05 35 aguiarPor Natalia Aguiar

La realidad supera a la ficción en Argentina y sin dudas, Javier Milei, es un personaje que podría protagonizar un culebrón del 25 de Mayo. Finalmente lo hizo. En el ingreso a la catedral metropolitana donde ayer se realizó el Tedeum por el 25 de Mayo, el presidente sacó su peor versión. O mostró lo que realmente es. Le negó el saludo a Jorge Macri, Jefe de Gobierno porteño y a su vice, Victoria Villarruel. “Roma no paga traidores”, dijo después.

Sólo saludó a José Luis Espert quien será el candidato en provincia de Buenos Aires, pero junto al PRO. Razón por la que menos se entiende aún el gesto vulgar del presidente.

Es que Javier Milei y Mauricio Macri sellaron la paz y consensuaron un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires tras la campaña sanguinaria en capital, en la que el PRO sufrió un duro revés ante la Libertad Avanza y el peronismo.

El presidente cenó junto a Cristian Ritondo jefe del bloque de PRO en Diputados en Olivos, para sellar la combinación de violetas y amarilllos en la provincia de Buenos Aires. Esto se da una semana después de las elecciones en Capital. Mauricio Macri desde Europa, dio su bendición y Milei accedió a volver a negociar con sus primeros socios políticos.

En política, la guerra y el amor, todo vale. Así fue que desde el feroz enfrentamiento, pasaron al amor eterno para celebrar las elecciones bonaerenses en contra del peronismo, y del kirchnerismo, o de ambos, porque aún no está claro.

Lo cierto es que este acuerdo político se da gracias a las destrezas de Ritondo y Santiago Caputo, que lograron acercar diferencias pese a las rispideces. En el medio de todo este proceso, Macri felicitó a Milei por el triunfo en Capital y Milei se refirió nuevamente a Macri como “presi”. Desde hace meses que no estaban en contacto. Estaban muy enfrentados. Enojados y malhumorados, pero hicieron un click.

Fue Milei el que decidió tomar cartas en el asunto e intervenir de manera personal para limar asperezas. Algo que no le gusta hacer, más si se trata de cuestiones netamente políticas. Pero, se arremangó la camisa y salió al ruedo. Esta intermediación fue la razón del éxito de este acuerdo violeta y amarillo. No sólo con el PRO, sino también respecto las diferencias que hay entre los armadores de La Libertad Avanza, que son aquellos que responden a Karina Milei, y los de “las fuerzas del cielo” de Santiago Caputo, los más jóvenes.

Milei entendió que se trata de jurisdicciones distintas. Una cosa es capital o ciudad de Buenos Aires, y otra muy distinta es provincia de Buenos Aires. Así que bajó tres líneas, ordenó la tropa y bendijo la alianza con el PRO en provincia. Karina, Eduardo y Martín Menem, como el presidente de LLA de la provincia de Buenos Aires, Sebastián Pareja, debieron ceder ante la orden de Milei. Armar un frente único y sólido para enfrentar al peronismo.

Así es que libertarios y amarillos, armarán un “frente de partidos” o coalición provincial para la elección que se llevará a cabo el 7 de septiembre. Día en que los bonaerenses votarán a sus representantes para la Legislatura: 23 senadores y 46 diputados provinciales. Mientras los distritos electorales definirán concejales y consejeros escolares.

Según el calendario electoral, el 9 de julio es la presentación de alianzas y el 19 de julio se deben presentar las listas. El entramado electoral será complejo porque, habrá ocho listas diferentes, una por cada sección electoral.

Si bien Pareja desarrolló un esquema violeta en todo el territorio bonaerense, PRO tiene para ofrecer la fortaleza de 13 intendencias, más concejales y dirigentes con trabajo territorial y ardua experiencia en el distrito. El objetivo de La Libertad Avanza es lograr tener a todos los intendentes de PRO y a todos los referentes de peso adentro para ganarle al peronismo. No solo de PRO, también quieren seducir a los radicales y a los vecinos referentes de cada barrio y lugar. Apuntan al espectro del radicalismo que responde al senador Maximiliano Abad y también en otros partidos como MID o Ucedé, para evitar los desgajamientos.

