorado que los eligió. Antes, el radicalismo mostró los trapitos al sol y la fractura estuvo a la vista de todos. No están pensando en el electorado, ya una vez en sus bancas se vuelven más de lo mismo.
Pero una vez en el poder, en los cargos, en las bancas, se convierten en una masa de oportunismos olvidando a la gente que les brindó su apoyo, su voto, su aval para cambiar la realidad.
Evidencias
La más elevada incapacidad de la oposición fue avalar el aumento del impuesto de bienes personales que afecta directamente al electorado que los hizo ganar, el mismo que los colocó en ese lugar de controlar. En ese lugar para poner límites a los abusos.
No están trabajando para encontrar una salida para los problemas que acechan.
La Unión Cívica Radical, sacó los trapitos al sol y su fractura interna salió a la luz hasta que Gerardo Morales fue electo presidente del partido.
La frustrada sesión para aprobar el presupuesto enviado al Congreso por Martín Guzmán, fue otro traspiés. Es que si bien el objetivo principal era aprobar el presupuesto en un acuerdo de gobernadores de la oposición y oficialismo entre para financiar las provincias, todo se desvirtuó tras un discurso agresivo y desmedido de Máximo Kirchner.
Pero la oposición se escudó tras los dichos de Máximo y en vez de buscar otros posibilidades, se alineó con el desacierto. Si bien se propuso pasar a cuarto intermedio para lograr modificaciones en el texto, las bravuconadas de Máximo evitaron llegar a un acuerdo.
Ofendida, la oposición terminó siendo tan responsable como el oficialismo. Ninguno de sus referentes marcó la diferencia o salió a pedir explicaciones, salvo Elisa Carrió que desde su agrupación emitió un comunicado, el resto... silencio de radio.
Menos mal que los diputados de Juntos por el Cambio habían jurado no subir impuestos. Perdieron la sesión para tratar el aumento en el mínimo no imponible que permitía que los contribuyentes modestos, de clase trabajadora se alejaran, evitaran el impuesto. Sentados en sus bancas, la oposición se percata de que estaban en minoría. Es que Camila Crescimbeni, diputada de Pro, no pudo incorporarse a la Cámara porque le detectaron coronavirus. Pero la cordobesa Gabriela Brower de Koning , radical, y el porteño Álvaro González, de Pro, tampoco estaban en sus bancas. Brower estaba con su familia en Disney, conociendo a Mickey Mouse. Y González visitando Alemania. Pero éste último es el hombre de confianza, la mano derecha de Horacio Rodríguez Larreta en el Congreso.
Así estamos…
El Gobierno había conseguido la mayoría y aprovecharon los errores de la oposición para subir las alícuotas de los contribuyentes pudientes. Cuestión tributaria que se trata de una atribución del presidente para pedir aval al Congreso, año tras año, pero que ahora con Sergio Massa se desconoce la letra de la ley y queda como una costumbre. Ilegal, pero pasó con aval de la oposición. No se gana para distraerse...
¿Habrá habido un acuerdo secreto con los gobernadores opositores que se beneficiaban con el aumento tributario? ¿O fue un acuerdo espúreo entre ambas facciones? ¿O fue un error inaceptable que quedó tapado por la viveza criolla del Gobierno?
Desprolijidad desde ambos sectores. Massa introdujo desde la presidencia de la Cámara de Diputados un nuevo artículo de la norma en discusión. Se trataba de una rebaja en el impuesto a las ganancias para los sectores pobres o trabajadores que se incorporaría a la norma de Bienes Personales. O sea legisló sobre un impuesto en una ley que se refiere a otro. Maestro del engaño, de la disuasión. O un torpe con nombre y apellido. Los opositores callados, organizan las vacaciones de verano.
Hay internas por dónde se mire
La oposición está fragmentada al igual que el Gobierno, en un 2022 que será el previo a las elecciones presidenciales, en las que todos quieren postularse y sacar ventaja. Mientras tanto, a los referentes opositores se les escapa la tortuga centrados también en 2023.
La Corte declaró la inconstitucionalidad de la conformación del Consejo de la Magistratura, una norma impulsada por Cristina Kirchner en 2016, y ahora deberá volverse a su antigua integración de 20 miembros antes de abril de 2022. Es que se previó la posibilidad de que ante un empate, siempre un número impar ligado al peronismo, dé ventaja.
Este órgano es el encargado de hacer concursos, elegir jueces, sancionarlos y removerlos ante mala praxis judicial. También utilizado para presionar y condicionar a los magistrados desde los subsuelos de la política. Eje de la búsqueda de inmunidad del oficialismo y eje de la búsqueda de transparencia de la oposición, por lo menos en discurso. En ninguna facción logran ponerse de acuerdo en la forma de llevar a cabo esa modificación de la norma. Habrá que ver cómo saltean las diferencias y se organizan hasta abril del próximo año.
