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La izquierda salteña se fracciona de nuevo y más que noticia es una elipsis histórica en Argentina. En este caso, el PTS rechaza el acuerdo entre el PO local y el MST, y anunció que partirá el FIT-U.

Por Franco Hessling

Desde que el kirchnerismo en pleno auge cristinista sancionó la proscriptiva ley electoral que implementó las PASO, allá por 2011, la izquierda argentina había venido creciendo de manera notoria, como desde hacía varias décadas no ocurría, tal vez desde la experiencia masiva del viejo MAS, allá por la década del 80.

El piso del 1,5% de los votos que imponía esa ley proscriptiva obligó a que la izquierda actuara con algo que normalmente, y con justa razón, se le reclama: pragmatismo. El Partido Obrero se unión con Izquierda Socialista y el Partido de los Trabajadores Socialistas y crearon el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

La experiencia rindió suficientes frutos, hubo diputados nacionales y hasta se posicionaron figuras fuertes dentro del debate nacional: Gabriel Solano, Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Rubén “Pollo” Sobrero, entre otros. Esas figuras emergentes se posicionaron incluso en detrimento de vetustos canónicos de la izquierda como Jorge Altamira, Christián “Chipi” Castillo o Juan Carlos Giordano.

Los frutos fueron tales que la izquierda trotskista, anticapitalista por definición y sin alianzas electorales de ninguna clase con fuerzas peronistas, filo-peronistas o de cualquier otra extracción reformista, se posicionó decididamente como cuarta fuerza, pujando para ser tercera, espacio que ocupó por muchos años el Frente Renovador de Sergio Massa.

Cuando Massa volvió al lugar del que siempre formó parte, al peronismo gobernante, la tercera fuerza podía quedar en manos de la izquierda. Pero, fiel a su vocación histórica de fragmentarse y destruir las proyecciones de mayoría, el FIT quedó herido por la fracción dentro del PO, con el altamirismo rupturista, y el sitial de tercera fuerza emergente quedó para el otro extremo del espectro ideológico: para Javier Milei.

La fractura dentro del PO melló en el FIT que terminó aceptando alianzas con izquierdas menos independientes y armando el “FIT-Unidad”, quedando una nueva izquierda con Altamira y sus aliados. Otra vez, se disgregan las fuerzas de lo que con algo más de vocación de poder real sería una alianza natural entre todas las corrientes de izquierda.

En Salta, ahora, el PTS ya anunció que esta vez también partirá el FIT-U local, ahora porque rechaza el acuerdo entre el Partido Obrero y el MST. Anteriormente, el PTS había optado por rechazar al altamirismo y cerrar filas con el PO local, es decir, ClaudIo del Plá y los suyos. Pero ahora, también se distanciarán por el acuerdo entre el ex diputado provincial y Andrea Villegas, la dirigente del MST. ¿Chances electorales? Ninguna ¿Chanches de una revolución? Menores que las chances electorales.