Antonio Marocco
El tema con el tiempo no es solo que no puede volver atrás. Es que tampoco puede imitarse, copiarse, ni mucho menos detenerse. Haber aprehendido esa certeza a veces, cada tanto, nos lleva a reflexiones que no hacen otra cosa que intentar traducir con ambición explicativa lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos a medida que se pasan los días. Son los propósitos, más que los deseos, los objetivos o las aspiraciones.
Algunas cosas que terminan en estas columnas surgen de anotaciones que voy haciendo en el día a día. Cosas que quiero destacar, que quizás no sean virales ni faranduleras, pero que no por eso dejan de ser valiosas e importantes. Me crucé hace unos días con Carlos Saravia Day, “el Langosta”, como le dicen los amigos y la gente de la política. Maestro orador del radicalismo con quien tuve el gusto de rivalizar durante una temporada legislativa, pero —sobre todo— una buena persona.
Me habló de mi papá, de Juan Emilio Marocco, recordó cosas que habían compartido y cosas que la gente se lleva para siempre en el corazón. Las canas y la experiencia, a pesar de las vicisitudes, no impiden aferrarse a la esperanza. La política, más temprano que tarde recuperará su propósito original, su aspiración constitutiva: unir a los argentinos para hacer grande a la Nación.
El encuentro con el Langosta se dio en la Universidad Nacional de Salta, nos encontró a los dos participando de un homenaje profundamente sentido: la entrega del título de Doctor Honoris Causa Post Mortem al Dr. Arturo Oñativia, una de las figuras más trascendentes de la salud pública argentina. Un verdadero orgullo salteño.
Recordamos a un Oñativia de enorme ética y vocación, que modernizó políticas sanitarias, impulsó reformas históricas y dejó un legado que trasciende a Salta. Su labor en la lucha contra el bocio endémico, la potabilización del agua, la “Ley de Medicamentos” y la creación de la UNSa sigue iluminando el camino de quienes trabajamos por un Estado más justo y humanista. Y en eso, estoy seguro, no hay grietas. Entre los próceres que hicieron grande a la Argentina en el siglo 20 hay radicales, peronistas y liberales.
Lo sintetizó muy bien María Alejandra Falú durante el homenaje: “A nuestros jóvenes profesionales que hoy se forman en la UNSa e incluso a los graduados, queremos decirles algo con absoluta claridad: Salta los necesita. Los necesita cerca de su gente, de sus cerros, de sus ríos, de sus largas distancias. Los necesita en sus parajes, en sus guardias, en sus postas sanitarias. Necesitan su energía, su conocimiento y su capacidad de innovar”.
La salud pública no es un camino menor: es uno profundamente transformador y esencialmente humanista, incluso hoy en tiempos de la inteligencia artificial. Pero no podemos pedirles que lo hagan solos. La salud pública se construye en red, con un Estado que escucha, que acompaña y que planifica. La salud nos atraviesa y preocupa a todos; y que es, y debe ser siempre, parte de la agenda política.
Desde esta perspectiva es que muchas veces en esta columna marcamos no solo para los salteños, sino para todos los argentinos, la necesidad de nuestro reencuentro.
Y creo que mejoramos las condiciones si seguimos fortaleciendo la región. Estuve en Santiago del Estero participando de la asunción del nuevo gobernador, Elías Suárez. Fui respondiendo con entusiasmo a la invitación de mi amigo Carlos Silva Neder, el vicegobernador reelecto y actual presidente de la Mesa Ejecutiva del Parlamento del Norte Grande. Tienen la difícil tarea de profundizar la gestión de Gerardo Zamora, uno de los líderes de la región que sin dudas ha encaminado su provincia hacia el desarrollo. Crecer mucho y crecer bien. Lo dicen los propios santiagueños que han acompañado al oficialismo en cada elección y lo puede decir toda persona que haya conocido Santiago del Estero hace 20 o 30 años y conozca lo que es hoy. Como advierte el gobernador Gustavo Sáenz: si a las provincias les va bien, al país le va bien.
Sin embargo, el presupuesto nacional se achica y esto se empieza a sentir en todos los municipios. El ministro coordinador Sergio Camacho reconoció la problemática del año en cuanto a los recursos, en las dificultades que tendrán los municipios que ya se empiezan a evidenciar para afrontar muchos gastos que cumplían con ayuda de la Nación y la Provincia. Todo a causa del achicamiento del presupuesto nacional. Las provincias deberán hacer sentir su voz en el Congreso de la Nación para que no ocurra lo que ya está pasando en algunos organismos del Estado, obras y municipios. Veremos cómo termina el debate en sesiones extraordinarias.

Mario Casalla
Franco Hessling Herrera