El objetivo para los libertarios y PRO será cooptar la mayor cantidad de votos de la tercera sección electoral con distritos como La Matanza y Lomas de Zamora, donde el peronismo es más fuerte, mucho más si Cristina se postula como candidata a legisladora. Es un proyecto muy ambicioso, porque el peronismo no está muerto. De hecho, entre los libertarios se tienen mayor fe en la primera, segunda, quinta y sexta sección electoral, pero no en la tercera. La pelea es contra Cristina.

Pese al acuerdo verbal y público entre amarillos y violetas, quedan afinar otros temas como el nombre de la coalición, los colores y demás. Para los libertarios será un eje de acción los estudios de opinión pública que analiza Santiago Caputo. Tras la derrota en capital, los amarillos estarían resignados a llevar un nombre más identificado con el Gobierno. Además, no descartan que cada una de las ocho listas lleve un nombre distinto, de acuerdo al sentir social del lugar.

Si la Junta Electoral se inclinara por imprimir las boletas en blanco y negro, se resolvería otra diferencia entre violetas y amarillos.

El calendario electoral de la provincia de Buenos Aires, se apega con el nacional porque en este último caso, las listas se presentan el 17 de agosto. Para la contienda que define las bancas en el Congreso, Milei quiere ir con su partido y con su marca. En el PRO analizan aceptar un modelo de adhesión, siempre y cuando los amarillos logren sumar candidatos en la lista en lugares expectantes.

Esta alianza no sólo le asegura a Milei sacar ventaja en terruño históricamente peronista unificando la propuesta de centroderecha, sino pelear mano a mano contra Cristina Kirchner que aparentemente será candidata por la provincia de Buenos Aires. Es que al omitirse la ley de ficha limpia, la misma “casta” de Milei le allanó el camino.

Este acuerdo además le permitirá a La Libertad Avanza una armoniosa convivencia con PRO en el Congreso y además, le facilitará a Ritondo mantener el bloque unido. Aquí el objetivo es ir contra Cristina.

Pese a la derrota porteña, Macri logró acordar con Milei pero con el PRO en segundo lugar. Sin embargo, Milei se atrevió a destratar al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y a su vice Victoria Villarruel. Un presidente muy mal educado, violento y oportunista cuando de política se trata. No tolera la crítica ni la discrepancia. Un verdadero autoritario escudado en el bastón presidencial. Un inseguro de sí.

Se lo dijo la Iglesia: “Venimos a pedirle a Dios que nuestra Argentina se cure y viva. Experimentamos que se está muriendo la fraternidad, se está muriendo la tolerancia, se está muriendo el respeto; y si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro, se mueren las esperanzas de forjar una Argentina unida, una Patria de hermanos”, dijo el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva en el inicio de su homilía. En cuatro ocasiones se refirió al recientemente fallecido papa Francisco, para cuestionar la situación de “exclusión que viven tantos hermanos”.

Sin miramientos, García Cuerva fustigó “Hemos pasado todos los límites. La descalificación, la agresión constante, el destrato, la difamación, parecen moneda corriente”. Lo dijo el arzobispo ante el Presidente, su gabinete en pleno, embajadores e invitados especiales, con el jefe de Gobierno y la vicepresidenta sentados detrás del primer mandatario. En relación a los medios y otras fuentes de comunicación, García Cuerva destacó: “Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación”. Y lo asoció con “el pan viejo de la indiferencia y la insensibilidad; estamos empachados de panes sin sabor, fruto de la intolerancia; el pan agrietado por el odio y la descalificación”. Sin medias tintas, García Cuerva le dijo a Milei que no sólo es autoritario y violento, sino además insensible. Un presidente para el cuadro de honor.