Haber señores...
El rol de la oposición en los temas judiciales son cruciales para el futuro del país. Cristina ya logró ser sobreseída en varias causas, entre ellas en la de el presunto lavado de dinero en sus hoteles, junto a los señalados testaferros Cristóbal López y Fabián de Souza.
Aunque la Cámara de Casación podría dar vuelta esa resolución, en el Gobierno dan el tema por cerrado. Hay otras causas que preocupan a la vice, como la de los “Cuadernos” de la obra pública o las que involucran a Lázaro Baéz, signado por la justicia como el hombre de confianza de Néstor Kirchner, su sombra, su testaferro, Lázaro Baéz.
Dique de contención
Los opositores triunfantes están dejando sus torpezas en evidencia y por ello, quizás lentos de reflejos, pero ya en estado de alerta decidieron, por lo menos en el Congreso y Senado, crear un Directorio Ejecutivo. Este organismo diseñado para evitar quedar en evidencia ante la incompetencia propia de la oposición, se pensó que lo integren los presidentes de los partidos de la Alianza, es decir Patricia Bullrich, Gerardo Morales, y Maximiliano Ferraro; Mauricio Macri, en su rol de ex primer mandatario y los jefes de bloques parlamentarios como Mario Negri, Ritondo, Juan Manuel López, Luis Najdenoff, Humberto Schiavoni, y los de interbloques como Alfredo Cornejo, y los gobernadores Rodríguez Larreta (CABA), Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez ( Mendoza).
Es un reconocimiento a la torpeza, a las inoperancias, o a la ignorancia quizás, ante las picardías y destrezas oficialistas. Un mea culpa organizado ya que quizás no puedan confiar en el libre albedrío de sus 116 legisladores. Quizás, la oposición diseña este organismo para poder sortear sus propias incapacidades. Será un modelo a seguir o un modelo que habría que evitar en un mundo globalizado en el que se apela a la libertad de pensamiento y de acción. Un proyecto dudoso, pero pensado para evitar quedar en evidencia.
Además ,las internas en la oposición tampoco se disimulan, tal cual en la alianza de gobierno. En el radicalismo el enfrentamiento entre Gerardo Morales y Martín Lousteau es un hecho. Mientras María Eugenia Vidal prepara el lanzamiento de su candidatura presidencial acompañada por Cristian Ritondo, Gustavo Ferrari y Alex Campbell. Un quiebre total con Horacio Rodríguez Larreta.
En medio Mauricio Macri, que aún no encuentra su rol en su propia Alianza, es señalado por el Fondo Monetario Internacional como beneficiario de un préstamo o endeudamiento histórico, que deviene de la deuda anterior tomada por el kirchnerismo, ahora beneficiado por estas declaraciones del organismo internacional. Pero con sinceridad, Macri debió endeudarse por los desajustes ocasionados por los kirchneristas que nunca saldaron deudas con el FMI. Puras bravuconadas.
En medio de este tira y afloje, de acusaciones cruzadas, la gente que no llega a fin de mes y la inflación aterra a todos por igual.
Mientras la oposición transita torpeza tras torpeza, el oficialismo lucha por recuperar a los desilusionados de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Esta cuestión también es analizada por la oposición que trabaja al respecto para captar esos votos.
La aparición de una tercera fuerza para el Pro, como es la de Javier Milei y José Luis Espert, puede ser un escollo más. Para Macri podría significar la pérdida de votos, aunque antes de analizar eso, debería decidirse por el camino a seguir dentro se de su propia fuerza. Sin embargo, para Larreta, los que se inclinen por Espert o Milei finalmente votarán por Juntos por el Cambio ante la puja con el oficialismo. Mucho por acordar en 2022.
Los opositores deben encontrar la brújula y aprender a leer bajo el agua con mayor rapidez, porque serán sorprendidos por las vivezas oficialistas una y otra vez. No pueden estar distraídos. Se ahogarán en un vaso de agua. No debe la oposición olvidar la razón por la que fueron elegidos, entre ellos para poner límites, construir diálogo y consensos. Prever respuestas a los desencantados y a aquellos que optan por emigrar. No tendrán posibilidades de ganar elecciones presidenciales si siguen patinando en desacuerdos y errores evitables con la supuesta inteligencia y superioridad moral que los caracteriza. Consciencia y empatía. Basta de torpezas y anomalías.
A trabajar... porque el 2023 no está garantizado para nadie.