“Brasil no es el patio trasero de Estados Unidos", dijo el presidente Lula al embarcar rumbo a Beijing. Brasil tiene en China a su primer socio comercial desde 2009, segundo gobierno del líder petista.
Al embarcar hacia China, donde se encontrará con el presidente Xi Jinping, Lula le hizo llegar un mensaje a Donald Trump. “Desde hace mucho tiempo mucha gente piensa que Brasil es el patio trasero de Estados Unidos. Brasil quiere ser tratado con respeto, somos un país muy grande, de 213 millones de habitantes, que no será patio trasero de nadie”.
Ser patio trasero es la opción de algunos presidentes de la región como el argentino Javeir Milei - posición que priva a Brasilia de un aliado gravitante para su estrategia de diplomacia regional frente a Washington- y el salvadoreño, Nayib Bukele. Por citar los casos más intensos, no los únicos.
Lula no se cansa de criticar al excapitán -así volvió a hacerlo el sábado - y a menudo le recuerda cómo se encuadraba ante Trump y hacía la venia frente a bandera de cincuenta estrellas.
Pero ahora, afirmó el viejo sindicalista de voz ronca hablando al lado de su canciller Mauro Vieira y su asesor internacional, Celso Amorim, Brasil optó por ser un “país libre y soberano” indócil ante las imposiciones de la Casa Blanca en tiempos de tarifazo.
Las declaraciones del sábado fueron hechas en Moscú donde el petista parecía estar resfriado luego de asistir al desfile conmemorativo de los 80 años de la victoria de la Unión Soviética sobre el nazismo y reunirse con su colega Vladimir Putin.
El domingo el mandatario y asesores repasaron el discurso a ser pronunciado hoy ante Xi Jinping, y algunos presidentes latinoamericanos, como el colombiano Gustavo Petro, durante la reunión China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y de Caribe). Evento del cual debe surgir la Carta de Beijing.
Mientras tanto, la delegación brasileña mantenía consultas con la Cancillería china para la redacción de una probable declaración conjunta de Lula y Xi Jinping, en la esperada cumbre bilateral.