marocco col 24Por Antonio Marocco

El jueves pasado fue un día clave para el país. La Cámara de Diputados de la Nación volvió a debatir la Ley Bases luego de la aprobación y las modificaciones introducidas por el Senado.

El oficialismo insistió con el texto original, con el objetivo de dotarlo al presidente Javier Milei de una herramienta administrativa para profundizar la reforma libertaria de la Argentina y finalmente logró la aprobación, que incluye la restitución del impuesto a las Ganancias y las modificaciones al paquete fiscal propuestas por el Senado.

Para decirlo sin eufemismos, los libertarios pretenden que los trabajadores vuelvan a resignar un porcentaje de su salario, mientras que —en contrapartida— aflojan la presión tributaria a los multimillonarios que conforman el decil más rico de la Argentina.

En paralelo a este debate, resultó muy oportuno el informe que publicó el INDEC sobre la desigualdad en nuestro país. El Coeficiente de Gini, que mide el nivel de disparidad entre los ingresos de los más pudientes y los más necesitados, trepó al 0,46, su valor más alto desde al menos el segundo trimestre de 2016, época en la que gobernaba —también con ajuste— el ex presidente Mauricio Macri.

El brutal crecimiento de la desigualdad en nuestro país durante los últimos 6 meses tiene causas concretas y es parte de un programa político bien deliberado. Es cierto que anunciaron ajuste y motosierra en campaña, pero no fueron demasiado precisos sobre quién caería la poda.

Hoy, por si algunos aún tenían dudas, el objetivo de la motosierra va quedando mucho más claro: ricos más ricos con ganancias extraordinarias y pobres más pobres haciendo malabares.

Como corolario, esta semana terminaron de desregular las tarifas de internet, telefonía celular y cable. Si la cosa sigue así, para mucha gente, en cualquier momento se convertirá en un lujo hasta poder ver videos en TikTok.

Arrancamos un áspero invierno. Y lo que ocurrió en Bolivia, también esta semana, debería llamar aún más la atención y ponernos en alerta. Un liso y llano intento de golpe de estado con tanques en las calles y amenazas de destitución. Afortunadamente, por ahora, el conflicto parece estar controlado gracias a una dirigencia política que desde todos los partidos cerró filas para evitar la avanzada golpista. El rol de las manifestaciones populares fue también una barrera: los hermanos bolivianos dijeron nunca más y con esa firmeza echaron a los destituyentes de la plaza central.

Por último, mirando hacia adentro, hacia nuestro pago, el camino elegido es el de la prudencia, el del diálogo constante y el del esfuerzo compartido.

Al Pacto de Güemes y las obras de infraestructura acordadas, le siguió esta semana un anuncio importante y una buena noticia que los docentes salteños venían esperando.

A partir de un esfuerzo muy significativo para las finanzas provinciales, el gobernador Gustavo Sáenz garantizó el pago del incentivo docente pese a la negativa del Ejecutivo Nacional de girar los recursos pertinentes.

Seguiremos reclamando lo que nos corresponde, pero mientras tanto es inconcebible la parálisis. La gestión no va a detenerse, la gestión de respuestas para los salteños frente a la crisis tampoco.

Tenemos todo para que Salta y el Norte Grande se conviertan en un faro para el desarrollo nacional. Hacia ahí debemos seguir avanzando. Sin prisas, sin pausas y sin pedir permiso.

 

Columna emitida por FM Aries el 27 de junio de 2024.