Con las alianzas electorales ya definidas, restan algunos días para confirmar cuáles serán las fórmulas. En ese sentido, ni siquiera el oficialismo ha confirmado sus nombres propios.
Por Franco Hessling
Restan poco menos de dos semanas para que se confirmen las candidaturas. Ya tenemos alianzas y partidos perfilados y en ese sentido no habrá muchas sorpresas. Sin embargo, por ejemplo la fórmula del oficialismo para buscar la reelección no está aún confirmada. Lo mismo ocurre con cierta oposición, por ejemplo la de Cambiemos en Salta.
En esa línea, hace algunas semanas parecía despuntar el cafayateño Miguel Nanni como principal opción. De todos modos, no está claro si irá a una interna con Inés Liendo, entre otras posibles contendientes. Tampoco queda del todo claro el rol que podría jugar el ex funcionario de alto rango de Gustavo Sáenz y también de Juan Manuel Urtubey, el polifacético pero siempre perdedor Matías Posadas.
Al fundador del Frente Plural se lo vio en una fotografía junto a Nanni y otros dirigentes de la alianza nacional que aglutina a radicales y miembros del PRO. Se rumoreaba que Posadas podía ser candidato a intendente o incluso completar alguna de las fórmulas que competirá por la gobernación en mayo próximo.
El kirchnerismo salteño atraviesa un momento tan crítico que hasta llega a causar pena. Es cierto que la devoción por Cristina no ha menguado un ápice y que en Salta todavía cosecha por lo menos un 25% de los votos aquel candidato que reciba el apoyo explícito de la vicepresidenta. Sin embargo, pese a esa amplia base de votantes, la fuerza en la provincia está licuada.
Primero que nada por las ambiciones electorales de Emiliano Estrada, a quien no se sabe si describirlo políticamente primero por sus orígenes camporistas, por su reciente cercanía con Wado de Pedro en el Ministerio del Interior de la Nación, por su parentesco con Fernando Yarade, por su paso como ministro de Urtubey o por su más reciente alianza con Martín Grande, los hermanos Biella, Carlos Zapata y Alfredo Olmedo.
Estrada pasó de joven progresista a golden boy, para luego convertirse en diputado nacional por el extremo centro del Frente de Todos albertista y ahora ser la cara visible de un consorcio de la casta política, que con tal de enquistarse en cargos públicos, son capaces de olvidar toda diferencia ideológica o de principios éticos.
No hay que olvidar que Estrada fue también candidato a vicegobernador de Sergio Leavy en 2019. ¿Y qué hay con el Oso? Nada. La referente que queda en el Partido de la Victoria es Verónica Lía Caliva, otra que pasó del ala combativa a los partidos vinculados al peronismo. Caliva no mide y podría llegar a perder una interna con otra eterna perdedora del kirchnerismo local: Elia Fernández.