columna maroccoQuedan 7 días para la que será quizás la elección más importante desde la recuperación de la democracia.

Por Antonio Marocco

Una elección definitiva en la que se disputa mucho más que un modelo económico o político para nuestro país: se pone en tensión la identidad nacional y la tradición humanista que hizo de la Argentina, con sus marchas y contramarchas, un país que nos enorgullece y que el mundo admira.

El país de revolucionarios, libertadores y estadistas. De médicos y científicos Premios Nobel. El octavo país más grande del mundo. Riquezas naturales y paisajes de ensueño desde Ushuaia a La Quiaca. El país de inmigrantes, criollos y originarios. El país de la paz, la solidaridad y el progreso colectivo.

El país de la educación y la salud pública que, mucho antes que otros, erradicó el analfabetismo y se sobrepuso a pandemias. El país de la alta cultura, la vanguardia y también de las bibliotecas populares. El país de los campeones del mundo. De Kempes, Maradona y Messi. El país del Papa Francisco y de las escuelas y las parroquias en cada pueblo. El país de los curas villeros y las procesiones multitudinarias.

No, no somos el país fracasado que las tribunas del odio dicen que somos. Solo buscan bajarle el precio porque sueñan con venderlo o rematarlo.

Al contrario, somos el país con resiliencia inagotable que se ha sobrepuesto a cada crisis y a cada conflicto. Ese país que abre puertas cuando otros la cierran. Que se pone en marcha cuando otros retroceden.

Somos el país de los derechos humanos que todavía busca a sus desaparecidos. El país donde cada vida es igual de valiosa. De las libertades civiles, la libertad de expresión y la división de poderes. La República Argentina. Qué país nuestro país.

Quedan diez días para una elección en la que se pone en juego nuestra bandera y nuestra historia. La que construyeron nuestros abuelos cuando llegaron en búsqueda de oportunidades y la que queremos para nuestros nietos.

Podemos seguir siendo el país de Carrillo, Oñativia y Favaloro, o podemos convertirnos en la degradación sudamericana que permita la libre venta de órganos y armas.

No se trata de banderas políticas, porque la identidad nacional y la tradición humanista de la Argentina trasciende a los partidos, son parte constitutiva de nuestra identidad. De conservadores a liberales, de peronistas a radicales. Allí hace más de un siglo va la educación pública con Roca y Sarmiento, el voto secreto y universal con Indalecio Gómez y Sáenz Peña, los ferrocarriles e YPF con Yrigoyen; la reivindicación de la justicia social y los derechos laborales con Perón, el abrazo con Balbín por la unidad nacional; y, hace ya 40 años, Alfonsín y su preámbulo para sentar las bases de la democracia moderna y participativa.

Quedan 7 días. Los salteños no podemos elegir el abismo, el salto al vacío, la condena a la pobreza.

"¿Ustedes se imaginan a nuestros chicos de los parajes con vouchers buscando a alguien que les enseñe?”. El gobernador Gustavo Sáenz fue muy claro. La opción de la motosierra y la violencia no podría generar más que daño para nuestro país y particularmente para el norte argentino.

Haciendo estimaciones, solo teniendo en cuenta el recorte de coparticipación que propone el candidato Javier Milei, Salta estaría perdiendo más de 15.000 empleos vinculados a la obra pública.

Y lo mismo con otras áreas del Estado: "de cuatro policías, vamos a poder pagar uno; de cuatro maestros, vamos a poder pagar uno; de cuatro enfermeros, vamos a poder pagar uno. Los intendentes no van a tener para pagar los sueldos”.

A las declaraciones del gobernador salteño se le suman las de su par de Jujuy, el radical Gerardo Morales: “con el plan de Milei no solo se va a paralizar la obra pública, o a recortar la prestación en salud y educación, ni siquiera se van a poder pagar los sueldos”.

Estamos frente a horas decisivas. El pueblo argentino debe ir a las urnas en defensa propia, en defensa de su historia y de su futuro.

El voto en las PASO y en las Generales indicó que la mayoría de los argentinos quiere un nuevo gobierno, un gobierno mejor.

Que solucione la crisis y estabilice la economía, que produzca y exporte más, que mantenga y genere más empleo, que disponga un sistema impositivo más justo y progresivo, que termine la grieta, que mejore la salud y la educación pública, que recupere el crédito hipotecario y el acceso a la vivienda.

El pueblo argentino merece una Argentina mejor, no una Argentina que explote.

 

Columna emitida por FM Aries el 9 de noviembre de 2023.