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¿Se ha preguntado, se han cuestionado el valor de su voto? ¿Por qué votarán los argentinos en las próximas elecciones? ¿Qué peso le dan los argentinos a su voto?

Por Natalia Aguiar

¿Se votará por seguridad, por contar con una economía estable, se votará por castigo a los que no pudieron encontrar el rumbo? Es hora de que los argentinos tomen, tomemos, consciencia de que cuando se emite un voto se pone en riesgo el futuro o se apuesta al futuro, según como se lea.

Cada voto es un fracaso o puede ser esperanzador.

Lo importante es tomar consciencia de que detrás de cada voto hay personas, ilusiones, esperanzas de cambio, y para otros la esperanza de más planes sociales.

Sobre todo a la gente joven, es importante generarles la responsabilidad del voto, que tomen consciencia de que cada voto tiene su peso. La Nación, el futuro, se construye entre todos. El voto es soberano. El pueblo es soberano a través de su voto.

La gente mayor es quizás más responsable al momento del voto y de conocer con anterioridad a los candidatos y propuestas, porque los chicos de dieciséis años y un poco más, en general, no todos por supuesto, están bastante alejados de la política, quizás por no sentirse representados. Y esa es una gran deuda de la política argentina. La falta de empatía de los jóvenes con la política nacional y local de cada lugar recóndito de este bendito país.

La importancia de que cada uno sepa la importancia de su voto. En el norte del país, hay un sistema que se llama “Corraleo”, y esto qué significa, que encierran a comunidades aborígenes, comunidades de pueblos originarios, en fincas y galpones desde el viernes anterior a las elecciones, les retienen los documentos, y les brindan mucho alcohol y luego el día domingo de las elecciones, los llevan como ganado, a que emitan su voto soberano. “Los encierran en un galpón, tras ser llevados en camiones como ganado, y les dan fiesta y fiesta”, cuenta un campesino acostumbrado a ver ese mecanismo de manipulación política.

¿Qué opina usted? ¿Qué le parece si a usted, sus hijos o familiares le hicieran eso? Que bajeza más grande! La clase política disminuida a incluso someter a las personas para lograr un voto y por la cantidad de habitantes aborígenes, quizás dar vuelta una elección.

Esto que les comento, ocurre hoy en varias provincias del norte del país, y ha llegado el momento de decir: ¡BASTA!

Los ciudadanos no son de primera y de segunda o de tercera, o de cuarta categoría por ser aborígenes. ¿Cómo puede existir ese “corraleo” aún hoy en la actualidad? Es parte de la crisis de representatividad que existe en este país. Es parte de la política basada en el clientelismo más berreta de todos. Es parte de la política que hay que desterrar.

El valor real del voto constituye seguramente el análisis crítico más pormenorizado del sistema electoral argentino. La situación en el país ameritaría un análisis exhaustivo de la manera en la que los políticos vulneran al sistema electoral y afectan las libertades personales. El “corraleo” es una de las formas de violentar a los ciudadanos. Otra es la famosa frase “Te entregamos una zapatilla y al salir de votar, te entregamos la otra”. En las últimas elecciones había entrega de bolsones y efectivo.

El sistema político demanda justicia a gritos y una mayor representatividad social, de diversas miradas y pensamientos, en los cuerpos legislativos sobre todo, pero en la Justicia también debería suceder. Debería haber mayor representatividad femenina, mayor representatividad de las minorías, mayor representatividad de los pueblos originarios, de gente de los sistemas de salud, de sectores privados. Mayor representatividad de las nuevas formas de familias, de los proteccionistas de animales, de los que protegen el medio ambiente. Y demás.

La sociedad entera debería estar representada en la esfera legislativa y judicial porque nuestro sistema político se basa en el control de poderes entre sí, en el de pesos y contrapesos para defender la democracia.

¿Cuál es el valor de su voto?

Cada uno de nosotros tiene una historia de vida detrás, una idiosincrasia, cultura y educación. Todo ese bagaje trae un peso propio en cada voto.

¿Qué es el voto?

Votar es ejercer tu derecho político a elegir las autoridades que van a representarte ocupando los distintos cargos públicos del país.

El voto en nuestro sistema es universal, igual, secreto y obligatorio. Es universal: porque es un derecho que le corresponde a todos los argentinos mayores de 16 años independientemente de su raza, sexo, creencias o condición social. Es igual: el valor que tiene tu voto es el mismo para todos los ciudadanos. Una persona, un voto. Es secreto: para que nadie pueda influir en tu voto. Es obligatorio: votar no es solo un derecho, es un deber.

Nuestra Constitución Nacional y las leyes complementarias determinan que el voto es obligatorio. Sin embargo, no se sanciona a los menores de 18 años que no voten y los mayores de 70 años están exceptuados de la obligación de votar:

El voto se puede traducir en voto en blanco porque los ciudadanos no se sienten representado, o es una forma de rebelarse contra el sistema. En las últimas elecciones hubo grandes índices a nivel nacional de voto en blanco. Un pedido desesperado de empatía. Un pedido desesperado de que los políticos no saquen los pies del piso, que recorran los barrios, ciudades y provincias. La pobreza y la inseguridad son alarmantes.

También existe el voto castigo, y el voto joven. En estas elecciones generales, ambos se aunarían en cabeza del candidato Javier Milei. El libertario. Y esto ha pateado el tablero de la política. De hecho, muchos peronistas preferirían que gane Milei antes de que ganase Juntos por el Cambio, ya que las encuestas dan muy mal al oficialismo. Determinan muchas consultoras que Milei podría lograr el segundo lugar, mientras que el Frente de Todos el tercer puesto. Otros, sobre todo pertenecientes al espacio del Pro y Juntos por el cambio, ya temen el efecto Milei. Que si bien no es coherente en sus propuestas, y se inclina más por el delirio, está acarreando a los indecisos, enojados, expatriados, acorralados por la economía, y a los antes populares y ahora más argentinos que nunca porque no llegan a fin de mes.

Milei podría ser en las próximas elecciones el efecto sorpresa, el que dé el batacazo, pero contra el sistema de la política actual. Será el voto contra el hastío.

Habrá que analizar entonces qué hizo la clase política, oficialistas y opositores, para llegar a este estado de situación. La Argentina decide este año, y el valor de cada voto dará el resultado final. El veredicto de la argentinidad que quiere la mayoría, lo dará el voto mayoritario de la ciudadanía.

Que su voto no sea en vano. Que los políticos aprendan a escuchar a la gente. Se sorprenderán en las próximas elecciones, porque la gente no puede más.

Demos cada uno de nosotros, el valor a nuestro voto.